15.

3.1K 300 24
                                    

   —¿Kane?

   Zaria levantó la mirada y tomó la radio en cuanto oyó la voz de Bellamy, algo agitada.

   —¿Bellamy? ¿Estás bien? —cuestionó notando cómo su corazón se detenía cuando tardó en responder.

   —Sí —Zaria se permitió respirar—, estoy bien. Logré subirme al rover, iré en busca de Mark y Peter en él.

   En aquel instante, Kane se acercó a ella, no necesitó decirle nada para que le entregara la radio.

   —Bellamy, vuelve, por favor. Es peligroso... —Esto último fue como un susurro, cerró los ojos para oír la respuesta de Bellamy, aunque ambos sabían cuál sería.

   —Me comunicaré en cuanto los encuentre.

   Kane dejó la radio sobre la mesa y apoyó sus manos en ella, sus músculos tensos y su largo suspiro dejó ver a Zaria cuán estresado estaba. Volvió a erguirse, en lugar de alejarse, se sentó junto a ella.

   —Estará bien —dijo él, sin mirarla. Sus ojos estaban clavados en la radio, como si así pudiera comunicarse con Bellamy para oír su voz. Zaria asintió, sin saber que decir, sabía que hablaba más para él mismo que para ella. Y ambos sabían que en la lluvia podía suceder cualquier cosa—. Siempre trata de proteger a su gente —comentó. Esta vez, Zaria lo miró con una sonrisa.

   —Lo sé. Incluso cuando su vida está en peligro.

   —Incluso cuando su vida está en peligro —repitió mientras asentía. Estaba mordiendo una de sus uñas, nervioso. Al darse cuenta de esa actitud, suspiró y bajó la mano—. De verdad le importas —soltó, sin siquiera mirarla.

   —¿Cómo lo sabes? —preguntó, más por la mera necesidad de llenar el silencio que por la curiosidad.

   —Bueno, lo que sucedió hoy no lo hace cualquiera.

   Estos últimos minutos habían sido tan intensos que Zaria había olvidado por completo el altercado de la mañana.

   —Creí que siempre trata de proteger a su gente —comentó. Kane la miró por primera vez.

   —Pero tú no eres una de nosotros —respondió, sin malicia alguna—. Por eso sucedió... —Carraspeó, otra vez alejando la mirada mientras buscaba las palabras correctas que no parecía hallar—. Lo siento —finalizó volviendo sus ojos a ella.

   —No fue tu culpa —contestó, sacudiendo la cabeza. Como Kane no dijo nada, añadió—: Y a mí también me importa Bellamy.

   Esta vez, asintió.

   —Lo sé. Puedo verlo. —Ambos sonrieron de forma inconsciente—. Bellamy necesita que alguien se preocupe por él —dijo con un tono más serio—, creo que ha perdido toda la fe en sí mismo.

   —Sé cómo se siente —respondió Zaria. Kane estuvo a punto de responder cuando unas voces en la radio los interrumpieron, era Bellamy.

   —Mark, dime dónde están —pidió. Zaria se acercó, como si así pudiera oír mejor cuando en realidad ni siquiera se dirigía a Kane y ella, pero al menos sabía que estaba bien. No logró oír las coordenadas debido a la fuerte lluvia que se oía de fondo—. Verán las luces en unos minutos... —oyó decir.

   La comunicación se cortó por unos segundos, ninguno habló, ni siquiera Zaria y Kane. El corazón de Zaria latía con tanta fuerza que por un momento creyó que se le saldría del pecho.

   —¿Bellamy? —Era Mark—. ¿Dónde estás? No veo las luces...

   Miró a Kane, quien estaba concentrado en la radio. El peor escenario cruzó la mente de Zaria.

El Viaje → Bellamy BlakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora