Cap I

1.5K 49 7
                                    

Odiaba tener que esperar, cuanto lo odiaba, pero más que eso, odiaba que Nadia, su hermana menor se valiera de los argumentos que alguna vez ella empleó para salirse con la suya, en ese preciso momento bien podría estar volviendo a casa en taxi, pero no, Nadia insistió en pasar a buscarla por el hospital a pesar de que su turno terminara a las 22:00 pm, para variar, su hermana no estaba siendo puntual; entendía que no atendiera sus llamadas si estaba manejando, más aún cuando las calles moscovitas estaban cubiertas de una delgada capa de nieve, pero ¿por qué no se dignaba en contestar alguno de los últimos tres mensajes que le envió? ¿Es que no había parado en ningún semáforo? Su paciencia se estaba acabando luego de veinte minutos de espera mientras rondaba junto a la puerta de salida del hospital, logrando quien sabe como dominar el impulso de apagar el móvil y largarse de allí, quizás de esa forma su adorada hermana comprendiera lo importante que es ser puntual y dar tan siquiera un aviso si se estaba demorando, pero no, ella no podía hacerle eso, por lo que optó por mandarle un mensaje más, avisándole que daría una vuelta por el hospital, que le avisara cuando llegara; una vez que envía el mensaje libera un pesado suspiro para desplazarse por los pasillos del hospital al que apenas se estaba acostumbrando ya que solo hacía una semana que trabajaba allí, pronto su hermana comenzaría a trabajar como interna, sabía que por las reglas del hospital de enseñanza no podría tenerla en su servicio, salvo que su residente lo estuviera y la escogiera para asistirla e instruirla, y la tan sola idea de compartir el quirófano con Nadia le generaba alegría; ambas estaban cumpliendo sus metas, como todos los que estaban allí, a base de mucho esfuerzo y sacrificio, resignando muchas cosas, entre ellas las horas de sueño, pero valía la pena; estaba orgullosa de su hermana y sus padres, donde quisiera que estuvieran, también lo estaban, de eso no le quedaban dudas; y aunque hacía demasiado tiempo de la partida de ambos, no había un solo día que no deseara que ellos estuvieran a su lado, viendo hasta donde habían llegado, era absurdo e imposible, lo sabía, pero el deseo no la abandonaba.

"Doctora Volkova, si no me equivoco, su turno terminó hace exactamente 27 minutos."

La voz del Dr. Popov, jefe de cirugía logró sacarla de sus cavilaciones provocando que la morena detuviera los pasos frente al hombre que la miraba expectante con una ceja alzada.

Y: "Y como usted verá, no estoy ya de servicio." Responde la morena con su habitual tono firme y seguro, al menos el que lograba emplear en el hospital ante un superior, compañero o cualquier persona del staff.

N: "Pero su dirección es incorrecta, la puerta de salida es de aquel lado." Advierte señalando el lugar del cual la morena venía.

Y: "Un percance con el coche, como tengo unos minutos más, quien sabe cuantos de espera.. he decidido dar un paseo por las instalaciones del hospital, usted sabe, para no seguir perdiéndome." Contesta con sinceridad, al igual que siempre sin dar demasiado detalles de su vida personal; no podía decir que tuviera mucha confianza con Nikolai Popov, pero si lo conocía un poco en el plano laboral ya que participó en dos o tres cirugías de él cuando era residente y él atendió pacientes del hospital en el que fue interna y residente, al obtener la especialidad, el hospital le ofreció un puesto para el departamento de neuro, como Nadia sería interna en ese hospital no dudó en aceptar.

N: "Si fuera una interna, aseguraría que lo que busca es un poco de acción." Comenta en tono suave haciendo un ademan para guiarla mientras le hace compañía; sin ignorar lo autosuficiente que la joven cirujana era, tildándola algunos cirujanos de soberbia, él prefería pensar que disfrutaba su soledad dentro de las paredes del hospital, sin generarle inconvenientes ya que se acoplaba al equipo, poniendo una inmensa barrera sobre su vida personal, por lo que el trato con los demás allí, era absolutamente laboral.

Y: "La búsqueda de acción no se restringe a internos y residentes, ¿dirá usted que no la necesita a veces?" Interroga dando los primeros pasos junto a su jefe mientras cambia de mano el maletín en búsqueda de comodidad al andar.

Hemoglobina.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora