Eran como las ocho de la mañana. El sol estaba bien puesto, y le daba un ambiente acogedor al ambiente.
Weindirus les dijo que a la mañana siguiente, tempranito, fueran a los campos valdíos para empezar a entrenar. Si Azazel quería dominar el mundo, primero debía perfeccionar su esgrima y combate. E igual era para Nina.
Bacchus los llevó, tal como Weindirus se lo había pedido. Los esperaba en medio de un valle desértico, sin plantas o animales, en medio de varias colinas y montañas. Ella estaba encima de su carruaje: era de madera negra, con decoraciones doradas y platinas; las ruedas eran grandes y plateadas, y usaba dos esqueletos de caballos para impulsarlo. Les estaba sonriendo cuando llegaron.
-¡Bueno días!-los saludó cuando se bajaban del carro de Bacchus.
Dio un salto, aterrizando suavemente en el piso, y se acercó a sus dos discípulos. Azazel llevaba puesta su ropa normal, la oscura sin mangas, y debajo de ella su cuerpo estaba vendado. Nina también llevaba su ropa normal, con su látigo al cinto. Bacchus y el resto estaban observando el entrenamiento desde el carro, a unos cuantos metros.
-Muy bien, empecemos por algo simple.
Dio un chasquido, y con su magia convirtió un montículo de polvo en un maniquí.
-Quiero ver qué clase de ataques tienen.
Empezaron por Nina, quien solo podía dar torpes latigazos a su objetivo. Azazel mostró sus esviros sombras y sus armas oscuras. Weindirus estuvo un largo rato meditando.
-Vaya, hay mucho que hacer.
Le dio un muñeco personal a Nina y le enseñó un par de patadas y golpes para que practique. Mientras le daba un ejercicio diferente a Azazel. Creó un soldado, casi igual a los del Rey. Podía moverse como una persona normal, incluyendo en la pelea. Lo único que Azazel tenía que hacer era vencerlo.
-Pff. Será sencillo-dijo el demonio, confiado, como si se tratara de comprar pan.
Hizo un ataque frontal, volando con velocidad. Golpeó al soldado con fuerza, enviándolo metros lejos de él. Una vez finalizado el trabajo, dio la media vuelta y se acercó a la mujer.
-¿Acaso este era el entrenamiento que cambiaría mis técnicas?-le dijo burlón a Weindirus.
-Aún no acaba-le dijo sonriente.
El soldado lo atacó por sorpresa, golpeándolo en las costillas con la empuñadura de su espada. A Azazel se le fue el aire por un momento. Dio un sablazo sobre su cabeza, la cual el demonio apenas pudo esquivarlo con las justas. Le metió cabe entre sus rodillas. El demonio cayó al piso, y antes que se levantara de nuevo, el soldado ya tenía su peso sobre él, apoyando el filo de la espada contra su cuello.
Nina se detuvo para ver la escena, mientras que Weindirus se reía internamente.
-Creo que te confíaste demasiado y olvidaste lo más importante en combate: nunca le des la espalda a tu enemigo.
Dio un chasquido, y el soldado se levantó. Azazel, con un dolor intenso en el abdomen, se levantó con dificultad.
-Ahora, inténtalo nuevamente.
Esta vez Azazel se lo tomó un poco más serio. Se colocó en guardia, listo para pelear. Bloqueaba los ataques del soldado y contra atacaba, buscando un punto débil o una brecha. En medio de la pelea el soldado pateó tierra a los ojos del demonio. Aprovechando el malestar golpeó nuevamente su empuñadura contra la sien de Azazel, deribándolo. Apoyó la punta de la espada sobre su pecho, victorioso.
-¡Hey, eso fue jugar sucio!
-Yo nunca dije que debías vencerlo de manera limpia-le dijo burlona Weindirus. -Arriba.
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Me enamoré de un demonio (Azazel x Nina)
Fiksi PenggemarAzazel quiere recuperar la gloria de los demonios, y para eso planea controlar el corazón de Nina, el Dragón Rojo. El problema es que ni ella misma sabe cómo controlarse. En eso llega una mujer misteriosa que decide ayudarlos para cumplir su cometid...