Creemos que, si no nos enfocamos en una sola cosa, nunca llegaremos a nada, pero eso no es del todo cierto, porque en realidad el problema no radica en hacer una o diez tareas, sino en que cuando estamos concentrados o decimos estar concentrados en una cosa y eso nos demanda todo el día, significa que no lo estamos. Si verdaderamente estuviéramos ocupados en una sola actividad durante ocho horas consecutivas, esa tarea nos hartaría, nos aburriría hasta el cansancio. Por lo general, estamos haciendo algo y somos interrumpidos por un sinfín de entorpecedores. Una llamada telefónica que obviamente atendemos, (no podemos permitir que el teléfono suene) mientras queremos entrometernos en la discusión que están teniendo nuestra pareja con nuestro hijo, dos de nuestros compañeros de trabajo, o el vecino. Dejamos la tarea de lado unas cinco veces para ir al baño, diez veces para estirar los músculos, dos veces para tomar un descanso, cuatro veces para comer, quince veces para atender el teléfono y unas veinte para mantener conversaciones superfluas. Por lo que nuestro tiempo de concentración se reduce a dos horas como máximo. Lo que necesitamos saber es que la reconcentración es lo que más desgasta a nuestro cerebro. La mente no se agota tanto al intentar enfocarse en algo como al intentar volver a enfocarse en lo mismo.
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9 Principios fundamentales para lograrlo todo
RandomEstamos atravesando la cultura del sufrimiento. Una cultura que revive nuestras facultades de victimizarnos por todo, estas sensaciones de culpa se transmiten de padres a hijos, de profesores a alumnos, entre amigos, compañeros y hasta la propia pa...
