CAPÍTULO 18: OTRA VEZ EN PRISIÓN

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-¡Tara, despierta!

La chica abrió los ojos al oír la voz de Yaro. No se veía nada pero sabía que la voz procedía de él.

-¿Dónde estamos? -preguntó

-No lo sé- le contestó Yaro- No recuerdo nada de lo que ha pasado. Solo sé que hasta hace poco estábamos tranquilamente con Zanjek y Blacky y ahora mismo no están ninguno de los dos.

-Vaya, yo igual. Solo recuerdo eso. Y esto no me gusta nada.

-A mí tampoco. Me estoy empezando a preocupar por Zanjek. ¿Qué habrá sido de él?

-Y de Blacky. A veces pienso que él no debería sufrir, esta aventura no tendría que tener nada que ver con él.

-Cierto.

-Otra vez en prisión...y no veo ningún candado como para hacer el truco que hice en la prisión de la Mentira. De hecho, no veo nada...

-Tengo miedo, Tara.

-Esto no pinta bien, Yaro

(No muy lejos de donde se encuentran Tara y Yaro)

-¡Vaya,vaya, Zanjek! Desde luego eres uno de mis mejores ayudantes. Dime, ¿dónde los has encerrado?

-En la prisión más oscura y profunda de todas. Jamás lograrán salir de ahí, menos si no recuerdan nada.

-Ya veo, con que también les has borrado la memoria-respondió Tasin, sentado sobre un cojín. Hacía varios gestos con la mano derecha mientras que con la otra sujetaba una copa de vino.

-Tasin, me alegro de haberme unido a ti sin ningún conjuro. Pero, ¿dónde está mi recompensa?

-Aquí tienes- dijo el malvado hombre a la vez que le entregaba una lámina de plata del tamaño de una mano- ve y enséñale esta insignia al guardia de la habitación del tesoro. Todo lo que hay allí es tuyo.

-Gracias, Tasin, cualquier regalo tuyo es un honor- dijo Zanjek mientras se hincaba de rodillas.

-Me complace tu educación, Zanjek. Pero escúchame bien. Si en algún momento me traicionas, no solo perderás las riquezas, si no que impondré sobre ti una maldición.

-¿De qué trataría esa maldición?- preguntó el randu, algo nervioso. 

-Tu cabello y ropas se desintegrarán. Tus ojos saldrán de las órbitas y tu nariz y manos se retorcerán hasta convertirse en un fino hilo. Más tarde, empezarás a expulsar toda la sangre y fluidos de tu cuerpo vomitando, tus órganos internos, músculos y huesos se convertirán en cenizas. Todo esto, ocurrirá entre cinco y ocho horas. En resumen, una de las muertes más dolorosas y lentas que pueda haber.- dijo Tasin como se lo supiera de memoria.- Y de mis favoritas.

Al oír estas palabras, Zanjek sintió un escalofrío. Prefería mil veces el tesoro a esa horrible experiencia. Jamás traicionaría a Tasin. Total, al fin y al cabo Tara y Yaro tampoco le aportarían nada bueno si los apoyaba.

Finalmente Tasin quedó solo cuando Zanjek se dirigió a la sala del tesoro.  A través de una esfera brillante, podía ver lo que hacían Tara y Yaro sin que estos se dieran cuenta.

-Ay, hijo mío. En realidad puede que te aprecie, como fruto del amor que en un pasado sentí por tu madre. Pero cambié, y ese amor murió. Yo mismo me ocupé de ello. Todos cambiamos, excepto tú, bendecido por la diosa Rubí . Me gustaría ser bueno como tú. Sin embargo, eso ya no es posible. El Mal se ha apoderado de mí y he de ceder a él.

Mientras Tasin decía esto en voz alta, serio como una piedra, pero con una lívida sonrisa en los labios.

-Jamás lograré ser malvado al completo, pues una milésima parte de mí quedó dominada por el amor y la bondad de ti, Miala. Creía que haciéndote desaparecer esos pensamientos de ternura acabarían...y sin embargo, incluso muerta estropeas mis planes.

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