-¡Voy! -grito a metros de la puerta.
Abro y el mundo se me cae a los pies, es Daniel.
-¿Estás bien? Parece que hayas visto un fantasma -dice pasándome la mano por delante de la cara.
-Si, es solo que no te esperaba. Me alegro de verte.
Sacudo mi cabeza y le doy un cálido beso en los labios, invitándole a entrar.
Nos sentamos en el sofá y nos miramos sin saber que decir, es un silencio algo incómodo.
-Te compré algo ayer, por eso no pude ir a la fiesta. Me perdí y ya era muy tarde -dice rompiendo el hielo.
-Tranquilo, me quedé en casa sola, no fui -digo nerviosa sin mirarle.
-¿Sola? Me dijo Jesús que estabas con él -dice extrañado.
Muerdo mi labio inferior e intento pensar rápido, no me puede pillar, si se entera todo se irá al traste.
-Quiero decir, sí que estaba con Jesús, pero por la noche se fue a casa -digo cerrando fuertemente los ojos.
-No ha dormido en casa... -dice molesto.
-Pues no sé -empiezo a ponerme más nerviosa.
-Julia, ¿Hay algo que me estés ocultando? -pregunta levantándome la barbilla para que lo mire.
No puedo más con esto, no puedo mentirle, se merece que le cuente la verdad. Por mucho que nos duela a los dos.
-Daniel, lo siento -digo rompiendo en llanto.
-¿Qué has hecho? -dice preocupado, apartando su mano de mí barbilla.
-No recuerdo muy bien lo que pasó, solo sé lo que me ha contado Jesús. Anoche estaba muy nerviosa porque no sabía dónde estabas, así que empecé a perder los nervios hasta que Jesús me invitó a tomar algo en la cocina. Empezamos a beber y a beber... -suspiro haciendo una pequeña pausa -Y acabamos en la cama -bajo la cabeza, arrepentida y sintiéndome la peor persona del mundo.
Se queda en silencio, escucho como solloza y se me rompe el alma. No puedo con esto, es demasiado para mí.
-No hace falta que te disculpes, sabía que en algún momento volverías a caer a los pies de mí hermano. Ya no tendrás que preocuparte por mí, porque necesito que nos demos un tiempo -dice con la voz rota.
No sé qué me esperaba, obviamente querría dejarlo. Le he engañado, se merece un tiempo, pero aún así mi corazón ha dado un vuelco en cuanto Dani ha pronunciado esas palabras.
-Espero que puedas perdonarme, de verdad que lo siento Dani, no era consciente de lo que hacía -digo llevándome las manos a la cabeza.
-Julia, no sé si te habrás dado cuenta, pero Jesús está enamorado de ti. Desde que te vio por primera vez, ese mismo día me preguntó si teníamos pensado durar mucho, porque te quería para él. Se lo impedí al instante y me enfadé mucho con él, pero cuando os besasteis ya estaba todo perdido, mi hermano hace lo que sea para conseguir lo que quiere -dice levantándose del sofá.
Le miro sorprendida y me levanto con él.
-Nunca pensé que fuera capaz de hacer eso... Me siento como una idiota.
-Me tendría que ir yendo. Hasta otra, Julia -dice decepcionado.
-Espero Dani, ¿Te puedo dar el último beso? -digo agarrándole del brazo suavemente.
Se queda mirándome a los ojos unos segundos, cuando reacciona me coge por la cintura bruscamente y me besa, parece que no quiere que me separe. Finalmente él lo hace y abre la puerta.
-Adiós -dice saliendo de casa.
Me quedo mirando como se aleja, cierro la puerta y me siento en el suelo, apoyada en la pared mirando al techo.
Saco el móvil de mi bolsillo y les envío un mensaje a mis amigas: 'Chicas, os necesito'.
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Addicted To His Kisses - {DOS TEMPORADAS}
Teen FictionY si la chica sin sentimientos, ¿se enamora?... ¿Y si los besos de dos hermanos se vuelven su droga más deseada? Continúa la historia...