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Recuerdo que cuando era pequeño mis padres solían decirme que mentir era algo horrible que la gente hacia para escapar de sus problemas. Recuerdo que ellos se encargaron por mucho tiempo de que yo no dijera mentiras y eventualmente lo lograron.

Cuando cumplí seis años le dije una mentira a la señora que cuidaba la casa cuando mi mamá no estaba, la mentira me hizo sentir tan mal por todo lo que mis padres me habían enseñado que después le dije a la señora Lee que había roto su teléfono y me disculpe con ella unas cien veces, incluso intente comprarle uno nuevo con mis ahorros pero ella era tan dulce que me dijo que no y que ya estaba a punto de cambiarlo. Mis padres me felicitaron por decir la verdad, después me castigaron por ser tan poco cuidadoso pero me sentía bien por haber sido honesto.

Ellos, los dos, me enseñaron a no decir mentiras y sin embargo aquí estaba yo, ingeniándome una mentira, porque Jimin me miraba con los ojos en señal de sorpresa y la boca entre abierta.

Debía decir una mentira para encubrir mi anterior mentira. Mis padres seguro me golpearían por comportarme así.

Mire a Jimin a través de mis pestañas y me aseguré de parecer completamente normal. Él me había cachado tocando el piano, definitivamente podía mentir sobre eso, solo estaba esperando que dijera algo para soltar todo mi relato poco coherente de porque estaba tocando.

— ¿Vas a...? uhm... ¿porque estabas...?, tú... — se pasó los dedos por el cabello.

Nuestros ojos estaban pegados como dos imanes. No podía dejar de mirarlo, menos ahora que me sentía atrapado y todo me daba vueltas.

Sin embargo, mucho como quería mirarlo, me sentí avergonzado. Baje la vista a mis dedos y me di cuenta que él pellejito que había tenido durante los primeros días de escuela, había hecho un regreso triunfal más grande que antes.

Estaba a punto de levantarme y hacer mil reverencias como disculpa cuando escuche la dulcecita voz de Jimin resonar en mis oídos.

— Jungkook... ¿podrías... explicarme? — hizo una pausa que me dio varios segundos para huir de ahí sin dar una explicación. Pero decidí quedarme, más que nada porque el pánico no me dejó moverme, pero también porque él tenía razón, le debía una explicación.

Trague la saliva que se había acumulado en mi garganta y lo vi otra vez, de lo que me arrepentí casi enseguida porque sus ojos se veían tan desconcertados, me hacía sentir incluso más mal por haberle mentido. Así que mi vista regreso a mis dedos tran pronto como lo vi.

— ¿Jungkook? — su voz no me hizo sentir mejor.

Siempre que lo escuchaba hablar mi corazón saltaba un poquito para recordarme que ese chico de linda sonrisa me gustaba. Me gustaba mucho.

Y a penas si me podía creer que alguien me gustaba, porque nadie me había gustado desde hace mucho mucho tiempo. Parecía bastante irreal.

Lo mire otra vez resistiendo las ganas de soltar un suspiro, porque lo juro, casi podía ver luces saliendo alrededor de él y ángeles cantando en un coro celestial. Era demasiado para mí y mi pellejito pareció menos abrumador así que mi vista regreso a el.

Volví a tragar saliva y me dije a mi mismo que hablara, después de todo ya me había descubierto, ¿que más podía salir mal? — Yo... lo siento — ¿Lo siento? ¿Eso es lo mejor que se te ocurrió Jungkook?

Jimin sin embargo, no dijo nada y me imaginé que esperaba que yo dijera algo más, no solo un lo siento.

Últimamente me mordía los labios bastante y decidí que me pondría una meta de no hacerlo más, porque al final de cuentas solo me hacía ver más vulnerable e intentaba dejar esa fase atrás.

ᵀᵒᵘᶜʰ ᵐᵉ ⤷  ʲⁱᵏᵒᵒᵏ ♡ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora