CNCO - Más que un sueño [COMPLETA]

Parte 34 - Propuesta indecente

–¿Vais a contarnos o no? –Pregunté cada vez más intrigada.

Christopher me observaba con cautela. Casi podía ver los engranajes de su mente funcionando a mil por hora, buscando la manera de explicarme lo que fuera que habían hecho.

–Chris... –Tenía sus ojos pardos clavados en mí.

Solté aire por la nariz y me giré de nuevo hacia Zabdiel que me miraba con los ojos entornados. Lara lo observaba con el ceño fruncido y la boca torcida. Él evitaba mirarla, no apartaba la mirada de mí. Encogí los hombros de manera imperceptible; Zabidel movió la cabeza de un lado a otro de forma rápida. Me giré de nuevo hacia Christopher, intentando entender qué estaba pasando.

–No sabíamos muy bien cómo iba a salir... –Empezó a decir él con una sonrisa de disculpa en el rostro–. Supimos que su favorito era Zabidel –lo señaló con la cabeza sin apartar la mirada de mí–. Y lo utilizamos en su contra.

–Eso ya lo has dicho –la voz cortante de mi hermana hizo que se me pusieran los vellos de punta–. Lo que tenéis que contar es qué habéis hecho con esa información.

–Lara, no tienes nada por lo que preocuparte –Erick compuso su mejor sonrisa en un intento de tranquilizarla; pero estaba lejos de conseguirlo.

–¿Vas a contármelo o vas a seguir ahí quieto sin decir nada? –Lara se volvió hacia Zabdiel clavando una mirada llena de preocupación.

–Se nos ocurrió la idea de que fuera Zabdi quien intentara sacarle la verdad a Sara –empezó a decir Richard con voz cautelosa–. Estuvimos un tiempo hablando con ella para conocerla un poco mejor.

–Aunque la verdad no hizo falta mucho. Le encanta hablar de sí misma –intervino Joel encogiéndose de hombros.

–Cuando nos dimos cuenta de que estaba intentando llamar la atención de Zab de manera descarada, lo vimos claro –Richard continuó hablando–. Nos llevó un tiempo pensar en algo y, cuando llevamos a cabo la idea no nos pareció tan mala.

–¿Y ahora? –Pregunté con un hilo de voz.

–Ahora... también lo creemos. Hemos conseguido que confiese y no ha pasado nada de nada –Christopher se giró hacia mi hermana con una amplia sonrisa tras pronunciar aquellas palabras.

–¿Y qué significa eso exactamente? –Preguntó Lara con los dientes apretados.

–¿Cuál fue la idea? –Me giré hacia los chicos, observándolos uno por uno, pendiente de sus palabras; en sus miradas pude ver algo de culpabilidad.

–En verdad no pasó nada –habló Joel moviendo la mano de un lado a otro, quitándole importancia a todo aquel asunto.

–¿De verdad? –Pregunté torciendo la boca.

–Sí –contestó Erick con firmeza.

–Empezad a contar –exigí, algo nerviosa–. Basta de rodeos –clavé mis ojos en los de Christopher, mirándolo con seriedad.

Cogió aire antes de pronunciar palabra.

–Se nos ocurrió que la forma más sencilla para sacarle la verdad a Sara era utilizar a su favorito –Christopher no apartaba la mirada de mí, una sonrisa de disculpa apareció en su rostro–. Llevaría el móvil con él para grabarlo todo e intentaría sacarle información, pero la cosa no salió del todo como esperábamos –se encogió de hombros–. Sara no terminaba de contarlo todo, daba rodeos y...

–¿Por qué no lo cuentas tú, Zabdiel? –Mi hermana interrumpió a Christopher.

Me volví hacia ella y el corazón se me encogió al ver que se había separado de Zabdiel. Tenía los puños apretados y lo miraba con el ceño fruncido. Él mantenía la mirada fija en algún punto de la pared que tenía a mi espalda y los músculos de su mandíbula se marcaban a la perfección bajo su piel café.