- Nunca te había visto tan seria, Akari- suspiró Itachi mientras llegábamos al hospital, donde ya aguardaban mis padres nuestra llegada.
- Mi padre me pone nerviosa. Ayer, cuando lo llamé por teléfono, sonaba enfadado- expliqué, apretando aún más fuerte su mano. Itachi rodó los ojos.
- Genial, qué seguridad me das de mi suegro.
Sonreí un pizco antes de volverme a poner seria. Habíamos llegado a la entrada, y fuimos a recepción para preguntar por mis padres, en qué consulta se encontraba.
- No te separes de mí- le dije al Uchiha, frotando mi dedo pulgar en el dorso de su mano.
- Nunca- aseguró.
Al llegar a la sala de espera de la consulta indicada, el pasillo estaba vacío salvo por dos personas con malas caras sentadas en las sillas de plástico. Al oírnos llegar, el primero en ponerse de pie fue mi padre, quien se acercó a nosotros en dos zancadas. De inmediato me puse delante de Itachi.
- Me tendrás que pegar a mí primero- advertí, mirando a mi padre a los ojos.
Éste se limitó a sacar la lengua amenazadoramente y a sisearme con fuerza, y yo lo imité. Parecíamos dos cobras a punto de morderse.
- Él no tiene la culpa- dije, insistiendo en proteger a mi pareja de la creciente ira de mi padre.
- Mi hija está embarazada por tu culpa, hijo de puta- le escupió a Itachi, dejándolo peor de lo que ya estaba.
- Papá, ya basta- alcé la voz, dando un paso adelante.
- Cariño, por favor, cálmate- suplicó mi madre, agarrando el hombro del furioso hombre.
- No me calmaré hasta que no le quiten esa cosa a mi hija. Y cuando lo hagan, le pondré una orden de alejamiento a este cabrón.
- ¡Hazlo y te juro que no vuelvo a hablarte en lo que te queda de vida!- salté, henchida de rabia por las cosas tan crueles que le estaba diciendo a Itachi-. ¡No tienes derecho a hablarle así, y tampoco puedes decirme ya lo que tengo o no que hacer! ¡No voy a abortar y no me separaré de Itachi, por mí como si nos pones repelente, no nos vas a tener separados!
- ¡No me levantes el tono, Akari!
- ¡Te levanto el tono lo que quiera! ¡Tú a él no le hablas así en mis narices! ¡Él no ha tenido la culpa de esto, es más, deseaba esto desde que se terminó el proyecto con Kira! ¡Ya no puedes controlar mi vida!
- ¡Soy tu padre, señorita, baja el tono cuando me hables!
- ¡Me da igual! ¡No puedes hablarme así, ni a mí ni a él!
- Akari, cálmate- probó a decir Itachi, tocándome el hombro. Mi padre acabó por estallar.
- ¡¡¡NO LA TOQUES!!!- se abalanzó sobre él, dispuesto a arrearle una paliza, pero yo lo atrapé en una burbuja de chakra para impedírselo.
- Si le haces daño te pondré una denuncia- amenacé, dejando mis ojos fríos y bien abiertos fijos en los de mi padre-. No puedes pegar a menores.
- No te atreverás, Akari. Soy tu padre, no lo harás.
- Vuelve a amenazarlo y ya verás. Ahora, baja los humos y deja de dar gritos.
No me reconocía a mí misma. ¿De verdad estaba amenazando a mi padre de ponerle una denuncia?
Aguantándose las ganas de romper la cara de Itachi, mi padre apretó los puños y lo dejé salir de la burbuja. De inmediato me acerqué a Itachi y lo abracé en un gesto protector.
Por suerte, el médico nos llamó antes de que las llamas se siguieran avivando.
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A mitad de la consulta, mi padre golpeó con fuerza la mesa antes de irse fuera, provocando que mi madre suspirara con tristeza. La abracé.
- Perdónele, siga- dijo ella, bajando la voz.
- En el caso de Akari, sus condiciones hormonales complican un poco el asunto.
Alcé la vista de golpe, tensándome en un segundo.
- ¿Qué quiere decir?- Itachi estaba aún más alarmado que yo.
- Que cualquiera de los dos podría salir muerto.
- ¿Por... Por qué...?- balbuceé-. No lo... No lo entiendo...
- Ese problema hormonal que tienes durante el periodo pone en peligro la vida de tu bebé y la tuya misma, así que si decides seguir adelante será imposible saber si os salvaréis los dos... o si uno tendrá que seguir adelante sin el otro.
- Akari, por favor, no hagas una estupidez así- suplicó Itachi, tratando de controlar los temblores de sus dedos.
- Asumiré el riesgo- tajé-. Y si va a morir alguien, que sea yo. No puedo quitarle la vida a alguien que apenas sabe lo que es. No puedo, y no lo haré.
- Es tu decisión- decidió el médico, escribiendo algo en un papel que tenía sobre la mesa desde hacía un rato-. Cada mes tendrás que seguir viniendo a revisión de hormonas, como siempre, pero ahora también debes someterte a ecografías para verificar que todo marcha correctamente- me cedió el papel, donde ponía todo lo que me había indicado-. Entrega esto en recepción y puedes seguir vida normal.
- De acuerdo, gracias- dijo mi madre a modo de despedida.
Salimos los tres de la consulta y no vimos a mi padre por ningún lado. Luego lo encontramos en la calle, llorando, oculto entre las sombras del edificio que era el hospital.
- El aborto no es una opción- le dije secamente para llamar su atención, dando más fuerza a mis palabras con una mano sobre el vientre. Me miró, y su mirada fue como una bala directa: llenos de tristeza y miedo. El arranque de odio de antes había sido por inercia, más que por otra cosa-. No me vas a perder, papá- dije, ya más suave, y con el típico tono de quien está a punto de echarse a llorar.
- Por favor, Akari, piénsalo antes de...
- Ya lo tengo decidido- lo interrumpí-. Voy a sacar a mi pequeño adelante me cueste lo que me cueste. No sería justo para nadie si hiciera lo contrario.
Se acabó la discusión.
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Mis padres regresaron a casa e Itachi y yo volvimos a la hermandad en completo silencio. Al entrar, todos nos miraban curiosos, pero les bastó con mirarme a los ojos para saber mi decisión. Mi arriesgada decisión. Y si algo se torcía...
¿Quién iba a provocar lágrimas con su muerte? ¿Mi hijo... o yo?
(En la foto, Orochimaru furioso)
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Atrapada con los Akatsuki
Fanfic¿Has sufrido abusos y acoso durante la escuela? ¿Eres tímida y te da corte hablar con chicos guapos? ¿No te gusta que te vean inocentona? Entonces nada mejor que obligarte a entrar a una universidad donde hay abusadores y abusadoras por un tubo, y q...