Por lo que pude ver, el peligro ya habia pasado, asi que salí de una avenida, antes de cruzar la pista mire a ambos lados y corri rumbo a casa, me encontraba a unas dos cuadras. Asi que me sentia victoriosa, una ves en casa cerraría todo con llave y antes de salir mañana llamaría a la policía o alguna de mis amigas para que pasen por mi antes de ir a la universidad.
—Casi llego...— me dije a mi misma con cierta sonrisa burlona en los labios.
Me encontraba enfrente de la puerta d emi casa, busque las llaves en mi mochila y abri la puerta.
—Señorita MerShi
—¡¿Qué?!
Al abrir mi puerta esos dos hombres ya se encontraba adentro de mi casa. Deje caer mi mochila al piso, quise retroceder, pero alguien me tomo de los hombros, mire hacia arriba y era uno tercero, el cual lo habia visto antes con los dos anteriores, pero este se encontraba en el interior de un auto, del cual supongo que vinieron los tres.
—Necesitamos que nos acompañe.
—¡No!
—Guarde silencio...
—¡Policía! ¡Ayuda! — uno de estos me cubrió la boca, pero le mordí el dedo. — ¡Alguien que me ayude!
—Park, hazlo antes de que llame más la atención. — le dijo uno de los hombres a su otro compañero. Pude ver como este saco un pañuelo blanco de su bolsillo y su compañero le tiro un spray, el cual hecho en el pañuelo y luego me lo puso en mi rostro.
—¡Noooo! — trate de quitármelo de encima con todas mis fuerzas. Pero fue inútil. Poco a poco fui perdiendo mi fuerza y la conciencia...
***
Fui despertando poco a poco, y la verdad que sentia una sensación de vértigo, aunque me encontraba sentada. Mire a ambos lados y me encontraba en el interior de aquel auto con esos extraños. Uno manejando y otros dos conmigo, uno a cada lago en la parte de atrás del auto.
—¿A dónde vamos? — pregunte. Pero nadie me respondio. —¿Cerraron bien mi casa no?
—Si...
—Eso espero, no quiero volver y encontrar que alguien más que ustedes se metio y robo algo. Aunque digamos que no tengo nada de valor...
—No se preocupe.
—Si me preocupo. Por mi vida... ¿A dónde vamos?
—Pronto llegaremos.
Mire hacia un lado, pude notar que estábamos en la carretera, saliendo de Seúl. Llevándome hacia quien sabe donde.
—¿Puedo? — señale el hombro del joven. Este no compendio. —Bueno...— apoye mi cabeza sobre su hombro. —Espero no te moleste, gracias a ustedes he tenido un largo día...
Cuando pensé que ya estaba por acabarse, me dan la contra.
El auto se salio del camino, eso me alarmo, por la ventana note que estábamos ingresando hacia el bosque.
—Genial...
—¿Qué? —pregunto el joven en el cual habia apoyado mi cabeza.
—Hasta aquí llegue yo...— susurre.
***
Luego de media hora que condujeron en el interior del bosque, estos se detuvieron, me obligaron a bajar del auto. Pensé lo peor, me hubiera gustado poder despedirme de mi madre, si solo me hubiera quedado más tiempo en el hospital...
O no me hubiera puesto esa estupida bata.
Creo que me violarar, mataran, descuartizaran y enterraran mis restos por aquí.
—Por aquí...— uno de ellos me jalaba del brazo. Trate de safarme de su agarre, pero tenia a dos de ellos atrás d emi. Asi que simplemente debía de caminar a su paso. Cerca del auto, el cual estacionaron. Habia una cueva, todos ingresamos allí. El piso era muy disparejo. Me raspe la rodilla al internar subir, pero pise mal y cai.
—¿Se encuentra bien?
—Si, espera un momento...— me safe de su agarre. Enseguida estos me tomaron de ambos brazos. —Un momento...— los mire a los ojos y estos poco a poco me soltaron. —¿Mi mochila? — pregunte. El tercero de ellos me la entrego, la puse en el piso y saque un pequeño estuche, el cual era mi botiquín personal, un spray con alcohol, heche un poco sobre el lugar donde me raspe y luego puse una curita. —Listo...— me puse la mochila en un solo hombro. —¿Me puedo ir?
—No...— volvieron a tomarme de ambos brazos.
—Bueno, al menos lo intente...— suspire frustrada.
Continuamos caminando en el interior de aquella cueva, hasta que vi un gran espejo. Podía ver mi reflejo, pero no el de aquellas personas, voltee para comprobar si ellos se encontraba alli. Estaban los tres atrás de mi, pero su reflejo en aquel espejo, no.
—Tenga...— uno de ellos me puso un collar, con una piedra azul, la cual era muy hermosa.
—¿Para que es?
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—Para que te proteja, no te la quites nunca...
Senti un escalosfrios recorrer mi espalda. Tomaron con más fuerza mis brazos y empezaron a caminar rumbo hacia aquel espejo. Respire hondo, la verdad me encontraba muy asustada, eran extraños sucesos, todos juntos y en un solo día. La verdad es mucho para una persona normal, como yo.
