Este capítulo contiene escenas subiditas de tono...
Hermione y Severus se contenían la mirada en silencio, porque las palabras no hacían falta. Era la primera vez que se contemplaban realmente desnudos, tal y como eran en realidad. Habían desnudado el alma, lo más íntimo y valioso del ser humano, lo único que le hace ser tan especial.
Ahora le entendía mejor, Hermione sabía todo lo que había sufrido su marido en el pasado...
-No tenía ni idea Severus...- dijo, mientras clavaba sus pupilas en las suyas.
-¿El qué?- preguntó aún aturdido por las imágenes que habían invadido su mente, aún disfrutando de sentir dentro de sí un fragmento de su esposa.
-Lo de Lily... No sabía que la amas.
-Amaba. En pasado. – Severus la rodeó con sus brazos- Fue una persona muy importante para mí, no lo niego y pasé mucho tiempo amargado... pero a quien amo es a ti. No lo dudes jamás. Ya deberías saberlo. –Severus levantó su varita- ¡Expecto patronus!
De la punta de la varita de Severus, emergió una nutria, idéntica a la que invocaba Hermione. Se paseó alegremente por la habitación, haciendo círculos alrededor de la pareja, antes de desaparecer.
-¡Tu patronus Snape! ¡Cambió de forma!- dijo sorprendida la chica.
-Ahora comparto alma contigo y patronus... eres mi vida Hermione.
Snape pasó una mano por su cabello, observándola con verdadera devoción.
-¿No tienes miedo que Voldemort perciba que has enlazado tu alma con la de alguien?- preguntó de pronto preocupada, como una bofetada en la cara de realidad.
-No Hermione, esta es una magia que surge del amor. Ese engendro no tiene ni idea qué es eso.- Bajó la voz, como si temiera que alguien pudiera oírles- Ya sabes de qué es capaz, sólo un monstruo haría lo que ha hecho con su alma... - Luego se incorporó con una sonrisa sarcástica, deseando cambiar de tema. No le apetecía para nada desperdiciar su noche con ella hablando de aquel mierda.- Por cierto ya sabía que erais vosotros los que robabais ingredientes de mis aposentos...
-¡Snape! ¡De eso hace mucho!
-Y la próxima vez que me cruce con ese mentecato de Krum se acordará de mí...- dijo mientras recordaba con incomodidad el primer beso de Hermione. Su egocentrismo le había hecho pensar que habría sido con él, se había llevado una gran sorpresa al ver los recuerdos de quinto curso de Hermione. Al menos no había sido con ninguno de aquellos niñatos indeseables de San Potter y el zanahorio.
-Severus... ¡Que te puedo recitar de memoria toda tu lista de amantes y quedarme sola!
Snape se ruborizó, era lo malo de la ligadura de almas, que ella era conocedora también de sus secretos.
Se miraron fijamente, estudiándose con atención, aún era extraño acomodarse a esa nueva situación... era tan placentero sentirse amado, sentir dentro de tu propio cuerpo parte de la persona a la que más quieres.
Hermione pasó sus dedos por la cicatriz del rostro de su marido, rozando suavemente la yema de los dedos por su pálida piel. Ahora veía tan absurdas sus dudas, aquel rencor que la había arrastrado desde aquella noche que se había sentido tan engañada. Ahora que lo entendía todo, veía tan absurda su actitud. Severus había sido maltratado toda su vida, desde muy temprana edad por su padre, le habían seguido los compañeros de la escuela... nunca había tenido auténticos amigos. Y había cometido tantos errores en su vida... pero lo que más le gustaba de él era su determinación a enmendarse, quería rectificar sus errores, aunque el más grave lo tuviera grabado en su antebrazo. Pero él luchaba por su redención.
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No te acerques tanto a mí. (Sevmione)
Hayran KurguTras el horripilante carácter de Severus Snape, se esconden eternas noches de insomnio donde los libros son sus únicos compañeros de alcoba... por ahora. Hermione Granger no tardará en darse cuenta, que estar en el peor sitio, en el momento equivoca...