Estamos atravesando la cultura del sufrimiento. Una cultura que revive nuestras facultades de victimizarnos por todo, estas sensaciones de culpa se transmiten de padres a hijos, de profesores a alumnos, entre amigos, compañeros y hasta la propia pa...
Si tenemos un negocio de venta de muebles y mañana usar muebles se torna anticuado y la gente comienza a guardar las cosas en canastas que se fabrican con una maquinaria de la cual nosotros no disponemos, entonces nuestro producto se vuelve obsoleto, tal y como le pasó al cableado de teléfono con la llegada de la telefonía móvil, y de la fibra óptica, o con las fábricas de relojes despertadores. Sin embargo, si atacamos por varios frentes, si tenemos un negocio de ropa, otro de comida rápida y otro de servicio técnico de PC, contaremos con una ventaja que nos proporcionará una cierta seguridad. Quizás la gente mañana no consuma más comida rápida, pero siempre va a tener que vestirse, o quizás ya no se vista con nuestra ropa, pero va a necesitar alguien que le arregle la PC. Entonces atacando por varios frentes es más fácil ganar. O menos posibilidades tenemos de quedar obsoletos al 100%. Lo mismo sucedería en el caso de tener un solo trabajo. Hasta que no seamos dueños de nuestro propio negocio, tener un solo empleo es un riesgo. ¿Qué pasa si nos despiden? Seguramente se caería a pedazos el edificio que venimos levantando.
Atacar por varios frentes significa prever que las cosas no sucedan, tener siempre una carta bajo la manga. Aunque las personas piensen que es una pérdida de tiempo innecesaria, quedarnos sin trabajo significa una pérdida de tiempo mucho mayor.
Atacar por varios frentes significa no solo tener un trabajo, un hobby o una ocupación alternativa, sino contar además con un plan de respaldo y con una última alternativa, por si todo esto falla.
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