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Se me fue el aire tan repentinamente y era tan consciente de mi incapacidad para moverme. El olor era ácido; manzana y naranja. El olor me hizo perder la cordura.

Recordaba el olor como un mantra que se repetía una y otra y otra vez en mi cabeza. El olor. Era exactamente ese olor y no podía moverme. Mis párpados parecían sin fuerza y la garganta la tenía terriblemente seca. Quiero que se detenga, por favor.

Como si mi súplica hubiera sido otra, sentí suavidad. Era la suavizada que había experimentado; pero esto no se sentía como suavidad, dolía, dolía por todos lados y se intensificó cada segundo más. Dedos. Eso eran dedos.

El estómago se me revolvió. Manzana, naranjas y dedos. Comencé a temblar y mis ojos se abrieron apenas en un diminuto espacio. Cabello obscuro, manzana y naranja y dedos.

Manos. Duele. Manos. Para.

Me duele. Gritar. Grite. Gritar más fuerte. Lo hice aún más pero aún sentía esas manos. Tocaban todo lo que podía y dolía.

Manos. Aplastó mi garganta con sus dedos. Un anillo en el anular saco sangre de mi piel. Las lágrimas salieron sin control y mis gritos... mis gritos... mis gritos. Las manos no se detuvieron.

Ojos miel. Mirándome así. Dolía. Por favor.

Su voz me corto la respiración.

— ¿Te gusta así Jungkook?

...

— ¡¡Basta!! ¡Por favor!! ¡¡Por favor!! ¡¡Por favor!!! ¡¡POR FAVOR!!!

— ¡Jungkook, ¿Qué pasa, Jungkook... que?!

— ¡¡Mamá, dile que pare, por favor, que pare!! — me asfixiaba con mi propio aire. Los pulmones me ardían con cada fuerte bocanada y aunque sabía que era un sueño no podía dejar de llorar.

Nunca soñaba con eso, mis recuerdos se guardaron por sí solos y nunca los vi otra vez, hasta ahora y dolía. Dolía.

Dolía porque sabía perfectamente de que trataba mi sueño. Era algo de lo que no podía escapar, no podía recordarlo completamente pero siempre terminaba igual. Escuchaba su voz y entonces despertaba. Bañado en sudor, llorando terriblemente fuerte y mi corazón. Mi corazón dolía más que nada. Esta era la primera vez que algo tan largo llegaba así a mi mente.

Un día él había sido lo que mas admiraba. Lo miraba tocar una y otra vez, e incluso puedo recordar el calor que subía a mis orejas cuando me atrapaba viéndolo desde la esquina de aquel sillón marrón, justo al centro de una acogedora sala.

Admiraba muchas cosas de él pero especialmente su suavidad. Una suavidad que anhelaba entender pero nunca conocí

— Shhh cariño... tranquilo estoy aquí

Sentí la cama hundirse gracias al peso de mi mamá y sus brazos tomaron los costados de mi cuerpo. Todo daba vueltas y sabía... sabía que volvería. Solo podía esperar, rogar para que no lo hiciera.

...

Ojos miel. Hermosos ojos miel.

Naranja y manzana. Manzanilla. Naranja, manzana y manzanilla.

Veía a través de un ventanal. Era un campo de trigo, parecía calmado, el viento apenas si se sentía desde aquí y podía verlo. Veía su cabello y veía sus ojos y su forma de sonreír. Quería acercarme. De verdad quería.

— ¡Jungkook! — su mano se agitó en mi dirección y el dolor en mi corazón desapareció. Era extraño. Era agradable.

Calor y suavidad. Eso sentía.

ᵀᵒᵘᶜʰ ᵐᵉ ⤷  ʲⁱᵏᵒᵒᵏ ♡ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora