Epilogo

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Meses mas tarde

Después de esa noche Lucía no dormía, no comía y mucho menos salía. Dos meses habían pasado, Javier estaba muerto y ella daría a luz. Estaba sentada en el sofá cuando sintió unas enormes ganas de ir al baño, se levanto y trato de dar un paso, no pudo. Otro y tampoco, estaba empezando a impacientarce, tenia que llamar. Descolgó el teléfono y marcó, espero que soñara y al tercer pitido contestan.

-Bueno, Lucía- dicen del otro lado

-Si, por favor ven, ya es hora- dijo Lucia aguantando el dolor

-Voy, enseguida- se escucho antes de que cortaran la llamada

No pasaron bien cinco minutos y alguien tocaba la puerta, luego abrió con su llave. Corrió hasta ella y la vio pálida, arrinconada en el sofá con la entrepierna mojada.

-Por Dios, rompiste fuente- dijo el muchacho de ojos claros horrorizado

-No me digas estúpido, te llame para que vinieras a traerme el desayuno. Obviamente por eso te llame- dice ella molesta

-De acuerdo, iré por el bolso- dijo mientras subía a la habitación

-Ahhhhh, me duele Christopher Ian muévete- dijo apurandolo

-Ya, ya tranquila- dijo el nervioso

-Pero camina tarado, tenemos que irnos- dijo la chica sudando por las evidentes contracciones

-Si, si, no me grites me pongo nervioso- exclamo el, tomándola en brazos para ir a la clínica

De camino al lugar, Lucía gritaba de dolor provocando que Ian fuese más rápido y nervioso. Cuando llegaron la tomo en brazos nuevamente y corrió a la sala gritando como un desquiciado.

-Mi mujer dará a luz, ayúdenme, mi novia va a tener a su hijo- gritaba el chico desesperado al sentir como su novia lo apretaba por los fuertes dolores

Rápidamente los doctores y enfermeras se acercaron con una camilla para llevársela.

-Usted es su esposo- pregunto la enfermera, pensé en negarme pero vivimos juntos, somos una pareja y ella va a dar a luz

-Si, soy su esposo- le dijo el sonriendo

-Bien, sigame- dijo la enfermera arrastrandolo prácticamente hasta un cuarto.

Narra Ian

En el momento pensé que ella me iba a violar, al entrar a un cuarto oscuro pero luego me tiro una bata larga de hospital con guantes y una mascarilla

-Coloquese eso, rápido. Su esposa esta apunto de ingresar a la sala de partos y lo esta esperando- salió dándome tiempo para cambiarme.

Luego de salir, corrí hasta donde la joven me indico y entre. Al ver a Lucía tan pálida y sudorosa pensé que las piernas me fallaban y que me desmayaría. Camine hasta ella y bese su frente, al instante ella abrió sus ojos. Me sonrió y cuando el doctor dijo que tendría que pujar, sujete su mano para darle fuerzas. Nunca pensé que las mujeres en este estado tendrían tanta fuerza, que equivocado estaba. Una dos y tres, una dos y tres una dos y tres, esa era la cuenta que llevaba el doctor para que mi chica hiciera su trabajo. Una vez más gritaron las enfermeras y efectivamente una más y la habitación se inundo de un llanto. Un hermoso llanto, era nuestro niño Christopher Sebastián Blanchard Maccielo.

- Amor, estas bien- pregunto sin fuerzas Lucía pero no pude contestar porque no recuerdo más.

Desperté en una habitación blanca y tarde un poco en ubicar donde me encontraba pero rápidamente recordé a Lucía. Me levanté y me dirigí a recepción para preguntar.

Eres mia princesa...{EDITANDO}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora