Hemoglobina.

Cap XV

¡Buenas noches! Me hice pelota con este capítulo, así quedó.

Poco más de un mes y medio había pasado desde aquella noche en que el alcohol les nubló la razón, y una vez más todo cambio, Lena ya no había vuelto a trabajar con la morena, algo que agradecía, siempre la evitaba, aunque no la esquivaba de forma tan notoria como antes, no que Yulia anduviera detrás de ella; como si nada hubiera pasado entre ellas, solo convivían en el hospital; eso si, ambas seguían el trabajo de la otra, Lena porque le gustaba la especialidad de la morena a quien no le faltaban casos complicados.. y para ser sincera, si extrañaba esa parte, la de trabajar con los pacientes de la morena. Yulia observó el trabajo de Katina desde la galería en más de una ocasión, para su molestia, el trabajo de la pelirroja no sobresalía del resto de los residentes, era correcto su accionar, pero no hallaba esa visión que la hizo sobresalir del resto ante sus ojos, era una versión mediocre de la Katina que trabajó a su lado, aún así, prefirió dejarlo estar de momento, en algunas semanas probablemente estuviera en su servicio y tendría la posibilidad de evaluar su desempeño de forma más completa.

La preocupación de la morena ahora pasaba por otro lugar, por otra persona, Tanya, su ahijada con quien ahora compartía más tiempo al igual que con Irina, había notado unos síntomas en la pequeña que no le gustaron, al principio pasó algunos por alto, como el dolor de cabeza con el que la pequeña amanecía algunas de las veces que durmió en su apartamento, por momentos la notaba fatigada, y apenas tres semanas atrás, notó una leve dificultad en la pequeña para masticar y tragar los alimentos, quizás estuviera comportándose como una paranoica, eso fue lo que la detuvo de hablar con Irina ante los primeros síntomas, pero con el último, no dudó en encarar a su rubia amiga, y con el mayor tacto posible, le sugirió que la llevara al pediatra y le comentara sobre los síntomas que Tanya tenía, la visita al pediatra derivó en una consulta con un neurólogo, ahora estaban en la angustiosa espera del resultado de la TC que según expresó Irina, el neurólogo solicitó más que nada para la tranquilidad de Irina que no dudó en mencionar que la consulta la hizo por sugerencia de su amiga que era neurocirujana.

Yulia estaba en su consulta acompañando al ante último paciente de su lista, tenía la tablilla con los nombres de los mismos en mano y una vez que el hombre se despidió de ella estrechándole la mano, la azul mirada de Yulia viajó al papel debiendo alzar el mismo que estaba sujeto a la tablilla para confirmar lo que había leído, no hizo falta que pronunciara el nombre de su ahijada, la niña con voz chillona se hizo notar, el rostro de Yulia empalideció teniendo que hacer un esfuerzo sobrehumano para recibir a Tanya con una sonrisa mientras la tomaba en brazos puesto que la niña pegó un salto hacia ella al estar a unos pasos de distancia; Irina y Lenin estaban unos pasos más atrás con no muy buena cara, se notaban afectados, y aunque no conociera la exacta razón, sabía que algo malo estaba pasando, algo muy malo para que ellos estuvieran allí, para que Tanya figurara en la lista de sus pacientes, dominó el impulso de reclamarle a Irina que no hablara del asunto con anterioridad, además, conocía el motivo, Yulia se habría negado a esa consulta que aún no sabía si llevaría a cabo; dejó un beso en la frente de la pequeña rubia que para el momento se entretenía con el estetoscopio que colgaba de su cuello y saludó con un beso en la mejilla a los padres de la pequeña mientras se hacía a un lado dándoles paso.

I: "No me mires así, sé exactamente lo que estás pensando y lo siento en verdad." Comenta mientras Lenin y ella se sientan sobre el par de sillas frente al escritorio, Yulia sosteniendo aún en brazos a su ahijada se sienta frente a ellos dejando que Tanya se acomode de lado sobre sus piernas.

Y: "Así que vienes a ver como trabaja tu madrina, eh.." Murmura apenas sin hacer mención sobre el comentario de Irina, si bien no le gustaba la situación que se estaba dando creía entender a su amiga y tampoco que fuera momento de reclamos, si de por sí lo estaban pasando mal, lo notaba en los rostros fatigados y atormentados del matrimonio.