Una vez que Bacchus terminó la historia, Azazel estalló.
-¡¡Cómo es posible que los dejaras capturarla!!-le gritó al dios. -¡¡Se supone que debías cuidarla!! ¡¡Y tú-señaló a Weindirus-, se supone que ves el futuro!! ¡¡Cómo no previste esto!!
-¡¡Acaso crees que tengo la culpa!!-le regañó la diosa. -¡¡Yo preveo guerras y desastres naturales, no cada miserable detalle que ocurre en la vida de los mortales!!
-¡¡Oh, perdona señora toda poderosa, pero acaso no fuiste tú la que organizó todo esto!! ¡¡Qué no acaso eres la que mete sus narices en los asuntos de los mortales!! ¡¡Qué acaso--
Weindirus lo tiró del cuerno hacia abajo, y le dio una patada en el estómago. El aire se fue por un segundo de los pulmones del demonio. Azazel cayó al suelo, agarrándose del estómago, mientras gemía un poco.
-Si dejaras de comportante como un cabeza hueca me dejarías pensar-le dijo la mujer.
Favaro se arodilló junto a Azazel, burlándose de él, mientras que Kaisar y Jeanne ayudaban a Weindirus a llevar a Bacchus a su cuarto para recuperarse.
-¿Cómo planeas salvarla?-le preguntó el dios a la diosa.
-La verdad no sé. Necesitaré algo de tiempo para pensarlo. Sin ella, estamos perdidos.
...
Un sello dorado brilló, y de él cruzaron dos dioses: un ángel guardián y Sofiel. Se detuvieron al lado de Mugaro, quien estaba sentado, con las piernas pegadas al pecho y la cabeza entre los brazos. El guardián dejó la bandeja de la cena a su lado, y se llevó la del almuerzo. El niño no había provado ni un solo bocado. Sofiel le pidió al ángel que le dejara a solas al niño. Una vez que el soldado de marchó, la diosa se agachó y le dedicó una tierna sonrisa.
-¿Qué tal, El?-le dijo, pero no recibió respuesta alguna. Seguía deprimido. -Oye, te tengo noticias: es un mensaje, de parte de Weindirus.
Al escuchar el nombre el niño sacó la cabeza y la miró, con un brillo de esperanza en los ojos.
-Ella quiere hacerte una promesa. Quiere que vuelvas a estar junto a tu madre, pero para eso, no debes dejarte influenciar por Gabriel. No importa lo que ella te diga, no debes dejarte usar como un arma. Ella solo te quiere contra la raza humana. Pero eso no será necesario, ya que Weindirus y tus amigos tienen ya un plan para eso. Solo debes evitar liberar tu forma divina por unos días, hasta que las cosas de abajo se tranquilicen. Luego te llevaremos junto a tu madre. Solo aguanta un poco.
Mugaro asintió. Si Weindirus tenía un plan para salvarlo y llevarlo junto a su madre, confiaba en su palabra. Le dedicó una sonrisa a la diosa, y esta una a él. Cuando la mujer se retiró, el niño cogió un poco de pan, y le dio un mordisco.
...
La luz del día entraba por la rejilla de la celda. Nina estaba sentada en el piso, con las piernas pegadas al pecho, mirando la pared. Llevaba un camisón largo y sucio, lo que usan los prisioneros. Hace más de veinticuatro horas que es prisionera.
Dos noches anteriores Chorice y sus hombres la habían capturado y tirado en ese agujero. El día anterior se la pasaron interrogándola acerca de Azazel y sus planes. Pero en especial de aquella mujer poderosa que los ayudo a escapar. Tiempo después se dieron cuenta que no les iba a decir nada, sin importar la clase de amenaza que le dijera. La tortura no valdría la pena, así que la llevarían a la hoguera.
Desde afuera se escuchaba los gritos de la muchedumbre. Seguramente la mayoría de ellos eran amigos suyos. No debio gustarles enterarse que una jovencita sea ejecutada sin motivos o pruebas justificadas. Podría salir transformada en dragón, pero revelaría su secreto.
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Me enamoré de un demonio (Azazel x Nina)
أدب الهواةAzazel quiere recuperar la gloria de los demonios, y para eso planea controlar el corazón de Nina, el Dragón Rojo. El problema es que ni ella misma sabe cómo controlarse. En eso llega una mujer misteriosa que decide ayudarlos para cumplir su cometid...