Capítulo Treinta y ocho "Despídete"

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Capítulo Treinta y ocho

Desperté lentamente. Me dolía todo. Miré a mi alrededor. Zayn seguía dormido. Mierda. No había sido un sueño. Todavía seguía en ese maldito calabozo secuestrada. Pero esta vez alguien más nos acompañaba a mi derecha.

Luke y Austin.

Dormían tan profundamente como Zayn. Los tres apoyados en la pared y el suelo. Por suerte yo había dormido en un cómodo torso. El de Zayn. Miré hacia su cuello. Y bajé la mirada hacia la clavícula. Esbocé una sonrisa al ver su tatuaje con mi nombre casi cubierto con la camiseta. Pensé que se lo había tapado con otro tatuaje encima. Pero no, se lo había dejado. Y esa era una prueba de que seguía  enamorado de mí.

Zayn comenzó a moverse. Y fue abriendo lentamente sus ojos. Una ligera sonrisa se dibujó en su rostro, y esta se me contagió a mí. Se incorporó y depositó un corto beso sobre mis labios. Puso su mano sobre su nuca, arqueando las cejas pensativo.

-Mierda...-masculló. Me acurruqué en él. Y me besó en la frente.

-Hombre, si ya estais despiertos los cuatro, ¡aleluya!-exclamó al otro lado de los barrotes una voz masculina.

Nos giramos hacia Luke y Austin, quienes, efectivamente estaban despiertos presenciando la escena de los besos sin darnos cuenta.

-Será mejor que subamos ya arriba, ¿no querreis perderos como matan a vuestro amiguito, verdad?

-¿Amigo? ¿de quién coño hablas?-preguntó Zayn al chico. Este rió.

-Hay que ver que inocente es Grey, ¿se creía así que iba a sobrevivir? No, junto a Mark Tomlinson-contestó.

-¿Qué? ¿vais a matarlo?-pregunté.

-¿No es evidente? Al Sr. Tomlinson ya no le sirve de nada-contestó. Callamos.-Y ahora, vamos.

¿Iban a matar a Christian? Bueno, no era rencorosa, y no me gustaba decir esto pero... Ya me había jodido la vida muchas veces, y en alguna de ellas casi me mata... Pero él en realidad es inocente, un chico que trabajaba única y exclusivamente por dinero, susurró mi subconsciente. Quizá tenía razón pero, ¿qué coño podía hacer yo? Nada, con Mark Tomlinson por medio.

Seguramente siempre iba armado, y no me extrañaría que tuviera un Bazoka escondido siempre en alguno de sus gorilas gigantes. Malditos guardaespaldas matones. Que asco los tenía.

Nos conducieron a los cuatro de nuevo por el largo pasillo interminable. Zayn y yo nos miramos, y me agarró de la mano. El chico que nos llevaba paró a hablar con otro gran chico. Dios. No exageraba. Era enorme. Asintió y se dirigió esta vez con nosotros el grandullón. Nos subimos en uno de los ascensores y pulsó la última planta. La azotea. Esperamos unos segundos hasta llegar a esta.

Corría cierto viento fresco por aquí. Revoloteando completamente mi pelo. Miré a lo lejos, como los otros cuatro hacían. Zayn unió más fuerte aún nuestras manos.

Mark Tomlinson.

Mark estaba ahí. Con una pistola en la mano, ¿cargandola? Joder. Estaba asustada. ¿Y quién no? Bueno, quizá mi maldito novio traficante de drogas sabía manejarla. Quién sabe, un camello como Zayn seguro que siempre iría armado. Pero esta vez no. Mark esbozó una sonrisa victoriosa a lo lejos, y se fue acercando junto con sus dos "gorilas". Madre mía. Realmente aquí todos eran enormes. Detrás de ellos pude ver la silueta de una mujer.

Erika.

¿Quería verdaderamente ver cómo mataban a su propia hija? Já, y quería que la perdonaramos, sí. Mis ojos se clavaron en los suyos. Parecía triste, sería una buena actriz si quisiera dedicarse al arte dramático. Bajé la mirada.

Strong {Zayn Malik}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora