- Sois unos pesados- refunfuñé, tomando a Kira en brazos y tratando de ocultar mi sonrojo, el cual llevaba en mis mejillas desde que Itachi y yo habíamos tenido el "pequeño accidente" en la bañera-. Me voy a cambiarla.
- ¿Y se "la" viste?- insistió Hidan. Ninguno de ellos paraba de mofarse de mí.
- No- contesté tajantemente, subiendo las escaleras a zancadas y yéndome a mi habitación a cambiar a Kira.
Le quité el pelele que llevaba puesto, la bañé y le puse otro pelele, esta vez celeste con pececitos por todas partes. Ya era de noche, así que le tocaba comer para irse a acostar temprano. Pero al salir de mi habitación y pasar por delante de la de Deidara...
- ¡Quita, Danna! ¡Me haces daño!- gritó Deidara, oyéndose después un golpe.
- ¡No he venido por nada, pesado! ¡Déjame hacer lo que quiero hacer y cuanto antes termine, antes me iré!- gritó Sasori, dando otro golpe.
- ¡Eso no está bien! ¡Hazlo en tu habitación!
Me quedé congelada en el pasillo con la niña en brazos, incapaz de moverme. Me limitaba a escuchar temblorosa.
- ¡No puedo!
- ¡Eh, no hagas fuerza! ¡Me lo vas a romper!
¿¡Pero qué carajo estaban haciendo esos dos!?
- ¡Lo mío es demasiado grande!
- ¡Y mi culo demasiado pequeño, no te fastidia!
- ¡Mierda! ¡No entra!
- ¡Ay! ¡Deja de hacer eso, que duele, so animal!
- ¡Cierra la boca!
Sacudí la cabeza y tomé acto de voluntad para acercarme al pestillo de la puerta, cogiéndolo con manos sudorosas y abriendo la puerta de golpe. Lo que me encontré dentro casi me hace caer al piso: sí, Sasori estaba discutiendo por Deidara... pero por instalar un pendrive en el ordenador de Deidara.
- ¿¡Por eso tanto grito!? ¡Si parecía que lo fueras a violar o algo!- le grité a Sasori, coloradísima e incapaz de creerme lo mal que había pensado de semejante situación.
- No lo haría ni aunque me pagaran- Sasori alzó una ceja, riéndose de mi expresión confundida, y Deidara también empezó a reírse. Agaché la cabeza, avergonzada.
Luego me lo explicaron: Sasori no podía meter un archivo en su ordenador porque éste estaba muy cargado, y se coló en la habitación de Deidara para descargarlo en el suyo, que no estaba tan lleno. Como su dueño no quería, se armó la discusión, comenzaron a forcejear y darse de tortas y... Después todo me encajó.
Me estampé la mano libre en la frente, saliendo de la habitación. Hasta Kira se estaba riendo a carcajadas. Por supuesto, al regresar abajo volvieron las bromitas por lo de la bañera.
- Dejadme en paz- gemí, dejando a Kira en la pequeña hamaca que había en la alfombra del salón y abrochándola con los seguros.
Los miré a todos (excepto Deidara y Sasori, claro), y los descubrí con sonrisitas picaronas, mirándome también. Puse los ojos en blanco y me di la vuelta, pero me choqué contra alguien. No llegué a caerme: Itachi me agarró de la cintura justo cuando comenzaba a tambalearme y me atrajo hacia él. Me miró a los ojos por unos segundos antes de tomar mi rostro con la mano libre y darme un beso en toda regla... Delante de todos nuestros amigos.
- ¡Ahora será peor!- protesté con voz aguda, agarrándome de sus hombros para no perder el equilibrio.
- ¡Ah, no, el Mangekyo Sharingan no!- se alarmó Madara en cuanto Itachi los miró a todos con mala cara, amenazándolos con la susodicha técnica ocular.
- Pues cerrad la boca- bufó, poniéndome recta y provocándome un leve tropiezo tonto, provocando que Hidan se tuviera que aguantar la risa. Por supuesto, recibió una colleja de Kakuzu y luego otra de Itachi.
**********
- Aún está la niña...- intenté escabullirme cuando, ya todos acostados, Itachi atacó mi cuello con un devorador beso, provocándome cosquillas.
- Lo sé. Tranquila, no voy a hacerlo- sonrió contra mi cabeza, abrazándome y dejándome apoyar la cabeza en su hombro. Me acurruqué entre sus brazos y no tardé en dormirme.
De improvisto, me desperté en mitad de la noche, quedándome media perdida y tratando de averiguar por qué me había despertado tan así. De repente, al mover las piernas, noté algo pegajoso en mis muslos y parte de la colcha.
"Mierda...", pensé. ¿Me había venido la regla?
Me volví a mover, tratando de alejarme de Itachi para levantarme sin despertarlo a él también. Me daba muchísima vergüenza que me hubiera pasado aquello. Una vez mis ojos se acostumbraron a la oscuridad, miré hacia él y lo vi plácidamente dormido, bocarriba y con un brazo fuera de la cama. Entonces, al fijarme bien, vi que la sábana también estaba manchada, y todo alrededor de él. Tensé la mandíbula, pero acto seguido se me paró el corazón. Y, a continuación, grité con todas mis fuerzas y comencé a llorar, presa del pánico y la desesperación.
No era yo la que sangraba.
(En la foto, Deidara mosqueado xD)
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Atrapada con los Akatsuki
Fanfiction¿Has sufrido abusos y acoso durante la escuela? ¿Eres tímida y te da corte hablar con chicos guapos? ¿No te gusta que te vean inocentona? Entonces nada mejor que obligarte a entrar a una universidad donde hay abusadores y abusadoras por un tubo, y q...