#9: El nombre del bebé y una llamada incómoda

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- Para colmo, han dicho que uno de todos los clones es un bebé real- suspiré al regresar a la residencia, ya con una pequeña niña de cabellos azabaches y ojos azules en brazos. Por supuesto, el inexpresivo de Itachi iba a mi lado, escuchándome y sin decir nada-. Según ellos, han entregado el bebé de verdad a la pareja más capacitada para mantenerlo seguro en estos catorce días.

- Déjate de habladurías: nosotros tenemos a la niña de verdad- me interrumpió él, abriendo la puerta y dejándome pasar primero. Me quedé estática en el vestíbulo, mirando a mi compañero de proyecto.

- ¿Cómo lo sabes? Si no han dicho nada...

- No hay que ser muy listo para darse cuenta: de todos los bebés que han entregado, han tenido más trato con la nuestra, y ella es la más pesada de todos. Los clones son más ligeros.

- ¿Acabas de llamarme tonta indirectamente?

- No- se limitó a contestar, marchándose a la cocina con los objetos que precisaba la niña, tales como biberón, leche en polvo y medidores. La preciosa pequeña no tenía sino cuatro meses. 

- ¡Qué mona!- saltó Deidara en cuanto vio a la bebé en mis brazos. Ella se había quedado despierta todo el camino, pero no se había quejado ni una sola vez. Iba mirando a todas las personas que pasaban, curiosa por aquellos nuevos rostros que sus ojitos de zafiro captaban. 

- ¿Le habéis puesto nombre ya?- preguntó Pain, rozando la delicada cabecita de la pequeña. 

- No... Acabamos de volver de la entrega y... ¡Eh! ¡Un momento! ¿Vosotros no tenéis niños?

- En nuestro caso era algo diferente: hablamos con el director y accedió a excluirnos a nosotros del proyecto, en vista de nuestras buenas notas en todas las materias (presumidos ¬_¬). En un primer momento, se decidió cogerte a ti y luego a sorteo entre todos nosotros. De pura casualidad, Itachi y tú habéis acabado juntos- explicó Kakuzu.

- Aunue haya sido por sorteo- me sonrojé-. No me parece racional. 

- Ya no puedes echarte atrás: debes hacer el proyecto con el Uchiha mediano- Sasori se hundió de hombros en un gesto divertido.

- Me voy a mi habitación a montar la cuna de la niña- dije con el continuo sonrojo sobre mis mejillas.

Subí las escaleras y cuál sería mi sorpresa al ver que la cuna ya estaba armada en mi cuarto, a metro y medio de la cama. 

- ¿Eh?- fue lo único que pude decir.

- Un simple puzle- comentó Itachi, cediéndome la bolsa con las prendas de ropa de la bebé-. Dámela, ve tú a colocar la ropa donde te parezca.

- ¿Seguro?- alcé una ceja. Era la primera vez que hablaba tan seguido con Itachi.

- Que sí, dámela- estiró los brazos, tomando a la niña con cuidado y acomodándola sobre su hombro. Se veía muy tierno de esa manera, había que decirlo. No pude evitar sonreír.

- Hay que ponerle un nombre. No vamos a estar toda la semana hablando de ella como "la bebé" o "la niña". 

- ¿Qué te parece Kira?- propuso él de inmediato. Parpadeé asombrada. ¿De verdad Itachi tenía un lado opuesto tan dedicado y tranquilo?

- Sí, Kira me gusta- sonreí, dejando el bolso de la ropa y los pañales al fondo de mi armario. 

- ¡Parejita, una llamada para Akari!- ladró Hidan desde abajo.

- ¡Si es sólo para mí, ¿por qué nos llamas a los dos?!- protesté bajando las escaleras.

- Porque me moría por llamaros así- se rio el peliblanco cuando llegué al teléfono inalámbrico del salón. 

Gruñí y le arranqué el teléfono de las manos, llevándomelo a la oreja y dándole la espalda.

- ¿Sí?

- ¿¿¿¡¡¡UN BEBÉ EN CASA, AKARI!!!???- gritó a los cuatro vientos la voz al otro lado de la línea. Cerré un ojo por la contaminación acústica antes de reconocer a mi padre.

- ¡Oye! ¿A qué viene eso?

- ¡Me dijiste que seguías siendo virgen! ¡Me has mentido!

Hidan se aguantaba la risa a duras penas detrás de mí, por lo que me di la vuelta y lo fulminé con la mirada. Además, Kakuzu, Sasori, Deidara, Tobi y Kisame también estaban prestando atención desde el sofá. No hice sino ponerme más colorada, si cabe.

- Y lo sigo siendo, no seas idiota- mascullé entre dientes.

- ¡Acabo de enterarme que tienes una niña con Uchiha Itachi de boca del director!

- ¿¡Qué!?- ladré.

Los demás no podían aguantarse la risa, y mi color de mejillas iba en aumento. Eso no hacía sino hacerlos reír más.

Me estampé una mano en la frente, sonora para que mi padre la oyera.

- ¡No es eso, anormal! ¡Es tan sólo un proyecto! ¡Además, ponle un poco de lógica!

- ¡De lógica nada...! Espera un segundo, ¿proyecto? ¿Qué clase de proyecto es ese?

- ¡Maldita sea, dejad de reíros de mí!- gemí, mirando a mis compañeros de residencia-. Papá, ha sido todo un malentendido. La niña sí es de verdad, pero por motivos que ahora no vienen a cuento explicarte. Es tan sólo un proyecto de dos semanas y...

- Pásame el teléfono- intervino de repente Itachi. En un segundo, yo ya tenía a Kira en los brazos y él estaba al teléfono.

En cuestión de segundos, le explicó todo el tema a mi padre y se zanjó la discusión. 

- No, Orochimaru-Sama, no pienso sobrepasarme con su hija- prometió Itachi.

Carraspeé avergonzada cuando se giró hacia mí, pero Itachi se limitó a cruzarse de brazos y a mirarme a los ojos.

- ¿Qué? He dicho la verdad.

- Estamos en un Universo alterno...- Kisame se llevó las manos al rostro y abrió mucho la boca en un falso gesto de sorpresa-. ¡Itachi habla!

- Mira cómo me río- el azabache le sacó la lengua antes de irse arriba de nuevo, dejándome parada en el salón. 

- Definitivamente, los bebés cambian a las personas- sonrió Deidara de lado-. Tienes suerte, Akari-Chan.

- ¡Pero por la cara!- volví a gemir, sacudiendo la cabeza-. ¿A qué viene eso ahora?

- Me refiero a que pocas veces Itachi se deja ver como es- ahora estaba hablando serio, pero sin dejar de sonreír dulcemente-. Aunque no lo parezca, actúa frío y distante porque es bastante tímido, pero una vez lo conoces bien es un buen tipo. Y ahora que tiene este proyecto contigo trata de mostrarse más abierto. No le gusta que piensen que es un malhumorado, sin embargo ignora lo que piensen los demás.

- Cuéntale mi vida si quieres, Seiryu- resopló Itachi, asomándose por las escaleras.

- Tampoco quería, Uchiha- respondió el rubio, rodando los ojos.

Si Deidara tenía razón, entonces sí podía decir que era una chica afortunada.

(En la foto, aunque no es ella realmente, Kira ^-^)

Atrapada con los AkatsukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora