— Jajaja.
Aquella tan sarcástica risa se escuchaba por toda la habitación de JongDae. El trigueño se encontraba guardando sus cosas para la mudanza y en eso encontró una pequeña página en lo más profundo de su armario. Cuando era pequeño solía guardar las cosas en lugares extraños y no pudo evitar sonreír, hasta que analizó la página color rosa y leyó lo que decía ésta en voz baja, para acto seguido reír con ironía y por último hacerla pedacitos los cuales terminaron siendo basura en aquel bote al lado de su cama.
No sabía el porque aún le afectaba el haber sido olvidado por MinSeok tan rápido, eran unos niños en ese entonces y ya con quince años debía superarlo, ¿no es así? Pero le seguía doliendo recordar aquel día en el cual su ex mejor amigo de la infancia le entregaba aquella página con lágrimas en sus ojos. Decía que debía irse con sus padres a otra ciudad y abandonarlo definitivamente, ajá, eso querían decir las palabras "Prometo que te visitaré Chennie". Y es que si haber estudiado en colegios distintos así disminuyendo sus encuentros fuera poco, llegó MinSeok a hacerle saber que nunca más en la vida volverían a verse, indirectamente, claro. Era un niño muy inteligente.
La promesa de permanecer siempre juntos se rompió y se decía a sí mismo que no le importaba, pero de un momento a otro se encontraba recordando con rastros de tristeza y lágrimas a punto de salir de sus ojos. Era estúpido, muy muy estúpido.
— Dae, mamá me mandó a ayudarte pero ya veo que no has avanzado para nada, así que te las arreglas solo, idiota —JongIn habló para después regresar su mirada al móvil y caminar lejos de la habitación de su hermano. Soltó un bufido y siguió ordenando sus cosas encontrando infinidad de recuerdos de su niñez... En verdad que había sido una mala idea el rebuscar en cada rincón de su habitación.
En todo, absolutamente todo se encontraba MinSeok.
🍂...
— ¿Qué sucede? ¿No te gusta la nueva casa? —su madre le preguntó acariciando su cabello. La volteó a ver con una sonrisa y negó repetidas veces, no era que no le gustara, más bien se sentía raro en un lugar nuevo y le asustaba de sobre manera el cambiar su rutina tan de repente.
— No, me gusta y mucho. Iré con papá, ¿sí?
— Me alegro. Está bien, cariño —su madre le sonrió una última vez y él se apresuró a irse de ahí. Lo que menos quería es que su madre se preocupara por él, así que sin más empezó a llevar un par de cosas a la que sería su habitación, era bastante amplia y eso le agradaba, pero no era necesario tanto, no solía usar mucho espacio.
Para el día siguiente las cosas se encontraban más o menos en su lugar. Apenas había logrado conciliar el sueño y por esa razón se encontraba de muy mal humor a la hora de desayunar con su familia. Permaneció en silencio con sus ojos entrecerrados sintiendo como se dormía con lentitud y de apoco su cara casi chocaba contra el plato de cereal con leche. Optó por levantarse en cuanto esto pasó y se despidió de todos para irse a la que sería su nueva escuela, y aunque su madre se había ofrecido a llevarlo en el auto se negó con la excusa de no querer ser una molestia, pero la verdadera molestia era ella y su inmenso amor que dejaba salir, seguro en cuanto llegara ella estaría repartiendo besos por su rostro así dejando rastros del lápiz labial y eso en verdad que sería vergonzoso. JongIn tenía una gran suerte de no ser más el consentido por su madre, realmente lo envidiaba.
Finalmente llegó y suspiró de alivio por haber evitado perderse en el camino, aunque los nervios no tardaron en invadirlo y se tardó unos cuantos segundos en entrar. Se encargó de buscar su salón con ayuda de los chicos y chicas más agradables, por no decir nerds, y una vez en éste dirigió su mirada al suelo metiendo ambas manos en los bolsillos de su pantalón. No creyó que el primer día estaría tan asustado, por lo general él se burlaba de los alumnos nuevos que llegaban así en su antigua escuela y ahora le asustaba el ser tratado de igual manera.
Aunque... Mucho menos creyó en las probabilidades que habían de encontrarse a MinSeok, unos cuantos asientos atrás del suyo, conversando con el que parecía ser su novio, ya que los vio besarse de un momento a otro.
Siempre iba a reconocerlo. Aunque hayan pasado un par de años, MinSeok no cambiaba tanto, el maquillaje por supuesto que le daba otro toque, por decirlo así. Pero era su Minnie.
Era. Y de una forma u otra iba a reconocerlo.
ESTÁS LEYENDO
Besos Robados [ChenMin]
FanfictionDe besos robados en la mejilla a besos robados en la boca. Algo tan bonito como la amistad de dos niños, con futuros juntos planeados y demás, se ve arruinada por la distancia. Aún así, vuelven a encontrarse, aunque no es lo mismo de antes y defini...