Capítulo Treinta "Una sorpresa inesperada"

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Capítulo Treinta

Llegué a casa junto a Luke a mi lado. Bajamos rápidamente del coche para después llamar a la puerta de mi casa. Miré hacia atrás.

-Adiós, Luke.

-Um... adiós Paula-se despidió él y seguidamente se fue.

Peter me abrió la puerta.

-¡Vamos!-exclamó serio. Me estaba asustando, y mucho.

Lo seguí hacia el salón. Dónde mi padre, Olliver y una mujer de cabello rubio permanecían callados.

-Cariño...-masculló ella.

-Como te atreves a entrar en esta casa-contesté esquivándola. Su rostro cambió a uno más serio.

-Paula, me la encontré en la calle y... me rogó subir a casa, no podía negarselo por mucho que no me apeteciera, es vuestra madre-comentó mi padre algo serio y decepcionado. Suspiré.

-¿Qué quieres?-pregunté.

-Yo... sólo quería veros, estáis tan mayores, y... y pensar que me he perdido una vida con vosotros. Me... me arrepiento mucho, muchísimo, lo... lo siento de veras hijos...-dijo Erika algo triste.

-No intentes dar pena, no la darás-añadió Olliver sin mantener una mirada fija a ella. Esta suspiró.

-Lo siento, de veras. Yo estoy muy arrepentida. Mírate Olliver, estás tan mayor, tan guapo, seguro que tu novia es muy afortunada...

-No tengo-contestó este seco.

-Pues lo será, porque mira que hombre estás hecho, un hombre apuesto, mi pequeño Oll ya se ha hecho grande, vas a brillar mucho en esta vida-añadió con una media sonrisa.-Y tú, cariño, estás tan mayor... has cambiado mucho. Me acuerdo cuando con a penas tres años te ponías a bailar por toda la casa con mis tacones, y te ponías mis joyas diciendo que eras una princesita y, ahora estás toda hecha una mujer, preciosa, eres igual que tu padre...-comentó dirigiendose a mí con cierto brillo en los ojos. Yo la miraba seria. Giró su mirada hacia Peter.

-Peter... mi amor, mírate, eres igual que tu padre, me recuerdas mucho a él en sus tiempos jóvenes, sé que... sé que esto es difícil para ti, eres tan joven, y pensar que tú estás viviéndo esto en vez de... en vez de pasarlo bien y al llegar a casa recibir una buena bronca por parte de tu madre por salirte de la hora de vuelta a casa... lo siento, estoy tan avergonzada por mi rudo comportamiento...-los ojos de Peter brillaban tanto que parecían dos estrellas fugaces sobre un cielo anochecido y oscuro.-Estais tan mayores...

El resto permanecíamos callados, mirándola fijamente y escuchándo atentamente a cada palabra que pronunciaba. No era tan fácil así porque sí perdonarla. Y no lo pensaba hacer. No quería. Estaba casi segura de que nadie quería. Todavía la guardaba rencor, al menos yo sí. Nos había dejado sólos todo este tiempo y de repente se digna a aparecer, cuando pensábamos que estaba muerta. Genial Erika, genial. Ya no la podía ni llamar por el nombre de "mamá" no se lo merecía, no se había comportado como tal, por lo tanto no se merecía que la atribuyeran ese nombre, dado que para mí no lo era ya.

-Lo siento chicos, lo siento de veras. Sé que soy una pesada pero es que estoy muy arepentida. Me gustaría conoceros más a fondo, me gustaría mucho. No me he comportado este tiempo como lo debería haber hecho, yo también me odiaría. Os dejé, todavía no sé ni por qué lo hice. Mark me volvía loca, y... llegué a cometer tantas locuras por él, que no me dí cuenta de que iba pisando a mis seres queridos.

Permanecimos callados unos minutos. Hasta que uno de ellos se digno a hablar.

-Yo no quiero nada contigo-contestó Olliver seco a mi madre. Esta suspiró.-No sé ni por qué estás aquí, no sé qué quieres, no sé por qué de repente quieres vernos, no sé nada, y si te digo la verdad. Preferiría vivir el resto de mi existencia con esta puta mentira, sin saber nada de ti. Papá nos ha cuidado, siempre nos ha querido y nunca nos ha abandonado, cosa que tú sí. A veces, a veces querría desaparecer... irme a un lugar donde nadie supiera mi nombre... empezar una vida de cero-Erika derramó una pequeña lágrima por su rostro.

Strong {Zayn Malik}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora