Capítulo 34

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-Hola - dijo Lucas.

-Hola - dijo seria Raquel.

-Venía a ver a Blanca.

Raquel le miraba asombrada. Nunca había hablado con aquel chico directamente y tampoco le había visto a penas, pero no le gustaba demasiado.

-Blanca está muy mal para recibir visitas, especialmente la tuya.

Lucas alzó más la mirada y tragó saliva dolorido por lo que acababa de escuchar.

-Sé como está, por eso precisamente he venido. Al menos pregúntela, por favor.

-No, lo siento, ya ha rechazado una visita antes, es mejor que te marches - dijo entrando.

-Mamá, déjale entrar - dijo la voz de la joven desde dentro.

A Lucas pareció darle un vuelco el corazón.

Raquel miró a su hija con un tanto de sorpresa y alteración pero se apartó.

Blanca abrió la puerta dejándose ver y le invitó a entrar.

El chico entró y ella le guió hasta el salón. Aquello les trajo el recuerdo de aquel día que Blanca descubrió que Lucas pertenecía a la banda.

Blanca pidió a Raquel que les dejara solos y esta aceptó, pero se quedó en el pasillo para escuchar.

Los dos se sentaron y se quedaron un momento en silencio sin mirarse.

-Blanca, siento muchísimo todo lo que ha pasado y no puedo evitar sentirme muy culpable. Tu no te merecías todo esto.

La chica levantó la mirada y le miró muy seria a los ojos.

-No sé que hacer para ayudarte con esto - Habló de nuevo él.

-No puedes hacer nada, y no te sientas culpable.

-Sabía que esto podía pasar y no te alejé.

-Yo también sabía esto y no me aleje, así que si uno de los dos es culpable, esa soy yo. Yo expuse a Ángela a esto.

-No, no, no, eso sí que no.

-Sí - dijo rotundamente ella con los ojos cristalinos.

-No es culpa tuya en absoluto Blanca.

-Yo debería estar muerta, no ella.

-¿Qué? - dijo muy sorprendido Lucas - ¿Cómo puedes decir eso?

-Ellos iban a por mi para hacer daño a Bruno y principalmente a ti, pero ella estaba en medio.

-Blanca no quiero que pienses eso. Deja de decir esas cosas.

-Es la verdad.

-No, no lo es.

Una lágrima cayó por el rostro de Blanca.

-No voy a poder con esto. Me siento tan mal...

-Sí, podremos. Si yo puedo tú también. Si tu te sientes culpable imagina cómo me siento yo. No solo me siento responsable de su muerte si no de todo lo que estás pasando. Me muero cada vez que te veo llorar.

Blanca apartó la mirada y secó su mejilla - Nada será lo mismo nunca más.

-Pero tendremos que acostumbrarnos.

-Ya lo sé - dijo bajando la mirada y soltando un suspiro seguido de otra lágrima.

-Ya estuvimos hablando antes de que todo empezara y decidimos seguir adelante así que tenemos que llegar hasta el final.

El septiembre que nos sobra y el agosto que nos falta © TERMINADA | EN EDICIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora