Parte 18 - Para enamorarte

11K 599 500
                                    


Aún estaba haciéndome a la idea de que mi hermana estuviera allí conmigo y que la hubieran dejado viajar a Canadá con nosotros. De vez en cuando miraba a mi lado para cerciorarme que seguía allí. Me alegraba muchísimo que estuviera conmigo, los momentos complicados empezaban a ser más llevaderos. Cuando fuimos a hablar con Renato para preguntarle si podía venirse, no nos costó demasiado convencerlo, parecía ya más que hecho a la idea de que mi hermana estaba incluida en el lote. Le pregunté con curiosidad el porqué de aquella decisión. Aún recuerdo sus palabras: <<Te hace bien>> y me sonrió. Yo no quise preguntar más por si cambiaba de idea. Habíamos viajado a Canadá en aviones separados por lo que pudiera pasar. Lara y yo nos fuimos en uno nocturno que salía horas después del de los chicos, para evitar que las fans nos siguieran. Llegamos cansadas y con mucho sueño. En cuanto pisé la habitación, me tiré en la cama. Mi hermana hizo lo mismo a mi lado. Mientras nos estirábamos para desentumecer nuestros cansados huesos, nos miramos sin parar de sonreír. Estábamos juntas cumpliendo el sueño del que habíamos estado hablando tantas veces. Extendí una mano hacia ella, me la cogió y apretó con fuerza.

–Ya puedo morir tranquila –dijo sin perder la sonrisa.

–Mira que eres exagerada –puse los ojos en blanco.

–Para nada –Lara echó la cabeza hacia atrás, fingiendo estar ofendida–. Soy muy realista.

–Lo que tú digas.

–¿Qué vas a hacer ahora? –Me preguntó mientras miraba su móvil varias veces.

–Anda, vete –le dije intuyendo con quién estaba hablando al ver su sonrisa tonta dibujada en el rostro–. Yo dormiré un poco y después ya veré qué hago.

–Gracias –dijo Lara casi gritando.

Se puso en pie como si le hubieran dado a algún resorte, me dio un sonoro beso en la mejilla y salió disparada de la habitación. ¿Cómo lo hacía para no tener preocupaciones? Si yo estuviera con alguno de los chicos no pararía de preguntarme qué pasaría si las fans se enteraban, ¿llegaría a algún lado aquella relación? Tenía enviada sana de que supiera vivir el momento. Habíamos hablado sobre el tema. Por el momento seguían conociéndose y que se hubiera podido venir no hacía más que favorecerlos. Se gustaban y no les importaba mostrarlo. ¿Por qué a Christopher sí? ¿De verdad le gustaba? ¿No se habrían equivocado los chicos y habían interpretado mal las señales? ¿Por qué le diría lo que sentía por él en aquel momento? Cerré los ojos. No escogí el mejor lugar. Desde aquella noche apenas nos dirigíamos la palabra y evitábamos cualquier contacto. Aquella situación me mataba. Habíamos sido casi inseparables, hablábamos prácticamente todos los días. Echaba de menos su risa y sus bromas. Enterré el rostro en la almohada y grité. Me sentía frustrada. Quería hablar con él, preguntarle qué pensaba; pero era incapaz de mirarle a la cara. Nos dijimos cosas feas, tanto el uno como el otro y no podía evitar avergonzarme al recordar las palabras que dije antes de que se cerraran las puertas del ascensor. Suspiré y di media vuelta, mirando hacia el techo. Aún quedaba tiempo suficiente antes de que terminara el libro. No me importaba si no me decía lo que sentía, pero, por lo menos quería seguir manteniendo su amistad. Sin darme apenas cuenta, me quedé dormida.

___________________________________________________________


–Ya nos han dado permiso para presentárosla.

Las manos comenzaron a sudarme. No estaba preparada para ese momento. Miré de reojo a mi hermana que alzó los dos pulgares hacia arriba con una amplia sonrisa en el rostro mientras Zabdiel la abrazaba por detrás, rodeándole los hombros con un brazo. Me guiñó un ojo, en su cara marcados sus hoyuelos. Cogí aire por la boca al ver a Richard acercándose hacía mí, mirando la pantalla de su móvil y hablando con las personas que estaban viendo el directo.

CNCO - Más que un sueño [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora