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JongDae se había ido a sentar en el césped bajo un árbol. Después de haber escuchado tal declaración por parte de su amigo, no hizo más que permanecer en total silencio mientras intentaba procesar cada una de sus palabras. Aunque también se aseguró de pellizcar su brazo para así comprobar que no era un sueño, sino la realidad y una muy bonita.

Por supuesto que MinSeok estaba avergonzado, y por ello decidió alejarse de él sin intercambiar palabras nuevamente. Sus mejillas habían adquirido un rojizo intenso y su corazón se aceleró tan rápido como la primera vez que vio a JongDae en su salón. Asustado y a la vez preocupado por lo que sucedería, se limitó a jugar con sus dedos e intentar pensar en algo más. Como su novio, sí, o sea ¿Qué caso tenía cambiarlo por JongDae? Si ChanYeol era... Bueno, no era mejor que el trigueño y debía aceptarlo de una vez. Confesó sus sentimientos y simplemente no había vuelta atrás. Sólo añoraba ser comprendido por él, porque no sabía que hacer. No quería lastimar a ChanYeol y si JongDae definitivamente no lo quería cerca, entendería y se iría por su lado con la cabeza en alto.

Finalmente JongDae captó la situación. Pero no se sentía feliz del todo, ¿por qué? Con un toque de desesperación tiró de sus cabellos entre sus dedos y miró la espalda de su amigo a una distancia lejana. Por lo que se levantó y se acercó a él, dispuesto a ser totalmente sincero. Porque MinSeok lo había hecho y parecía ser verdad, nada de juegos y eso, eso lo hacía sonreír.

— Con respecto a tu declaración...

— No —MinSeok lo interrumpió mirándolo con sus ojos cristalizados durante segundos—. Ha sido una mala idea decirlo, lo siento mucho.

JongDae sonrió una vez más. Tomando la mano del mayor entre la suya lo acercó cada vez más a él así obligándolo a alzar su mirada, porque lo necesitaba, necesitaba ver sus ojos y por fin decir lo que tanto tiempo había estado guardando. No podía pensar en ChanYeol, ni en BaekHyun. Sólo eran ellos dos en medio de lo que parecía ser un parque solitario y de cierta forma romántico, por el simple hecho de encontrarse los dos y el sol estando a punto de ocultarse. Como si el mundo se hubiera puesto de su lado por primera vez en la vida.

— Entonces... Supongo que todo este tiempo has estado consciente de que lo nuestro fue más que una simple amistad. Yo realmente me sentía bien a tu lado a diferencia de otros niños. Quería besarte tanto en esos hermosos cachetitos que tienes, como en esos pequeños y bellos labios tuyos. Decir que me pertenecías, no sólo como amigo, mejor amigo, sino como mi novio aunque no supiéramos el verdadero significado de eso —soltó una suave risa en cuanto la sonrisa en el rostro de MinSeok se hizo presente, acompañada de un bonito sonrojo en sus mejillas—. Y todo el tiempo que estuvimos alejados gracias a la crueldad de nuestros padres, porque sí, tus padres tuvieron la culpa de mudarse lejos y los míos en no complacerme con seguirte. Me hizo pensar en todo detenidamente durante años, y finalmente tengo la oportunidad de decirte lo mucho que me gustas y soy correspondido, ¿no? Creo que... Eso es lo mejor de todo.

A MinSeok no le era posible ocultar aquella enorme sonrisa de su rostro, así que lo abrazó con fuerza y se ocultó en su cuello sintiendo de inmediato ese aroma tan él, que le encantaba y deseaba tener consigo todo el tiempo. Los latidos de sus corazones se mezclaban a medida que los segundos pasaban y el abrazo se hacía mucho más fuerte. JongDae igual de feliz no podía deshacer el abrazo aunque de repente el cielo se tornara gris y un par de gotas cayeran sobre ambos. Pero MinSeok optó por alejarse con lentitud y así mirarlo con una sonrisa entrelazando sus manos.

— Bueno, no tengo mucho que decir después de todo esto... Pero repito, me gustas y siempre has sido la única persona que me ha hecho feliz. Eres mi otra mitad, siempre sentí que algo me faltaba y en este instante he vuelto a ser rodeado por tus brazos, esos que me hacen sentir protegido y querido por ti, a quien necesito a mi lado —esta vez los brazos de MinSeok abrazaron su cuello, y en busca de más cercanía dio unos cuantos pasos hacia adelante mientras cerraba sus ojos y el trigueño se inclinaba de apoco, por lo que sus respiraciones se mezclaron entre la lluvia—. No quiero que nada ni nadie... Arruine este momento —susurró y en cuestión de segundos sus bocas se juntaron, así iniciando un dulce beso.

No era un beso robado. Pero era un beso que ambos deseaban, necesitaban y habían estado esperando lo suficiente como para que la lluvia simplemente se dignara a impedirlo. Así que ahí estaban, confesando su más profundo secreto. Su amor.

Vendrían problemas, por supuesto. Pero no ahora, no en ese momento.

Besos Robados [ChenMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora