Hemoglobina.

Cap XXIII

Escasos minutos antes de las 6:00 am el coche de la morena era aparcado en el estacionamiento del hospital, del mismo y en absoluto silencio descendieron la residente y la especialista. Ninguna pronunció palabra alguna luego de aquel abrazo que para ellas duró unos pocos segundos, en realidad, en la comodidad del abrazo, de la cercanía de sus cuerpos, perdieron la noción del tiempo y se obligaron a soltar a la otra de forma suave y lenta, como si un mal movimiento fuera capaz de destruir a la contraria, ¿qué tan rotas estaban por dentro? ni ellas eran capaz de calcular el nivel de destrozo que acarreaban, no era fácil decir adiós con tanto sentimiento que debía ser guardado, ellas ya lo habían hecho, se resignaron a que no había un nosotras posible porque Nadia, de igual forma que las unía, las separaba. En realidad, la culpa de Yulia ante esos sentimientos nacientes, ante la idea de traicionar a su propia sangre lo hacía, Lena.. simplemente lo aceptaba, conformándose con la relación que ahora tenían, que más allá del silencio del viaje, era de confianza, sabía que estaba traspasando los muros de Yulia, no tenía duda de ello, y a pesar de lo doloroso que resultaba, lo prefería a quedarse con la imagen de la cirujana inaccesible, de la misma que alguna vez, más allá de su talento en el quirófano no encontró ninguna virtud, que lejano se le hacía todo, a cada paso estaba más convencida de que Yulia Volkova era una mujer increíble, si, esa que Nadia tantas veces describió.

Y: "La veo en la habitación de Dimitri en diez minutos." Musitó la morena al ingresar al hospital, encaminando sus pasos hacia el vestuario de especialistas, dejando atrás a una pelirroja que parecía moverse por inercia, un tanto alejada de la realidad, metida en sus cavilaciones que solo giraban en torno a una persona.

Diez minutos después, la morena luego de tocar dos veces la puerta de la habitación del paciente, se adentró a la misma, sin que tarde en llegar a su retina la imagen del chico retorciéndose de dolor sobre la cama hospitalaria mientras Katina le tomaba la temperatura, la madre afligida sostenía la mano del chico, el padre tenía ambas manos sobre los hombros femeninos en clara señal de apoyo, era una imagen dura para la morena, pues en la cama estaba un adolescente de 14 años con toda una vida por delante, pero a la vez, la unión familiar lograba conmoverla, claro que no mostraba expresión alguna, al menos eso pensaba la morena que no se percató del movimiento de sus ojos cuando se entornaron, algo que no pasó desapercibido para Lena, que si bien no podía leer ese gesto a la perfección, sabía que la escena tocó alguna fibra sensible en la morena que solo saludó con un leve movimiento de cabeza antes de coger la ficha del paciente.

Y: "¿Fiebre y vómitos hace cuarenta minutos?" Indaga la morena sin apartar la mirada de la ficha que leía con detenimiento, buscando contrastar los datos de las anotaciones de las enfermeras con la de los padres del paciente.

M: "¿Quién es usted?" Indaga la madre del paciente, quien demasiado enfrascada en el padecimiento de su hijo, apenas notó la presencia de la mujer de oscura cabellera que ahora sostenía la ficha de su hijo y direccionaba su azul e intensa mirada hacia ella.

Y: "Soy la Dra. Volkova, han pedido una consulta a neurocirugía." Responde en tono suave, como si hablar de esa forma aminorara el motivo de su presencia en esa habitación.

P: "El neurólogo no encontró nada." Advierte el hombre tensando los dedos sobre los hombros de su esposa.

L: "Puede que se le haya escapado algo, como a todos nosotros que no sabemos que es lo que provoca el dolor, y los síntomas que se presentaron recientemente." Interviene la pelirroja extendiendo la mano hacia la morena para coger la ficha y poder apuntar la nueva información tras la auscultación del paciente, siendo que la fiebre ya había cedido, no así los dolores que lo aquejaban.

P: "¿Hará usted algo?" Interroga con una nota de desesperación, la que le generaba ver a su hijo retorciéndose de dolor sin que nadie les diera respuestas, una solución.