Capítulo Extra I

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   Luego de la noche anterior donde reinó el caos y la bebida por todas partes, Zaria despertó con una gran jaqueca. Bellamy seguía durmiendo plácidamente. Lo observó unos minutos largos mientras su respiración era acompasaba; su rostro demostraba la paz que sentía y pensó que era un pecado despertarlo. Rozó su cabello con sus dedos, sin poder contenerse, hasta que decidió ponerse de pie.

   No era sorpresa alguna que los pasillos estuvieran vacíos y no se oyera nada. Zaria caminó en silencio, dirigiéndose al salón donde había empezado la fiesta. Allí, se encontró con varias personas acostadas en el suelo, seguramente muy ebrias para abrir los ojos. Dio vuelta la barra para servirse un vaso de agua del grifo. Lo bebió con ganas y volvió a caminar sin rumbo alguno.

   Por un momento, se planteó la idea de salir pero entonces sus ojos se posaron en un ventanal que daba el exterior. Se acercó para sentarse en el alféizar y dejar que sus pensamientos se perdieran en el paisaje del cielo.

   Pensó en su vida, en Skaikru y Azgeda, pero sobre todo en Bellamy. No era exagerado asegurar que la mayoría del tiempo pensaba en él. Habían sucedido tantas cosas estos últimos meses y en todos esos momentos culminantes se encontraba él, a su lado.

   Era un desastre lo que estaba pasando. Nadie sabía qué sucedería a continuación pero si Zaria tuviera opción, entonces elegiría que Bellamy sobreviviera a Praimfaya.

   —Te estaba buscando...

   Giró la cabeza con una sonrisa, la voz dulce de Bellamy sonó detrás de ella y lo observó hasta que se sentó frente a ella.

   —No quería despertarte —contestó con el mismo tono de voz. Él sonrió y miró hacia la ventana. Zaria hizo lo mismo. El sol estaba en el punto más alto y el cielo desprovisto de nubes, tan celeste como a ella le gustaba.

   —Es hermoso —susurró, más para sí que para Bellamy. Lo decía de corazón. Luego de la lluvia ácida, añoraba días como aquel.

   —Lo es —respondió. Zaria lo miró pero él ya tenía los ojos sobre ella, haciéndola sonreír. Se acomodó en el alféizar y apoyó sus piernas sobre las de Bellamy, quien dejó caer sus manos sobre ellas.

   —¿A veces piensas en lo que podría haber pasado si no me hubieras encontrado en el bosque? —preguntó de repente. No era algo que planeaba hacer, pero en aquel momento creyó que era lo correcto. Bellamy no se sorprendió ante tal pregunta, sino que sus ojos se perdieron unos segundos en el suelo como si estuviera contemplando la respuesta y, cuando habló, lo hizo mirándola:

   —Sí —respondió simplemente—, ¿tú?

   Ella asintió con la cabeza, desviando unos segundos la mirada.

   —Estaría en el bosque. Aún corriendo por mi vida sin saber de la existencia de Praimfaya —Suspiró—. Estaré eternamente agradecida porque me hallaste —susurró. Bellamy miró hacia la ventana, no era una sorpresa. Zaria había observado cómo esquivaba esta clase de agradecimientos—. Bel... —Llamó pero él no la miró—. Sé que es difícil creer esto, pero eres increíble —Sonrió y se inclinó hacia delante para captar su atención. Él la miró—. No será siempre así —añadió, palabras tan simples pero cargadas de significado. Bellamy lo sabía, por eso sonrió con tristeza.

   —Ni siquiera sabemos si sobreviviremos a Praimfaya —admitió. Zaria suspiró.

   —Lo sé —Hizo una mueca—, por eso lo estoy diciendo ahora... Me he enamorado de ti... —No se dio cuenta de lo que acababa de decir hasta que las palabras salieron de su boca, por un momento creyó estar avergonzada pero pronto sintió que su pecho se aliviaba como si se hubiera sacado un gran peso de encima. Bellamy, en cambio, la miró sorprendido y abrió la boca para contestar pero ella se apresuró a añadir—: Siempre tratas de salvar a todos sin importar las consecuencias, trabajas arduamente por tu gente, cargas con cosas que tal vez nunca superes y te mereces a alguien que esté al final del día... Y si Praimfaya acabará con todos nosotros en semanas, entonces... Quiero creer que ese alguien fui yo... Al menos por un tiempo.

   Zaria se quedó en silencio, esperando atentamente las palabras de Bellamy. Todo lo que acababa de decir era una despedida, así lo sintió ella. Había soltado sus pensamientos más profundos y admitido sus sentimientos frente a Bellamy, aún quedaba mucho por decir pero una parte de ella se abstuvo.

   De repente, notó en la mirada de Bellamy algo que no había notado antes: amor genuino. Sus ojos estaban cargados de sorpresa y cariño, había derribado cualquier barrera que existía entre él y sus sentimientos, Zaria lo notó y supo que su mirada expresaba más de lo que las palabras pudieran decir.

   Bellamy la tomó del rostro y la besó de la forma más tierna y delicada. Zaria se sentó a horcajadas sobre él, sintió sus manos recorrer su espalda y cuando se separó, Bellamy sonrió.

***

Okay... Acá está el primer capítulo que no entró en la historia. ¿Por qué? Pues, porque Zaria admitía sus sentimientos frente a Bellamy y yo no quería eso (de verdad), necesitaba que el final fuera emotivo y si esta escena existía, entonces, sucedería todo lo contrario.

De todas formas, lo prometido es deuda y nos leemos en el próximo capítulo extra <3

El Viaje → Bellamy BlakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora