Muchas personas dicen que no se pueden hacer muchas cosas, que es mejor especializarse en una sola. Yo creo que eso lo debe elegir cada uno. Hace tres siglos atrás, la memoria de trabajo era prácticamente insignificante, un ciudadano común solo tenía en su memoria operativa: el estado del tiempo, cómo andar a caballo, apenas leer, vestirse, comer, y algunas pocas tareas más. En comparación con lo que hoy necesita una persona para desenvolverse en la sociedad actual, lo que se requería en un pasado puede resultar increíble. La memoria operativa en la actualidad deberá estar bien desarrollada en: qué es un teléfono celular, los diferentes timbres, qué significa cada uno, manipulación de un DVD, TV, microondas, computadora, controles remotos, automóviles, semáforos, ascensor, señales, economías, negocios, deportes, idiomas y tantas miles de cosas más. Nuestro cerebro es bombardeado por una cantidad de información que si la trasladamos a unos trescientos o cuatrocientos años atrás, un hombre de ese entonces se volvería loco al tratar de decodificar cada una de las cosas que nosotros realizamos de manera automática. Nosotros estamos trabajando en la computadora, actividad que de por sí requiere de mucha memoria para saber utilizarla, pero además atendiendo un programa de TV, al mismo tiempo que enviamos un mail, jugamos póker on-line, e interactuamos con la persona que tenemos al lado, oímos la alarma del microondas que nos avisa que la comida ya está caliente, suena el teléfono celular, atendemos porque tenemos guardado en nuestra cerebro, cuál es el timbre de los mensajes, de un llamado y cuál el que indica cuándo se está acabando la batería. Sin quitar la mano del ratón de la PC, conversamos por teléfono y continuamos trabajando en programas extremadamente complejos, de diseño gráfico, arquitectura, programación, edición de cine o música, que además de la utilización de la memoria requieren de nuestra creatividad.
¿Algo le impide a una persona que es buena en matemáticas ser buena en deportes? ¿Hay alguna ley física que prohíba a un ser humano saber de arte y de medicina? No. Porque una persona puede ser tan sabia como decida serlo. Existe mucha gente que ejercita mucho la mente y deja de lado el cuerpo o no le da importancia a la creatividad. Hay personas que se enfocan en los negocios y dejan de lado a su familia o las relaciones afectivas. Tarde o temprano quieren recuperar el tiempo perdido y eso es tan absurdo como imposible.
La inercia activa, solo cobra valor en las siete áreas que forman el equilibrio: espiritual, económico, físico, mental, recreativo/social, sentimental y laboral. El secreto reside en el tiempo de calidad que le dediquemos a cada una de las áreas. Tiempo concentrado y de valor, sin interrupciones ni estancamientos. Enfocados realmente en lo que estamos haciendo. Para poder atender a cada una de las metas que tenemos, solo basta con organizar los objetivos en niveles de importancia y magnitud. No estamos obligados a dejar nada de lado. Es mentira que el tiempo no alcanza, la gente dice que no le alcanza el tiempo y pierden horas frente al televisor, horas hablando estupideces, discutiendo trivialidades o sobre deportes que no practican, en pasatiempos que demandan más energía y concentración que los resultados que devuelven. Piensa un instante y responde: ¿es verdad que no te alcanza el tiempo?
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9 Principios fundamentales para lograrlo todo
RandomEstamos atravesando la cultura del sufrimiento. Una cultura que revive nuestras facultades de victimizarnos por todo, estas sensaciones de culpa se transmiten de padres a hijos, de profesores a alumnos, entre amigos, compañeros y hasta la propia pa...