La vida no era fácil en el mundo mágico... con el fallecimiento de Dumbledore, los mortífagos se estaban haciendo cada vez más fuertes, haciéndose con el poder. Controlaban el ministerio, donde pusieron a Harry en busca y captura, acusándole del asesinato de Albus Dumbledore. Los hijos de muggles eran acusados de traición y eran mandados a Azkaban. San Mungo también estaba controlado por ellos y por supuesto Hogwarts. Hermione recordaba aún, con un dolor en el estómago cuando vio en el profeta la fotografía del que había sido todo para ella, convirtiéndose en un malvado director.
Aunque por fortuna, aún quedaban valientes para hacerles frente... La orden del fénix se había quedado sin líder, pero sus ganas de luchar no se habían desvanecido, haciéndoles frente. Eran muchos los que oponían resistencia al nuevo régimen. El trío de oro de Hogwarts, habían comenzado la difícil y peligrosa tarea de destruir los horrocruxes...
Harry y Hermione corrían por un sendero de aquel bosque a toda velocidad, iluminados únicamente por la inmensa luna llena, que brillaba en un manto celestial lleno de estrellas. Seguían a un patronus con forma de cierva a través de la maleza del bosque. Harry, le adelantaba a su amiga unos metros en su carrera, aunque la chica había demostrado poseer una gran resistencia. Lo que habían vivido últimamente, la había endurecido de alguna forma. Ya no sonreía nunca, estaba siempre seria y se había formado a su alrededor una coraza, como si llevase siempre encima una impenetrable armadura. Sus amigos habían achacado su actitud a la cantidad de cosas que habían pasado en los últimos tiempos, pero Ginny era la única que conocía la fuente de todos los males de su amiga. Nunca hablaban de él abiertamente y Ginny había respetado siempre el silencio que había impuesto su amiga al tema de Snape. Hermione por supuesto nunca hablaba de él, pero ambas sabían que su presencia se hallaba flotando en el aire. Últimamente todo lo que habían hablado de Snape era para maldecirle, odiarle o para contar noticias de sus últimas maldades en Hogwarts y sus maquinaciones con Voldemort. Hermione siempre se mantenía en silencio y escuchaba todo aquello guardando la compostura, aunque lo que más deseaba era ponerse a llorar.
Pero se había prometido que no lloraría más por él.
Dudaba mucho que Snape la recordase. Seguro que sólo lo hacía para burlarse de ella, para fardar de cómo había engañado a la estúpida amiga de Potter sin necesidad de magia...
Harry comenzó a ganarle un poco más de distancia. Hermione intentó apretar un poco más su paso, pero estaba al borde de sus esfuerzos. Su respiración era entrecortada y notaba una punzada en su costado del esfuerzo.
Unas raíces de un árbol la hicieron tropezar, cayendo violentamente al suelo. Harry sintió el golpe y se volvió.
-¡Sigue Harry! -Gritó Hermione- ¡No la pierdas, yo sé cuidarme sola!
Harry dudó un momento, pero sabía que su amiga tenía razón. Siempre había demostrado que sabía desenvolverse sola, así que desapareció siguiendo aquella plateada cierva, que saltaba con gracilidad entre los árboles.
Hermione se incorporó con dolor, intentando reponerse a su resuello. El tobillo le dolía horrores, parecía que se lo había torcido. Entonces estudió con atención las extrañas raíces de aquel árbol. No había tropezado con ellas como había pensado, éstas se habían enrollado en su tobillo haciéndola caer, formando una extraña mano, como si la hubieran agarrado a propósito...
Sintió una oleada de pánico, aquello la escamaba y el silencio perturbador del bosque no ayudaba. Así que se deshizo de las raíces como pudo, rompiéndolas con la mano y dándoles de patadas con su pierna libre, ya que estas estaban aferradas con fuerza a su pie, impidiéndolo mover un ápice. Cuando lo consiguió, comenzó a curarse el tobillo. Una luz blanquecina y densa comenzó a brotar de la punta de su varita, cayendo suavemente en su dolorida pierna. Era el mismo hechizo curativo que había usado Albus con Snape aquella noche que llegó herido. Desde entonces, había sentido curiosidad por la medimagia, aprendiendo por su cuenta varios hechizos útiles. Sintió como aquel punzante dolor se fue aliviando poco a poco. Giró suavemente el pie, para corroborar que estaba en buenas condiciones, el tobillo ya no le dolía. Estaba totalmente curada.
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No te acerques tanto a mí. (Sevmione)
FanficTras el horripilante carácter de Severus Snape, se esconden eternas noches de insomnio donde los libros son sus únicos compañeros de alcoba... por ahora. Hermione Granger no tardará en darse cuenta, que estar en el peor sitio, en el momento equivoca...