La dura verdad

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—A alguien le va a ir pésimo en el siguiente momento.—Le dice Opeth a Metatrón mientras pulveriza al verdugo que lanzó con su rayo, Metatrón se pone en posición de ataque y se abalanza hacia él, Opeth esquiva el zarpazo de Metatrón y lo empuja para caer cerca de las escaleras, Opeth se vuelve hacia mí y asiente.—Ve con Demogorgón, nosotros contendremos a este mamarracho.

Asiento y me dirijo hacia las escaleras, las subo y veo a un verdugo en frente de Demogorgón.

—Atrás de mí, maestro.—Le dice el verdugo a Demogorgón.—Yo me encargo de él.

—Ni si quiera me vas a tocar antes de que yo te tire hacia la glorieta que rodea el templo.—Le respondo.

—Eso ya lo veremos.—Me dice con un tono desafiante y prepara su alabarda para atacarme, comienza a correr con ella en posición horizontal y la tomo de la punta, la alzo con el verdugo tomándola todavía y la tiro a la glorieta junto a él.

—Te lo dije.—Digo mientras contemplo el cadaver del verdugo, me vuelvo hacia Demogorgón y él me devuelve la mirada.

—Igual no me iba a servir de nada.

—Que buen jefe tienen los verdugos. Ahora sí estás rodeado, no tienes modo de usar tus portales y pronto llegarán mis hermanos.

—Tengo algunas habilidades que ustedes no conocen.

—Muero por verlas.

—Necesito a los siete aquí.

—Claro. Entonces esperaremos.

—No, no lo haremos.—Demogorgón se abalanza hacia mí y yo repelo su ataque, le tiro la espada y comenzamos a pelear con las manos, usamos algunas habilidades para intentar acabar uno con el otro y me doy cuenta de algo: este es un combate a muerte, en el que ninguno de esfuerza por contener su fuerza y solo piensa en acabar con el otro.

Demogorgón se detiene y yo me paro frente a él, un poco adelante de las escaleras.

—Vaya que te has superado.—Me dice Demogorgón con un poco de sorpresa en su tono y se vuelve a abalanzar hacia mí, ambos continuamos luchando a golpes y patadas, a zarpazos y rasguños, en velocidad luz y lanzando rayos uno hacia el otro para intentar matarnos. Utilizo el salto temporal y le doy un golpe en el cuello que rompe su defensa, lanzo un rayo y atravieso su muslo derecho, vuelvo a usar el salto y le suelto una patada en la nuca que lo derriba y no deja en el suelo.

—Se acabó, tienes heridas en fase terminal.—Demogorgón comienza a reír e intenta pararse, lo pateo y él cae al suelo boca arriba, escucho golpes en el piso de abajo, pero no de seis clarividentes, si no que de uno.—Has fracasado.

—Tal vez no.—Me lanza un débil rayo que impacta con mi hombro izquierdo, yo me arrodillo encima de él y comienzo a golpearlo de una manera brutal, tanto que su armadura comienza a romperse y la energía que contiene comienza a salir de ella.

Disparo un rayo hacia su energía que comienza a desvanecerla y hace gritar a Demogorgón tan fuerte que cada que creo que está gritando demasiado alto lo golpeo para que cierre la boca.

Cuando veo que queda muy poco de él comienzo a soldar las heridas para evitar que la energía continúe saliendo de su cuerpo y lo haga estallar junto a mis hermanos y junto a mí para que él resurja dentro de seis meses a cumplir con su objetivo.

—Ya gritaste demasiado.—Le digo, lo siento y recargo su espalda en una piedra, veo como comienza a regenerarse con dificultades y se para.—Nos vamos en treinta minutos hacia el punto de supremacía. Ahí vas a perecer y enfrentarás a tus peores temores.

—Al parecer te has nivelado, ya puedes enfrentarme.—Me dice Demogorgón mientras intenta recuperar un poco de aliento.—Que lástima que no pelearemos entre nosotros por mucho más tiempo.

—Eso lo decidiré yo.—Le respondo.

—¿Quién? ¿Un mentiroso?

—¿Con qué derecho lo dices tú?

—Sabes muy bien que tu orden creció a base de mentiras hacia los humanos que están dentro de tu orden, de hecho hacia casi todos los soldados que están en ella.

—Tú no sabes nada acerca de nosotros.

—¿Eso crees? ¿Por qué no les dices a tus guerreros del sol y tus cazadoras de la luna que fueron grandes líderes en el pasado antes de perecer? Aquiles, Leónidas, Menelao. Dignos de admirar.

—Hay secretos que es mejor mantener ocultos.

—Hay algunas cosas que sé muy bien que no deberían tocar la luz, pero eso depende de ti. Los griegos crecieron pensando que en su antigua vida no habían sido más que un montón de fracasados, los titanes pensaban que eran dioses antes de conocer a los míos y cuando los caídos creen que están siendo ayudados, la verdad es que ellos te están ayudando a ti de una manera que no comprenden. Los usas para limpiar tus sucias manos y ocultar los secuestros de hace algunos miles de años. Las amazonas deberían conocer la verdad, ¿no es así? ¿Sabe la bella...? ¿Como se llamaba? Ah, claro, Hylla. ¿Sabe la bella Hylla acerca de sus orígenes? ¿Del secuestro de parte de Ventus cuando acababa de nacer? ¿Sabe que la privaste de una linda vida mortal con una familia por tu guerra contra Deus y sus ángeles?

—¿Y todo eso por qué me...?

—Dime que está mintiendo.—Me interrumpe una voz femenina con un nudo en la garganta por atrás de mí: Hylla.

Poder y Gloria #3 - El JuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora