#18: Liberación, unión y agradecimientos

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Atención: capítulo con lemmon. Jeje... Las hice esperar por el lemmon, ¿eh, pervertidillas? ¬w¬

- ¿Ves? ¿A que no ha sido para tanto?- se echó a reír Konan mientras regesábamos a casa.

- Quitando que si sigo andando sobre estas cosas voy a tener que ir en silla de ruedas...- mascullé, con las piernas flaqueando-. ¡Eh, eh, eh!

¡Itachi me había agarrado de la cintura y me había cogido como un saco de papas sobre su hombro! Mirando hacia delante al menos.

- ¿Gracias?- dije, alzando una ceja con una media sonrisa. Luego, desde mi nueva posición, miré a Konan otra vez-. Sí, de verdad, ahora me siento libre otra vez.

- Te lo dijimos- sonrió Pain, dándome una palmadita en el brazo.

- ¡Itachi, que me caigo, que me caigo!- grité, sacudiendo las manos en el aire hasta apoyarlas en su pecho, irguiéndome un poco.

- Perdona- se atacó de la risa él, dando un pequeño bote para agarrarme mejor. Pero acabó tocándome el trasero, cosa que no me hizo ninguna gracia.

- ¿Te importa?

- No.

Rodé los ojos, provocando una oleada de risas entre mis amigos. Por fin nos habían dejado estar: nos habían dejado en paz como pareja, igual que a Pain y Konan.

En cuanto entramos a la casa, los primeros en irse arriba fueron Pain y Konan. Los segundos, Itachi y yo.

Literalmente, me arranqué los zapatos de los pies y me puse a dar saltitos en la habitación, liberada por fin de todos mis males, incluyendo el dolor de pies.

- No me lo puedo creer- murmuré para mí, sonriendo-. Por fin he dado un gran paso.

- Y... ¿te atreverías a dar otro ahora?- oí el murmullo del azabache a mi espalda, a la par que se apagaban las luces. Me di la vuelta, pensando que era otra cosa igual que lo de la rosa, pero esta vez pensé al revés. 

Antes de quererme dar cuenta, ya me estaba abrazando y besando, con un ligero deje de nerviosismo en sus gestos. Pasó una mano por mi espalda, buscando la cremallera de mi vestido al mismo tiempo que yo buscaba los botones de su camisa. La ropa se deslizó poco a poco hasta llegar al suelo, y casi sin darnos cuenta caminamos lentamente hasta que caí de espaldas en mi cama. Nuestros labios no se separaron hasta ese momento en que Itachi me clavó sus ojos negros como la noche, llenos de brillo.

No fueron necesarias las palabras. Regresó a mis labios, acariciando mi cuerpo a la vez que descendía el suyo propio, adaptando sus líneas a mis curvas como si fuera una sábana. Parecíamos un puzle, encajando a la perfección. 

Tampoco necesité de aviso. Supe perfectamente cuándo se iba a adentrar basándome sólo en sus movimientos. A pesar de eso, lo que no supe predecir fue el tamaño y la molestia temporal que la entrada me producía. Mi cuerpo se retorció bruscamente con esa nueva, extraña y excitante sensación, antes de que se me fuera de los labios el primer gemido. 

Si antes parecía un gato, ahora no sabía qué diantres parecía. Mi cuerpo adaptado ya a los movimientos, siendo empujado una y otra vez arriba y abajo, y con cada embestida vibraba cada vez más fuerte sin motivo aparente. Por fin nos habíamos hecho uno. Estábamos unidos. Y entonces...

Me perdí a mí misma.

***********************

- De verdad, no sé qué habría hecho ayer sin vosotros- sonreí, dándole abrazos a todos mis compañeros por la mañana. Sin querer, me había emocionado y estaba llorando.

- Tobi no entiende...- el Uchiha menor ladeó la cabeza, mirándome confundido-. Si Akari-Chan está feliz, ¿por qué llora?

- A ver si tú entender- Itachi rodó los ojos y se puso a hablarle a su primo como si fuera más corto de mente de lo que ya era (pobre Tobi xD)-. Ella estar llorando de emoción. No estar llorando por triste. ¿Entender tú ahora?

- Eso creo- Tobi torció la cabeza al otro lado, provocándome risa mientras me secaba las lágrimas.

- Y nadie te ha violado- recalcó Hidan-. Sigues siendo virgen.

- Ejem...- hicieron todos al unísono, mirando a Itachi. Me sonrojé y tuve que esconderme el rostro de la vergüenza. 

- ¿Hablamos?- señaló a Pain, quien se sonrojó de vuelta.

- Dejadlo ya- alcé el rostro, pareciendo una señal de Stop redonda y sin las letras.

- Que no pasa nada, mujer- sonrió Sasori-. Los únicos que se oían por encima de vosotros fueron Pain y Konan.

- ¡Ya vale!- protestamos los cuatro al mismo tiempo, sonrojadísimos.

Tonterías aparte... Ya era libre en todos los sentidos. 

(En la foto, PainxKonan ^o^)

Atrapada con los AkatsukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora