- ¡Ay, maldita sea!- aullé, llevándome una mano a la nuca apenas Gaara fue echado a patadas de la residencia. Cuando aparté la mano y me la miré, me quedé horrorizada: ¡estaba manchada de sangre!
- ¡Ja, acabas de sentenciarte, Akari!- se rio Hidan-. Si por algo es apodado Itachi "vampiro Uchiha" es por su sentido para captar sangre.
- Cierra el pico, idiota- Kakuzu le dio un capón a Hidan, haciéndolo callar.
- Déjame ver- pidió Itachi, ignorando el comentario de Hidan e inclinándose sobre mí, observando la herida-. Hum, no es profundo, pero sangra bastante.
- Me lo curaré yo...- murmuré-. Mi madre me enseñó...
- No puedes sola, gastarás chakra inútilmente. Además, no llegas a verte.
Ahí tenía razón.
- Anda, vete al baño y échate agua, yo voy ahora- ordenó. Como era de esperar, seguía con su expresión inquebrantable (voy a acabar por dedicarle "Poker Face" xD).
Tragué saliva antes de empezar a subir las escaleras, metiéndome en el cuarto de baño y haciendo lo que Itachi me había indicado. Era inútil, no paraba de salir sangre y comenzaba a sentirme mareada por la creciente pérdida.
Al oír la puerta cerrarse, alcé la vista y miré a través del espejo, viendo a Itachi entrar tranquilamente. Con una sola mirada bastó para que yo le obedeciera y me quitara el pelo de la nuca, dejando ver el corte que me había hecho al caer por las escaleras y rozarme contra una esquina de un escalón. Él suspiró y tomó papel higiénico para frenar un poco el sangrado, para poder tomar la botellita de agua oxigenada y una gasa del armarito bajo el lavamanos.
Ya estaba preparada para soportar el ardor de la cura, pero lo que pasó fue algo totalmente imprevisto: mirándolo a través del espejo... ¡lo vi agacharse y ponerse a sorber sangre directamente de mi herida!
Abrí la boca para suplicarle que dejara de hacer eso, pero ni un solo sonido salió de mis labios, sólo quedé jadeando. En lo que seguía saboreando mi sangre, dio un paso rápido hacia delante, provocando que me estampara de frente contra la pared y con mis manos apresadas por las suyas. Me hacía cosquillas, y parecía no querer dejar nunca de tragarse mi líquido vital.
Pasados unos largos 30 segundos, por fin se detuvo y se apartó de mí, tomando después el agua oxigenada para mojar las gasas y pegármelas en el cuello.
- ¿Por qué... Por qué has hecho eso...?- tartamudeé, aún temblando por lo que acababa de pasar.
Al girarme para mirarlo, Itachi estaba relamiéndose los labios, aún manchados de mi sangre, y habría jurado que la había disfrutado.
- La saliva es antiséptica, y con todo lo que sangrabas...- se hundió de hombros-. Te pondrás bien enseguida, mañana incluso diría que estará cicatrizada. De nada.
Y se marchó del baño, dejándome sola y mirando a la nada como una idiota.
Que dijera lo que quisiera: había sido un claro ejemplo de ataque vampiro.
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Al día siguiente, después de clases (no había ninguna novedad, las clases seguían un ritmo normal), me encontraba yo sola en la cocina escribiendo en limpio mis apuntes de Lengua, cuando de repente sentí algo caer sobre la mesa. Todos los demás estaban en el salón viendo la tele, y algunos estaban arriba en sus habitaciones, así que fui yo sola quien sintió el ruido.
Alcé la vista y se me paró el corazón...
- ¿Jugamos un poco, pequeña?- maldita la voz que me habló. Aunque suene loca... ¡Sobre la mesa ante mis narices estaba el mismísimo Chucky!
Quise pegar un grito, pero no podía hablar, estaba demasiado asustada. Eso sí, mi mandíbula temblaba por el terror que me provocaba el grotesco muñeco viviente. Jugueteaba con su cuchillo entre sus manitos de plástico y me miraba divertido, disfrutando de mi terror hacia él.
- Oh, venga, ¿no le tendrás miedo a un muñeco como yo?
Al avanzar hacia mí con el cuchillo en alto, fue cuando pegué un grito que por lo menos se había oído en Europa y salí corriendo, tropezando continuamente por el pavor. El enano de plástico corría detrás de mí, riéndose con su voz de enfermo mental tan particular, y a una velocidad inhumana. No me alcanzaba porque yo corría más, como alma que lleva el diablo.
Subí las escaleras a trompicones sin dejar de gritar, entrando de cabeza a mi habitación y cerrando la puerta con un fuerte golpe. Aferré el pestillo y procuré alejarme de la puerta para que no me alcanzara con el arma blanca, y desesperada deseé que los demás vinieran a ver qué pasaba.
A todo esto surgía una pregunta: ¿de dónde carajo había salido el muñeco? ¡Pero si sólo era una película!
- Así no se juega, preciosa, no puedes esconderte de mí...- se oyó la voz de Chucky fuera, riéndose de mí.
- ¡¡¡DÉJAME EN PAZ!!!- chillé, llorando a moco tendido y temblando de pies a cabeza.
- Ah, ah, ah, no vale llorar, guapa, ¿sabes por qué?
No contesté.
- ¿Sabes por qué?- repitió, golpeando la puerta con fuerza y empezando a doblar el pestillo.
- ¡¡¡NO...!!!- aullé cuando la puerta se abrió de golpe y me caí de espaldas al suelo, ya totalmente acorralada por el sádico muñeco (es Hidan en versión juguete xDDD).
- Porque soy yo- se atacó de la risa... ¿¿¿¡¡¡SASORI!!!???
Entonces me fijé en que "Chucky" estaba sujeto por los hilos de chakra de Sasori, quien ahora no podía parar de reírse de mí. La voz y todo, había sido obra del marionetista.
- ¿A qué viene tanto jaleo?- bufó Hidan, apareciendo con los demás en el pasillo.
- Tobi no entiende nada...- se rascó la cabeza el Uchiha menor, al ver a Sasori riéndose sin parar, al famoso muñeco viviente aún amenazándome con su cuchillo y a mí tirada en el suelo llorando.
La verdad, hasta yo estaba perdida.
- Pensaba que lo habías regalado, uhn- alzó una ceja Deidara (no nos engañemos, su ceja visible, la de la derecha) tomando al muñeco entre sus manos y apartando los hilos de su Danna de él-. Sí que es macabro el maldito, sí...
- ¿Y Akari?- me miró Kisame, entrando en la habitación y acuclillándose a mi lado. Yo miraba al muñeco, aún temblando y llorando-. Sólo ha sido una broma, Akari. Tranquilízate.
- Yo te mato- mascullé entre dientes, ahora mirando a Sasori-. ¡Le tengo pánico a los muñecos, y más a ese monstruo!
- Admite que me sale bien la voz- dijo, poniendo la misma voz que Chucky. Temblé al oírlo, poniéndome de pie. Se rio de nuevo y me revolvió el pelo, alejando al muñeco de mi vista-. Lo siento, si lo hubiera sabido no lo habría hecho.
- Wondua pabin dambela...- dijo Kakuzu en tono pensativo-. ¿Ésa no era la frase para revivirlo?
- ¡Cállate!- ladré, frotándome los brazos para calmarme un poco.
Queda claro que soy fácil de asustar. Y esa información a un chico... Mala idea.
(En la foto, Itachi en modo peligroso *¬* (Es que no encontraba una imagen de vampiro adecuada con Itachi de modelo xD))
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Atrapada con los Akatsuki
Fiksi Penggemar¿Has sufrido abusos y acoso durante la escuela? ¿Eres tímida y te da corte hablar con chicos guapos? ¿No te gusta que te vean inocentona? Entonces nada mejor que obligarte a entrar a una universidad donde hay abusadores y abusadoras por un tubo, y q...