Los soldados estaban esparcidos por todas partes. Había fuego en el edificio. Los soldados se levantaban adoloridos del suelo. Era sorprendente que nadie salió herido.
Horas después recién el Rey llegó con un grupo de soldados. Ayudaron a los heridos a levantarse y a curarlos. Mientras tanto, Chorice hablaba con el general. Según él dijo que los intrusos huyeron con el Demonio de Trapo. Entre ellos se encontraba una mujer con poderes sobrenaturales. El Rey no se sorprendió con esto. Ya había escuchado antes esa historia. Pero cuando le dieron la descripción gráfica de los otros intrusos, se sorprendió al reconocer a una.
...
Azazel se hallaba nuevamente recostado sobre la cama de Weindirus. Rita tuvo que operarlo nuevamente, ya que tenía algunos huesos rotos. Estaba cubierto de vendas y cremas. Apestaba a menta. Ahora estaba solo, acompañado por la luz de algunas lámparas. Pero no quería estar allí. Quería estar con Nina. Había salido del carruaje, afectada por sus gritos, igual que la última vez que lo operaron. Pero quería verla. No deseaba nada más que eso.
Se sentó, a pesar de sus heridas y del dolor que le generaba. Apretaba los dientes con fuerza, tragándose las maldiciones y los gritos para sí mismo. De pronto, la puerta se abrió, dejando entrar a Weindirus.
-¿Qué haces, si se puede saber?-le dijo.
Azazel no le respondió. Se levantó con dificultad, y avanzó lentamente a la salida. Pero la diosa lo tiró del cuello de su ropa, y lo tiró de vuelta a la cama. El demonio gritó del dolor.
-¿Cuál es tu problema?-apenas pudo decirlo entre gemidos.
-¿Crees que te dejaría ir en paz?-se sentó la diosa a su lado. -Nina me contó lo que hiciste. No puedo creer la cantidad de problemas que causas. Muy pocas personas logran incharme de esta manera.
El demonio se apoyó para levantarse nuevamente, pero Weindirus lo detuvo por el hombro.
-Dime, ¿qué es lo que te pasa?
El chico mantuvo la cabeza baja un rato, hasta que contestó:
-Quiero ver a Nina.
-¿Y por qué?
El demonio levantó la vista para mirarla. Pero se sorprendió de ver su expresión. Estaba sonriendo, y con una ceja levantada. Azazel se cubrió el rostro con las manos, para evitar que le viera sonrojarse.
-Y-yo... Desde que me atraparon, en el cuarto de tortura, no dejaba de pensar en ella. Me helaba del frío. Solo deseaba ese calor que ella me brindaba. La extrañaba. Me... me gusta cuando ríe, y me miraba de forma cariñosa. Es linda cuando duerme- sonreía al decir esas cosas.
-¿La quieres?-interrumpió la diosa.
Se sorprendió al escuchar la pregunta. Y aunque lo negara, sería mentira.
-Sí. Pero la he fregado, traicionándola, actuando tras sus espaldas. Nunca me perdonará por lo que hice. Ahora cree que la he engañado todo este tiempo, y que no me importa. Pero... eso no es cierto.
Se detuvo para limpiarse las lágrimas. Weindirus puso su mano sobre su hombro, consolándolo.
-Nunca pensé que vería verte llorar así-admitió.
Con su dedo le tocó la nariz. Azazel brilló por un segundo. Cuando la luz se fue, se sintió raro. Su cuerpo ya no le dolía. A pesar que seguía con las heridas abiertas, no se sentía mal. La diosa le sonreía.
-Ve, tigre.
Este asintió. Ya recuperado del llanto, salió del carruaje.
...
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Me enamoré de un demonio (Azazel x Nina)
FanfictionAzazel quiere recuperar la gloria de los demonios, y para eso planea controlar el corazón de Nina, el Dragón Rojo. El problema es que ni ella misma sabe cómo controlarse. En eso llega una mujer misteriosa que decide ayudarlos para cumplir su cometid...