Capítulo XVII

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Me separo de la pared en segundos, en mi cara se refleja el temor. Soy capaz de sentir los latidos de mi corazón los cuales son tan fuertes que parece que pronto mi corazón saldrá de su lugar. La canción retumba en la habitación y me pregunto si Jeff también podrá oírla. Trato de convencerme que quizás ésta melodía no cambie de tono como en el sueño y siga igual de bonita, pero mis esperanzas se esfuman pues la canción toma el mismo ritmo que en el sueño. Niego con mi cabeza, quizás solo sea una gran coincidencia, pero ¿cómo pude soñar con la melodía si ni siquiera sabía de su existencia? 

Una sombra comienza a formarse en una de las esquinas de la habitación pero mi cuerpo no se gira hacia ella, mi vista sigue en el agujero de la pared, pero nuevamente mi visión periférica me permite ver lo que sucede. Mi respiración se entrecorta. 

Allí no hay nada, es solo mi imaginación, debo calmarme.

Una risa comienza a nacer, la melodía aumenta de volumen y dejo que las lágrimas salgan, ya no las retengo. ¿Acaso estoy enloqueciendo? 
No sé en que momento pero Jeff entró a la habitación con una cara de confusión y cuando giré mi mirada a aquel rincón del cuarto, la sombra se había esfumado sin dejar rastro. 

Unos brazos me tomaron por los hombros y me sacudieron, el rostro de Jeff apareció en mi campo de vista y nuestros ojos se encontraron después de tantas miradas con violencia. Podía observar su boca modular pero mis oídos tan solo captaron sus últimas palabras y el fuerte sonido de la lluvia afuera.

—Responde, Emma, ¿qué mierda sucede?—parecía realmente intrigado, y yo creía que había entrado a la habitación al oír la música, pero parecía que no. Entonces ¿desde cuando le importa lo que me haya pasado?

—N-no lo sé... Comencé a girar esa caja de música y sonó esa maldita canción, pude ver una sombr--

—Espera, ¿qué? No tan rápido.

Gemí frustrada—No sé.

—¿Cómo que no sabes? Entro aquí y estás llorando de la nada. ¿Quieres explicarme que mierda está pasando?—Sus ojos buscaban los míos pero yo evité su mirada.
Me solté de su agarre y caminé hasta mi cama donde me senté, él caminó detrás de mí pero se quedó parado esperando a que hablara. 

—Tuve una pesadilla. Había un parque de atracciones y una maldita caja de música comenzó a sonar pero la melodía cambió a tenebrosa, pude ver a un niño con globos y un monstruo que parecía payaso explotando los globos hasta que llegó al niño y lo mató. Luego se acercó a mí y me desperté. Comencé a caminar por el cuarto hasta que vi un agujero en la pared y...—tomé aire de una bocanada—metiendo mi dedo lo abrí más, metí mi mano y giré una manilla, eso hizo que la canción del sueño volviera a sonar.

El rostro de Jeff era un poema, se notaba a leguas su gran confusión.

—Dices que viste un payaso... ¿Cómo era? 

—Era muy alto, vestía de negro y blanco, creo que tenía una nariz en forma de cono y grandes dientes afilados, yo--

—¿Estás totalmente segura de su apariencia?—preguntó y sus facciones mostraban ahora neutralidad con algo más, no podía descifrar que emociones se mezclaban pero algo no andaba bien.

—Sí, eso creo... Es lo que recuerdo. Pero, ¿acaso es posible que esa canción sonara antes en mis sueños y luego en la vida real?

Sus ojos se fijaron en los míos y yo sentía la necesidad de mantener la mirada. El silencio se hizo presente.

—No tengo respuesta a eso.—mintió. 

—La caja de música está detrás del agujero ese, y yo... vi una sombra en la habitación—su cuerpo se tensó, lo noté porque las venas de su cuello resaltaron de un momento a otro y estaba petrificado—, no sé que era, pero estoy asustada.

—No era nada, fue producto de tu imaginación—respondió frío y desvió la mirada—, debe de ser por dormir mal. 

Yo no estaba delirando, sé lo que vi pero... Cabe la posibilidad de que Jeff tenga razón.

—Jeff—sus ojos se posaron sobre mí—¿Por qué hay una caja musical detrás de la pared?

Mis palabras quedaron en el aire por unos segundos.

—No lo sé.

¿No lo sabe? Nadie deja una caja musical allí porque sí, además... ¿cómo? No encuentro una respuesta a como pudieron dejarla allí sin reformar las paredes. 

Él sabe algo y no quiere decirlo, no soy tonta.

Mis ojos se posaron en su rostro que ahora miraba por la ranura de la ventana. 

¿Qué ocultas Jeffrey?

—No quiero dormir aquí—el miedo ahora se había apoderado de mi mente y temía que aquella sombra pudiese volver al cuarto. 

—¿No quieres dormir aquí o no quieres dormir sola?

Apreté los labios y él entrecerró los ojos. 

—No quiero dormir sola—solté.

—Puedo quedarme aquí hasta que te duermas si eso calma tu paranoia infantil.

Asentí y subí a la cama yendo hasta la cabecera y metiéndome debajo de las frazadas duras. En la cama nunca hubo sábanas.

Jeff rodeó la cama y se sentó para meterse bajo las frazadas del lado vacío.

—¿Qué haces?—pregunté mientras me sentaba.

—¿Eres ciega o sólo estúpida? Me estoy metiendo en la cama, no esperarás que me quede aquí mientras muero de puto frío, ¿no? Hazte a un lado.

Por un momento iba a quejarme diciendo que las frazadas tampoco abrigaban mucho pero sentí que no era el momento, seguramente haría que se pusiera de malhumor y volviera a comportarse como normalmente lo hacía.

No dije nada y volví a recostarme mientras miraba el techo, sentí el colchón hundirse y la ansiedad se hizo presente en mi estómago, odiaba tener que lidiar con eso.

Por el rabillo de mi ojo descubrí a Jeff mirándome y sentí incomodidad por unos segundos. Mis ojos volvieron a buscar formas de caras en la madera del techo cuando escuché a Jeff susurrar.

—Al menos haz el esfuerzo, quizás hasta me duerma yo antes.

Giré mi cabeza hacia él tratando de ver más allá de sus ojos, una pizca de algo que me diera la esperanza de que no estaba perdida aquí con él, algo que me hiciera conocer quien es Jeffrey Woods.







¡Wolah!

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¡Un beso enorme!

OBSESIÓN DESTRUCTIVA [Jeff The Killer]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora