#11: Tras un baile, fiebre

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Segunda mañana. Volví a tomar a Kira para cambiarla y darle de comer, y de nuevo Itachi me la arrebató para que yo fuera a prepararle el biberón a la niña. 

- ¿Es que la violas y no quieres decírmelo, so pedófilo?- me enfurruñé, hablando por lo bajinis mientras me cambiaba el pijama por una blusa negra y unos shorts de jean para andar en la casa.

- Te he oído- alzó la voz Itachi desde el pasillo aún-. Y no, es que yo no sé calcular las medidas de agua y leche en polvo y tú sí.

- Hum...- fruncí el entrecejo, colorada. 

Me recogí la melena negra en una coleta baja, casi por la nuca, y me dejé los mechones más cortos cortos enmarcando mi rostro. Total, no serviría de nada tratar mil veces de atarlos sin éxito.

Bajé las escaleras, directa a la cocina, cuando tropecé con algo metálico y con cables y me caí de morros sobre la alfombra, dando un repentino saludo a Hidan, Deidara y Madara.

- Perdona, Itachi, pero es que si no me das tiempo de mover el stereo y los altavoces de ahí...- se hundió de hombros Hidan.

- ¿Cómo que Itachi? ¡Soy Akari!- me sonrojé, alzando la cabeza y levantándome con la ayuda de Deidara. 

- Eh...- se rascó la cabeza Madara, riéndose por lo bajo-. Yo no veo la diferencia. Vas con el mismo peinado exacto que él.

- Oye, él y yo no tenemos absolutamente nada en común- apoyé una mano en mi cintura y con la otra señalé a los tres chicos frente a mí-. Yo soy chica, él es chico; yo soy baja, él es alto; yo soy Shirohebi, él es Uchiha; yo tengo 19 años, él 21 (porque ingresó más tarde a la Universidad). ¡Somos como agua y aceite!

- Pero los dos sois tímidos, de cabello negro, de tez blanca, amáis los dangos, miráis mal a la gente...

- ¡Yo no miro mal a nadie!- protesté-. ¡El único aquí que te mira en plan "Voy a asesinarte mientras duermes" es Itachi! ¡Por otro lado, yo ni miro a la gente porque me muero de vergüenza!

Giré sobre mis talones, para desenredarme los cables de los pies, pero me choqué de bruces contra... Cómo no, Itachi. Caí de nuevo al suelo, esta vez de espaldas.

- ¿Es que te hace contrapeso el trasero o qué?- resopló él, meneando la cabeza y poniendo los ojos en blanco. 

Kira empezó a reírse, cambiada y oliendo a perfume, en los brazos del Uchiha. Yo no pude evitar sonreír.

- Qué mala es... Se ríe de lo torpe que soy- me desaté los cables de los pies y me puse en pie, tomando a la niña y dándole un beso en la mejilla.

- Me has copiado el peinado- frunció el ceño Itachi, cruzándose de brazos y mirándome fijamente. 

- Mentira.

- Verdad.

- Mentira.

- Verdad.

- ¡Mentira!

- Verdad.

- ¡¡¡MENTIRA!!!

Silencio.

- Verdad.

- Pesado- gruñí. Kira no paraba de reírse. 

Tras haberle dado de comer a la niña, la dejé arriba en la cuna y vigilada por el azabache, ya que se había quedado dormida profundamente en los brazos de Itachi. Sin embargo, al llevarla arriba se había despertado y se había empeñado en ponerse a jugar con él, cosa que me había parecido muy adorable...

- Qué digo, estoy hablando del Uchiha apartado de la sociedad. No puede estarme dando ternura...- murmuré para mí misma mientras bajaba las escaleras. No quería aceptarlo, y tampoco pensar más en ello, así que al llegar al salón vi a Deidara e Hidan terminando de montar el stereo junto con los altavoces, mientras Madara enchufaba su Ipod al aparato y pasaba varias canciones. 

Atrapada con los AkatsukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora