Parte 22 - Contigo

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Cuando salimos del edificio de la radio, en la puerta había algunas fans esperando a los chicos que se pararon con cada una de ellas. Yo los observaba desde la distancia, junto a Héctor.

–Perdona –una chica de pelo castaño, liso y muy largo se acercó hasta mí. Su tez morena contrastaba con el vestido de flores de color pastel–. ¿Eres Irene? –Al escuchar aquello, vi de reojo cómo Héctor se erguía cuan alto era, imponiendo mucho más de lo que ya lo hacía y apretó los puños con disimulo, alerta por lo que pudiera pasar.

–Sí, así es –contesté con una sonrisa nerviosa en el rostro.

Era la primera vez que se atrevían a hablarme directamente a mí. Antes solo me miraban y cuchicheaban entre ellas o se acercaban para verme más de cerca; pero ahí solía terminar todo. Cuando la chica me preguntó si podía hacerse una foto conmigo no supe qué decir. Busqué a Renato con la mirada, pero estaba bastante ocupado pendiente de los chicos y de lo que ocurría a su alrededor. Sin saber si hacía lo correcto o no, dije que sí. Vi nuestra imagen reflejada en la pantalla del móvil y una sensación extraña se apoderó de mi estómago. No sabía si eran nervios o alegría por ver que alguna que otra fan se quería hacer una foto conmigo como si yo fuera alguien conocido. Me resultaba muy extraño, no sabía qué repercusión podría tener si es que la tenía. Pero tampoco quería saberlo.

–Mil gracias –me respondió la chica separándose de mí–. ¿Puedo hacerte una pregunta?

–Claro –respondí sin titubear.

–¿Cómo es estar con los chicos? –No me sorprendió que lo primero que quisiera saber era precisamente eso.

–Es divertido, pero sobre todo agotador –contesté con una amplia sonrisa en el rostro–. Son tal y como los veis en los vídeos, solo que mil veces peor –solté una carcajada.

–Oye, ¿y tú qué haces ya con seguidoras? –La voz de Erick nos sobresaltó.

Vi cómo la chica abría los ojos y se le humedecían al ver a unos de sus ídolos tan de cerca. Se llevó una mano a la boca, tapándosela para impedir que un grito escapara de entre sus finos labios.

–¿Ya te está aburriendo con sus historias? –Erick se acercó hasta mí y me echó un brazo sobre los hombros–. No le hagas caso, seguro que lo que te estaba contando era mentira.

–Qué idiota –le dije mientras negaba lentamente con la cabeza y torcía la boca–. Ni caso. Lo que te he dicho, no paran quietos ni un segundo.

–Calla –Erick me pellizcó un moflete–, nosotros somos muy buenos, ¿verdad bella? –Se volvió hacia la chica que aún seguía en la misma posición, intentando asimilar lo que estaba pasando.

Erick se acercó hasta ella y la abrazó con fuerza para después darle un ligero beso en la mejilla. Aquello pareció ser el botón que necesitaba la chica para reaccionar. En seguida lo rodeó con sus brazos sin soltarlo al tiempo que quería hacerse una foto con el móvil. Al verla tan apurada, me acerqué y se lo cogí yo para hacerles la ansiada foto. Dándome mil veces las gracias, la chica se quedó contemplando a Erick, preguntándole mil cosas, tantas que no sabía qué era exactamente lo que quería preguntarle. Héctor estaba a mi lado, observando tras sus gafas todo lo que tenía delante de él. El resto de chicos seguían rodeados por las fans, riendo y charlando con algunas de ellas, entre medio de cada conversación, saltaba algún flash de algún móvil. Vi cómo Renato empezaba a tirar de ellos para dirigirlos hacia el coche. Cuando los demás empezaron a andar, se encaminó hasta nosotros.

–Chicos, hay que irse –Renato se colocó detrás de mí y me empujó levemente para que empezara a caminar en dirección al coche que ya nos esperaba–. Vamos Erick.

CNCO - Más que un sueño [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora