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Lo admito. Jimin poseía algo que yo nunca había visto.

La forma en la que tocaba las teclas me hacía sentir tranquilidad. No podía evitar mirarlo durante largos periodos de tiempo porque simplemente me parecía como uno de esos manantiales en mitad del desierto, todo refrescante y revitalizador. Era adicto a oírlo tocar. Estaba rodeado de paz y mi corazón se sentía cálido cuando veía sus dedos presionar las teclas.

Me encontraba viéndole una vez más. Jimin llevaba tocando casi 20 minutos y yo no podía dejar de mirarlo.

Ya me había dicho que me detuviera porque podía causar que él me descubra. Pero me era inevitable perderme cada vez que lo escuchaba tocar.

De repente la música se detuvo.

Y salí del transe en el que estaba cuando Jimin habló.

— Tal vez deberías pedirme que te enseñe,si te gusta tanto como tocó .—sus palabras me descoloraron.

¿Yo?, ¿Me está hablando a mi?

— Se que me has estado observando durante tres semanas, así que creí que te gustaría aprender .—Joder, si es a mi. ¿Quién más si no? No recuerdo que nadie me hiciera compañía en mis sesiones de espionaje.

Mis ojos y los suyos conectaron en ese preciso momento.

Su mirada era amigable y podía detectar una cierta chispa de curiosidad en mi. ¿Qué debería decirle?. ¿Un "si por supuesto, es que estoy obsesionado contigo" sonaría mal?. Tal vez lo haría.

Sonrío y en cuanto sus ojos se achicaron mis mejillas se volvieron dos jitomates brillantes a punto de explotar.

Agache la vista y él dejó de sonreír.

— ¿No te molesta que yo lo sepa o si?. Es que el primer día que estuviste aquí hiciste rechinar la puerta y lo note inevitablemente. Lo siento si no querías que lo hiciera. —su voz era cien veces más calmante que  la música que creaba. Estaba en medio de un ataque de vergüenza. No sabía si decirle que no me molestaba o disculparme por ser un miron. — En realidad... me gusta que te guste lo que toco. Me siento mucho mejor haciéndolo para la gente que yo solo.

Alce la cabeza y me encontré con sus ojos marrones mirándome con una sonrisa agradable. No me moví y estaba seguro de que me veía patético mordiéndome el labio y a punto de llorar. Porque sí, las lágrimas no tardan en salir de mis ojos en cualquier momento.

— ¿Quieres entrar?. Me gustaría que me vieras de más cerca. Además es más cómodo un asiento que el piso supongo.

Su invitación me tomó desprevenido. ¿No estaba molesto? Es decir, yo había estado espiándolo mientras practicaba, debería estar al menos un poco irritado.

Pero por su expresión sabía que no lo estaba. Aleje los pensamientos de mi mente y tome una enorme respiración mientras empujaba la puerta.

El mismo chirrido de la última vez se repitió y me adentré en el salón color crema con Jimin mirando mis torpes acciones amable y dulcemente.

— Puedes sentarte ahí .—dijo señalando una silla al otro lado del salón.

Di cuatro pasos y me senté en el acolchado asiento. Mi mirada estaba pegada al piso y podía sentir el sabor metálico de la sangre por morderme tan fuerte el labio.

Cuando quede completamente quieto deje de sentir la mirada de Jimin sobre mi y casi de inmediato él comenzó a tocar de nuevo.

Está vez la canción era una que yo no conocía pero era tan hermosa que poco después alce la vista del piso y volví a perderme en sus facciones combinadas con el sonido celestial.

Los minutos pasaron pero ni siquiera me di cuenta porque estaba completamente perdido en como se veía Jimin tocando esa hermosa canción.

Cuando menos me di cuenta el reloj marcaba las 4:32 y Taehyung ya debía de estar terminando sus tutorías.

Jimin se detuvo y se giró para mirarme.

— ¿Te gusto? .—En cuanto sus ojos se posaron en mi, agache la cabeza y volvi a masticarme el labio mientras asentía débilmente. —Me alegra que te guste. Uhm... ¿Como te llamas?.

Me hubiera gustado responder y no verme como un idiota con retraso. Pero como si esa hubiera sido mi señal, me levante de la silla cual resorte e hice una reverencia de noventa grados para después salir corriendo fuera del salón dejando a Jimin con pura incredulidad marcada en el rostro.

(...)

—Oh Jungkookie, te estaba buscando, ¿dónde estabas?

—Fui a... ver algo. —había aprendido a hablar sin trabarme al rededor de Tae y de los demás  chicos, pero mi voz aún salía como susurros de niño pequeño.

—Bueno,  ven vamos... Jin dijo que él nos llevaría a casa hoy. Ya debe estar en el estacionamiento.

Tae caminó y lo seguí justo detrás. Nos perdimos en el frío del día y encontramos a Jin en su auto tomando un pequeño vaso de café. Subimos y justo cuando Jin estaba apunto de arrancar un grito nos detuvo.

—¡Oye!... —¿santo Dios pero que...? .—Ten... se te cayó tu cuaderno cuando saliste corriendo.

Jimin venía corriendo un poco agitado y su sonrisa cálida volvió a dejarme completamente nervioso.

Estiró si mano y me entregó una libreta de pasta azul con la palabra "Biología" en la portada y luego me sonrió separándose del auto.

—¿Vendrás mañana también? A verme.

Estaba hundiéndome en el asiento del auto con cachetes apuntó de arder en una bola de fuego. Asentí ligeramente con la mirada pegada en mis tenis.

— Genial. Hasta mañana entonces.

Jimin se despidió de Tae y de Jin y luego el auto se movió fuera del estacionamiento.

Lo último que vi fue la mirada de Taehyung sorprendida y exigiéndome respuestas de forma acusatoria.

Esto estaba mal. Muy mal.


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annyeong 💕

ᵀᵒᵘᶜʰ ᵐᵉ ⤷  ʲⁱᵏᵒᵒᵏ ♡ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora