Agradecimientos

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Ni siquiera sé cómo empezar esto, tal vez diciendo que cuando empecé esta novela sabía que no tendría un gran éxito. Sé Blasphemy no es una novela fácil: hace pensar, no tiene ni la mejor narrativa ni los mejores diálogos, estoy segura de que chirría de algunos sitios y que está lejos de ser perfecta, al igual que sus personajes. Pero esa era mi intención.

Es difícil de leer. Quería marear al lector, quería meterlo en las cabezas de dos adolescentes con problemas de identidad, de sexualidad, de miedo. Todos hemos pasado por eso o lo pasaremos en algún momento y, por eso, estoy orgullosa de esta novela.

Por otro lado, y dándole honor al título del apartado, me gustaría darles las gracias a mis seguidores incondicionales. Os etiquetaría a todos pero creo que vosotros ya sabéis quiénes sois. Lleváis tres años conmigo, habéis leído cosas horribles y me lo habéis dicho, pero también me habéis apoyado con las cosas buena y eso no tiene precio.

También darle las graciasa esas tres personitas que siempre están pululando en mi cabeza como molestas moscas. No ha habido ni una sola parte de la historia en la que no me preguntara "¿les gustará está escena?". Esas personitas que me amenazan de muerte si un capítulo acaba mal, esas que han tenido que aguantar mis nervios y mis inseguridades como escritora. María, Nina, Ari... GRACIAS, sin vosotras Blasphemy nunca hubiera sido lo que es.

Y, por supuesto, necesito con todo mi corazón que todas y cada una de las personas que estén leyendo esto tengan la certeza de que, esta deforme historia, está escirta por y para ellas. Porque, ¿qué sería del árbol si nadie lo oye caer? ¿Qué sería de esta novela sin vosotros, lectores?

Por úlimo me gustaría hablar del tema general de la novela. Blasphemy habla de un tema muy delicado. La religión siempre ha acarreado muchos conflictos, se han hecho muchas barbaries en nombre de Dios. Creo que lo mejor que se puede hacer es leer y pensar sobre ello. Yo ya he hecho mi parte, ahora te toca a ti, personita. Cuetionalo todo y busca respuestas. Que nadie te diga qué debes pensar.

Pero, eso sí, hay que respetar las religiones y sus creyentes; no podemos esperar respeto de alguien si nosotros somos los primeros en faltárselo.

También me gustaría remarcar que la situación de Apolo se ve exagerada por la enfermedad mental de su madre y que aunque la gente piense que esas situaciones tan extremas son un caso aislado, no es ni de lejos así. Muchas personas se ven oprimidas y limitadas de esa forna en el mundo entero. Un mundo en el que ser parte del movimiento LGTBIQ+ te puede  costar la vida o la libertad.

No hay que girar la cabeza hacia otro lado. Hay que luchar. Hay que planterle cara al mundo y gritar bien alto que tenemos el derecho de amar a quin queramos y ser quien queramos ser.

Tal vez esta novela sea mi forma de gritarlo bien alto. Es mi forma de liberarme de mis propias cadenas. Nací bisexual y moriré bisexual y, a quien le duela, que rebiente.

Y bien, aquí se acaba todo... aquí llegamos al final. Muchas gracias por todo, por reír, por llorar y por sentir conmigo durante esta historia.

Difrútala. Vívela. No le tengas miedo. 
La he escrito para ti, lector. Para que la hagas tuya y no la dejes morir jamás.

Minerva Herz

10-07-2018 

BlasphemyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora