CAPÍTULO 14:ZANJEK

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Tara y Yaro se encaminaron hacia el camino de la izquierda, el único que les quedaba por recorrer y su última esperanza de salir de esa cueva, siempre que no quisieran arriesgarse a pasar al lado de la prisión custodiada por los Caballeros de la Verdad, aunque eso por el momento no entraba en sus planes.

El camino era mucho más ancho que los otros dos, y el techo parecía no verse debido a su altura y a la oscuridad que había. A penas entraba luz por unos pequeños agujeros en la pared izquierda. Los dos jóvenes tenían que ir de la mano para no separarse, pero ninguno tenía miedo. Yaro porque estaba acostumbrado a situaciones difíciles desde pequeño, y Tara porque había aprendido a ser valiente tras todo este tiempo. Ya no sabía cuanto tiempo había pasado desde la última vez que estuvo en la Tierra. Pero sabía que mucho, incluso llegó a pensar que tal vez el tiempo pasaba de una forma diferente en Nerba que en la Tierra. Aunque eso solo eran hipótesis y pensamientos suyos. 

Echaba de menos a su padre y a sus amigos, Ania, María y Teo. Se preguntaba si Main ya estaría curado. Por eso, aunque pretendía disfrutar Nerba y el hecho de ser una Hechicera, deseaba volver cuanto antes para calmar sus dudas y gritar que estaba viva.

 ¿Qué pensaría su hermano al saber que el también era un Hechicero? ¿Y Ania? Ella ya sabía de Nerba, al parecer. Tal vez también sabría algo sobre los hechiceros. Aunque no tenía por qué, puesto que solo estaban ella y Main en el mundo. Espera...¿por qué solo había dos hechiceros y dos magos en todo el mundo? Se creó una nota mental. Tendría que preguntárselo al mago Brillan más tarde.

Todo había pasado muy rápido desde que el rey Escaro y la princesa Cirí se presentaron ante ella con un pergamino en el que se explicaba su misión. 

Pero entonces, se acordó de algo, algo que no había tenido en cuenta. ¡Tasin era el hermano de Escaro y el padre de Yaro! Eso quiere decir... que el tío de Yaro era nada más ni nada menos que el mismísimo rey de Nerba. Sin aguantar su duda y curiosidad y, a pesar de la situación, decidió preguntarle a Yaro, pero él se le adelantó:

-¿En qué piensas, Tara? Estás muy callada para lo que eres tú. Siempre estás haciendo preguntas.

-Estaba pensando- respondió la chica- que Tasin es tu padre, ¿no? Pero tu padre es el hermano del rey Escaro...

Yaro no respondió. Es cierto, no lo había pensado. Todo el mundo decía que Tasin era el hermano del rey Escaro. Eso quería decir... ¿qué era miembro de la nobleza de Nerba? 

-Pero, ¿por qué la luzniera no atacaría al rey Escaro y a la princesa Cirí?- preguntó Tara.

-No lo sé. Puede ser que en esos momentos se encontraban en casas diferentes. Al fin y al cabo, si Tasin no era el rey, no sería de extrañar que no viviera en el Palacio de Nerba. No estaría obligado a hacerlo. Tal vez prefirió tener una vida más decente...y se mudó.

-Es una posibilidad. 

-Creo, que, tarde o temprano, la acabaremos descubriendo. Cada vez estamos más cerca del norte.

Siguieron hablando, aunque esta vez bromeando sobre todo lo que les había pasado. Tara intentaba hacer enfadar a Yaro diciéndole que seguramente habría huído del Bosque de las Brumas si no fuera porque la calavera esa no se lo permitía.  Yaro odiaba que lo tomaran por cobarde, aunque solo fuera de broma.

-Además- dijo Yaro- a mí por lo menos no me tuvieron que salvar.Si no fuera por mí todavía estarías dormida con pesadillas.

-Y si no fuera por mí- replicó Tara- todavía estábamos en esa prisión.

De repente dejaron de discutir al notar la presencia de alguien. No lo veían, pero podían percibir su pesada respiración. Ambos se asustaron, y echaron a correr, Yaro delante y Tara detrás, cogidos de la mano para no separarse. Pero fue un error, pues en menos de diez segundos Yaro chocó contra un cuerpo, haciendo que tanto él como el desconocido se alarmaran y gritaran. Tara ni siquiera pudo articular palabra.

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