El Viaje → Bellamy Blake

13.

   Todo lo que había sucedido estos últimos días estaban afectándole. Cada vez que se encontraba sola, su mente comenzaba a divagar sobre cómo su vida había cambiado, desde dejar Polis hasta vivir en el bosque y ser hallada por Bellamy. Había pasado tanto tiempo fuera de la civilización que casi olvidó cómo eran los humanos en realidad. Sin embargo, fue un miembro de Skaikru quien la protegió y ayudó a recuperarse en lugar de dejarla en el bosque. Cuando pensaba en esto, parecía que todo lo dicho anteriormente no tenía sentido alguno.

   Skaikru tenía miedo. No era una sorpresa. Ella también estaba atemorizada desde el momento en que se enteró que Praimfaya llegaría en poco tiempo, tal vez por eso decidió disfrutar cada segundo junto a Bellamy mientras que el resto trabajaba en una solución para sobrevivir a la radiación, tal plan se vio destruido en segundos.

   No estaba justificando lo que había pasado la noche anterior, fue horroroso ver cómo maltrataban a alguien de su clase, pero también debía comprender que en estos tiempos la gente se alejaba de su humanidad.

   Se puso de pie, dispuesta a encontrar a Bellamy. Salió al pasillo, cerrando la puerta tras ella y comenzó a caminar cuando se encontró con Clarke, quien estaba hablando con un hombre que no reconoció. Ambos la miraron acercarse a ellos.

   —Hola —saludó incómoda. La rubia suspiró.

   —Lamento lo que pasó ayer —soltó, con los brazos cruzados y mirándola a los ojos. Zaria asintió.

   —Debías proteger a Bellamy —dijo. Clarke sonrió de costado con los ojos en el suelo, pero no le respondió, sino que cuando alzó la mirada otra vez, preguntó:

   —Echo te vio, ¿no? —Esta vez fue Zaria quien se mostró descolocada, Clarke volvió a suspirar y le echó un vistazo al hombre con barba que estaba detrás de ella—. Logré convencer a Roan que no estabas aquí —explicó—, pero deberías quedarte dentro. Roan vendrá porque debemos ir a la Isla y por más que estemos lejos, anda con cuidado.

   Zaria asintió, asimilando todo lo que acababa de decir.

   —¿Qué le dijiste? —preguntó, curiosa.

   —Que habías escapado en cuanto te enteraste que Bellamy había sido capturado por Azgeda.

   —¿Y te creyó?

   La rubia se encogió de hombros.

   —Creo que ahora tiene otras cosas por preocuparse y mantener una alianza con nosotros es una de ellas.

   Zaria miró al suelo. Esta vez sentía que caminaba por un pasillo sin luz, sin saber qué creer. ¿Estaba Roan jugando con Clarke o genuinamente creía que había escapado? Tal vez era la segunda opción, al fin y al cabo, era la imagen que él tenía de su hermana. A Zaria, en aquel momento, no le molestó.

   —¿Sabes dónde está Bellamy? —preguntó. Clarke tardó unos segundos en contestar.

   —Me dijo que iría a la enfermería.

   Asintió y antes de pasar por su lado, pero se detuvo. La rubia aún seguía mirándola:

   —No hubiera dejado a Bellamy —soltó, y aunque habló para Clarke, también fue una asimilación sobre lo que sentía por él.

   Clarke asintió, aún con los brazos cruzados, miró al suelo unos segundos con el seño ligeramente fruncido.

   —Lo sé —respondió. Algo en su expresión y tono le reveló que ella tampoco lo habría dejado.

   Zaria retomó su camino hasta la enfermería.

   Cuando dobló la esquina que daba a la puerta, vio que Bellamy recién ingresaba con su vestimenta típica de guardia. Su corazón se detuvo por un segundo y se planteó la idea de no seguirlo, pero sacudió la cabeza y llenó sus pulmones de aire y valentía. Necesitaba hacerlo.