18.

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   —Junten sus cosas, nos iremos al amanecer —finalizó Jaha, de pie frente al grupo de ciudadanos que lo oían.

   La cabeza de Zaria no solo hacía ruido por el alcohol que estuvo bebiendo estos últimos días, sino por toda la información que debía procesar. Había dado por sentado que una idea de Jaha jamás se concretaría y ahora, estaba hablando como un líder sobre el búnker que habían hallado y podrían vivir todos durante cinco años.

   Miró a Bellamy, que estaba a su lado igual de desconcertado pero pronto una sonrisa se dibujó en su rostro y la miró.

   —Aún hay esperanza —dijo, su voz teñida de alivio y alegría. Zaria quiso acompañarlo pero pronto de dio cuenta de algo que no había pensado antes—. ¿Qué pasa? —cuestionó preocupado.

   A Zaria le costó mirarlo a los ojos, se abrazó a sí misma pero no para protegerse del frío, sino porque se sentía vulnerable.

   —Ese búnker está en Polis, Bellamy —respondió tan calmada como sus emociones se lo permitieron—. No puedo ir —añadió cuando no recibió ningún tipo de expresión. Bellamy frunció el ceño y abrió la boca para responder pero nada salió de ella, estaba tan consternado como Zaria, no podía contradecirle en esto.

   —Hablaré con Clarke —dijo finalmente—. Encontraremos una manera.

   —No hay tiempo —replicó, sacudiendo la cabeza. La esperanza se había acabado para ella, pero Bellamy se negaba a aceptarlo. Le tomó la mano y, sin decir nada, la llevó fuera de la multitud.

   Zaria quería preguntarle a dónde se dirigían, pero se abstuvo cuando llegaron a la oficina de Kane. Bellamy la soltó y cerró la puerta detrás de ellos, se acercó al escritorio donde yacía la misma radio que habían usado el día que Bellamy decidió salir en busca de Mark y Peter.

   Se sentó al otro lado del escritorio mientras Zaria se mantenía de pie junto a la puerta, preparándose mentalmente para las últimas palabras con Bellamy. Quería decirle ahí mismo lo mucho que significaba para ella, pero lo veía tan absorto en lo que fuera que estaba haciendo que decidió no interrumpirlo.

   —Clarke —llamó a través de la radio. La respuesta no tardo en llegar.

   —Estoy aquí.

   Bellamy la miró mientras presionaba el botón para contestar.

   —¿Cómo se supone que Zaria entre a Polis?

   La pregunta hizo que su corazón pegara un salto. Los segundos que pasaron fueron eternos. Ella estaba tan nerviosa como Bellamy, a quien se le notaba en el rostro. Lo primero que oyeron fue un suspiro y Zaria supo que algo andaba mal.

   —Roan sabe que está con nosotros —soltó. Bellamy observó su reacción pero Zaria trató de mantenerse de pie incluso cuando su mente comenzaba a dar vueltas—. Y no importa cómo llegue a Polis, el búnker no será nuestro al menos que ganemos un Cónclave.

   —¿Un Cónclave? —repitió. Esta vez, Zaria debió tomar asiento con miedo a que sus piernas le fallaran, Bellamy la miró pero ella trató de no encontrarse con sus ojos.

   —Te explicaré todo cuando lleguen —La voz de Clarke de repente sonó lejana—. Zaria está con nosotros.

   Escuchó que Bellamy dejó la radio a un lado, el silencio llenó la habitación mientras Zaria pensaba en todo lo que estaba pasando. No solo su hermano sabía que estaba con Skaikru sino que también habría un Cónclave. El mundo se estaba acabando y lo primero que deciden hacer es matarse unos a otros... 

   Estaba segura que cada uno de los Clanes ya tendrían su propio representante, pero... ¿Skaikru? ¿Quién pelearía por ellos?

   —Encontraremos una forma de entrar en ese búnker —susurró Bellamy. Zaria suspiró y cerró los ojos, admiraba que siempre tratara de elevar su espíritu pero aquella noche fue imposible.

El Viaje → Bellamy BlakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora