#14: Una discusión extraña, un acto imprevisto y un ataque nocturno

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- Sois unos pesados- refunfuñé, tomando a Kira en brazos y tratando de ocultar mi sonrojo, el cual llevaba en mis mejillas desde que Itachi y yo habíamos tenido el "pequeño accidente" en la bañera-. Me voy a cambiarla.

- ¿Y se "la" viste?- insistió Hidan. Ninguno de ellos paraba de mofarse de mí.

- No- contesté tajantemente, subiendo las escaleras a zancadas y yéndome a mi habitación a cambiar a Kira.

Le quité el pelele que llevaba puesto, la bañé y le puse otro pelele, esta vez celeste con pececitos por todas partes. Ya era de noche, así que le tocaba comer para irse a acostar temprano. Pero al salir de mi habitación y pasar por delante de la de Deidara...

- ¡Quita, Danna! ¡Me haces daño!- gritó Deidara, oyéndose después un golpe.

- ¡No he venido por nada, pesado! ¡Déjame hacer lo que quiero hacer y cuanto antes termine, antes me iré!- gritó Sasori, dando otro golpe. 

- ¡Eso no está bien! ¡Hazlo en tu habitación!

Me quedé congelada en el pasillo con la niña en brazos, incapaz de moverme. Me limitaba a escuchar temblorosa.

- ¡No puedo! 

- ¡Eh, no hagas fuerza! ¡Me lo vas a romper!

¿¡Pero qué carajo estaban haciendo esos dos!?

- ¡Lo mío es demasiado grande!

- ¡Y mi culo demasiado pequeño, no te fastidia!

- ¡Mierda! ¡No entra!

- ¡Ay! ¡Deja de hacer eso, que duele, so animal!

- ¡Cierra la boca!

Sacudí la cabeza y tomé acto de voluntad para acercarme al pestillo de la puerta, cogiéndolo con manos sudorosas y abriendo la puerta de golpe. Lo que me encontré dentro casi me hace caer al piso: sí, Sasori estaba discutiendo por Deidara... pero por instalar un pendrive en el ordenador de Deidara.

- ¿¡Por eso tanto grito!? ¡Si parecía que lo fueras a violar o algo!- le grité a Sasori, coloradísima e incapaz de creerme lo mal que había pensado de semejante situación.

- No lo haría ni aunque me pagaran- Sasori alzó una ceja, riéndose de mi expresión confundida, y Deidara también empezó a reírse. Agaché la cabeza, avergonzada.

Luego me lo explicaron: Sasori no podía meter un archivo en su ordenador porque éste estaba muy cargado, y se coló en la habitación de Deidara para descargarlo en el suyo, que no estaba tan lleno. Como su dueño no quería, se armó la discusión, comenzaron a forcejear y darse de tortas y... Después todo me encajó.

Me estampé la mano libre en la frente, saliendo de la habitación. Hasta Kira se estaba riendo a carcajadas. Por supuesto, al regresar abajo volvieron las bromitas por lo de la bañera.

- Dejadme en paz- gemí, dejando a Kira en la pequeña hamaca que había en la alfombra del salón y abrochándola con los seguros. 

Los miré a todos (excepto Deidara y Sasori, claro), y los descubrí con sonrisitas picaronas, mirándome también. Puse los ojos en blanco y me di la vuelta, pero me choqué contra alguien. No llegué a caerme: Itachi me agarró de la cintura justo cuando comenzaba a tambalearme y me atrajo hacia él. Me miró a los ojos por unos segundos antes de tomar mi rostro con la mano libre y darme un beso en toda regla... Delante de todos nuestros amigos.

- ¡Ahora será peor!- protesté con voz aguda, agarrándome de sus hombros para no perder el equilibrio.

- ¡Ah, no, el Mangekyo Sharingan no!- se alarmó Madara en cuanto Itachi los miró a todos con mala cara, amenazándolos con la susodicha técnica ocular.

- Pues cerrad la boca- bufó, poniéndome recta y provocándome un leve tropiezo tonto, provocando que Hidan se tuviera que aguantar la risa. Por supuesto, recibió una colleja de Kakuzu y luego otra de Itachi. 

**********

- Aún está la niña...- intenté escabullirme cuando, ya todos acostados, Itachi atacó mi cuello con un devorador beso, provocándome cosquillas. 

- Lo sé. Tranquila, no voy a hacerlo- sonrió contra mi cabeza, abrazándome y dejándome apoyar la cabeza en su hombro. Me acurruqué entre sus brazos y no tardé en dormirme.

De improvisto, me desperté en mitad de la noche, quedándome media perdida y tratando de averiguar por qué me había despertado tan así. De repente, al mover las piernas, noté algo pegajoso en mis muslos y parte de la colcha.

"Mierda...", pensé. ¿Me había venido la regla?

Me volví a mover, tratando de alejarme de Itachi para levantarme sin despertarlo a él también. Me daba muchísima vergüenza que me hubiera pasado aquello. Una vez mis ojos se acostumbraron a la oscuridad, miré hacia él y lo vi plácidamente dormido, bocarriba y con un brazo fuera de la cama. Entonces, al fijarme bien, vi que la sábana también estaba manchada, y todo alrededor de él. Tensé la mandíbula, pero acto seguido se me paró el corazón. Y, a continuación, grité con todas mis fuerzas y comencé a llorar, presa del pánico y la desesperación.

No era yo la que sangraba.

(En la foto, Deidara mosqueado xD)

Atrapada con los AkatsukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora