El inicio de la batalla

19 3 66
                                    

—Ew.—Me digo mientras termino de limpiarme en la nieve.—Creo que debo tener más cuidado conmigo mismo cada que mato a alguien.

Un ángel cae muerto en frente de mí y un reaper clava su alabarda en la nieve.

—También debe dejar de hablar solo.—Me dice mientras truena su cuello, baja y se dirige hacia mí, me tiende una mano y yo la tomo para levantarme.

—Lo tomaré en cuenta.—Respondo y él asiente, un verdugo comienza a correr hacia nosotros y yo me preparo para salvar a mi soldado pero el reaper solo mueve su abalarda hacia atrás con la punta de la hoja horizontal y el verdugo muere.

El reaper se va y lo pierdo de vista. Al menos sé que puedo confiar en que no va a ser asesinado tan fácilmente.

Continúo con mi camino y siete ángeles me rodean, clavo mi espada en el suelo y me arrodillo.

—¿Qué esperan?

—¡Mátenlo!—Ordena uno de ellos, cinco de ellos se adelantan y yo alzo mi mano, la comprimo y los cinco comienzan a retorcerse para quedar en el mismo estado del ángel de hace rato, un rayo atraviesa las frentes de los otros dos y Trivium aparece caminando hacia mí.

—Te faltaron dos.—Me dice.

—Tenía planes especiales para ellos.

—Nuestras fuerzas están un poco más atrás de nosotros, debemos esperarlas para reagruparnos con ellas y llevar a las puertas de la fortaleza a todos los que podamos.

Algunos reaper comienzan a aparecer por detrás de él corriendo hacia la salida del bosque y luego nos encontramos con toda la vanguardia con nuestros hermanos al frente.

—Ahí está la vanguardia.—Le digo, comienzo a correr y me pregunto qué estará siendo de las demás fracciones del ejército que bajaron a atacar el fuerte.

Algunas legiones de ángeles se aparecen por en frente de nosotros y un grupo grande me obliga a separarme de la vanguardia, piedras incendiadas caen y algunos soldados del frente también se separan del ejército, se defienden, algunos mueren y algunos pasan las barreras angelicales para ayudar a los soldados del otro lado a acabar con ellos rápidamente.

Los ángeles que me habían rodeado continúan separándome cada vez más de la vanguardia y yo continúo retrocediendo, uno de ellos se lanza contra mí y atraviesa mi hombro derecho con su espada, la tomo, la saco de mi hombro y con ella mato al ángel atravesando su cabeza, dejo la espada ahí y otro se lanza con un mandoble que yo logro repeler y respondo con un ataque desde arriba, la espada atraviesa la cabeza del ángel y se detiene arriba de su labio inferior, suelto mi espada, la agarro de manera inversa y la subo para sacarla del ángel, detengo el ataque de un tercer ángel y lo decapito sin contener mi velocidad.

Los últimos siete ángeles retroceden y vuelvo a comprimir mi mano matando a cinco de ellos y dejando a dos vivos.

—¿Aún quieren atacar?—Uno de ellos se lanza hacia mí y clava su espada en mi hombro izquierdo, se impulsa y me tira por un pequeño risco de no más de cuatro metros de alto, choco con una piedra y el otro ángel clava su espada en mi abdomen.—Tomaré eso como un sí.

—¿Quieres liberarte, clarividente? Creo que no te gusta enco...—Uno de mis rayos lo mata y el otro se pone en posición de ataque, me saco la espada del muerto del hombro y me paro, me quito la espada del abdomen y con ella lo atravieso.

—No poder continuar hablando con ustedes me rompe el corazón, señores, pero tengo algo mucho más importante que hacer.—Alzo la mirada y me encuentro con algunas plataformas con catapultas encima.—Parece que ya resolví el problema de la vanguardia.

Escalo la primera plataforma y veo a un verdugo y dos ángeles, ellos me ven y se ponen en guardia, el primer ángel se acerca para dar un mandoble, lo detengo tomándolo de la muñeca, la aprieto y él suelta la espada, la agarro y lo decapito, el segundo se acerca a mí y utilizo mi espada y la del muerto para decapitarlo también

El verdugo me ataca con su hacha y yo lo esquivo, me coloco en frente de la cuerda de la catapulta y espero a que él ataque, el verdugo alza su arma y me ataca desde arriba, lo esquivo y él corta la cuerda que pone en funcionamiento la catapulta, me pongo atrás de él y lo atravieso con mi espada.

—Fue un poco difícil.—Me digo.—Bueno, haré que esto sea más fácil.—Dirijo mi dedo hacia una de las plataformas de enfrente y disparo contra uno de sus soportes, mantengo el rayo firme y lo re dirijo hacia el centro de la plataforma, detengo el rayo y el puesto cae con sus operadores encima, veo un poco más lejos y me doy cuenta de que otros tres puestos con catapultas también fueron dañados y derribados con el rayo.—Genial, ya solo faltan seis.

Derribo de la misma manera a las seis plataformas faltantes y me elevo para buscar a la vanguardia y reagruparme con ella, veo que los primeros soldados comienzan a salir de los bosques y me encuentro con las murallas de la fortaleza de Demogorgón ardiendo en llamas y con algunos agujeros, solo que encuentro un pequeño problema: Hay un acantilado que nos separa de las puertas de la fortaleza.

Poder y Gloria #3 - El JuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora