Plano de la vida

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Has nacido en una ciudad o pueblo como cualquier otro. Eres tan solo un niño pequeño que no sabe hablar, no sabe caminar, no sabe cómo conducirse en la vida, todo lo va aprender a través del primer proceso de aprendizaje llamado la imitación.

He clasificado los procesos de aprendizaje en cuatro fases:

a) Imitación

b) Deducción y análisis

c) Pensamiento independiente

d) Sabiduría o búsqueda conocimiento. Sabio no es aquel que sabe todo, sino quien está siempre dispuesto a aprender algo nuevo.

Un niño prodigio comienza a desligarse del primer proceso de aprendizaje —la imitación— a partir de los nueve a diez años. Un niño precoz comienza a desligarse de dicho proceso alrededor de los doce a dieciséis años. Una persona de inteligencia normal: a partir de los treinta años. El 10% de la humanidad: entre los cuarenta a cincuenta años y 90% de la humanidad: muere en el primer proceso de aprendizaje: la imitación.

Cuando tienes cuatro años, es un tiempo crucial donde se ve marcada la influencia parental en tu vida. Si tus padres hablan de manera vulgar ese es el lenguaje que vas a adoptar como propio. Eres una especie de caja de resonancia, escuchas y repites. Ingresas al jardín de niños y allí comenzarás a imitar a tus compañeros. Hablarás, caminarás y te conducirás como el resto de tus compañeros.

Cumples los catorce años de edad y para esta edad de alta significancia de la adolescencia, la imagen omnipotente de los padres se ha desmoronado y todavía no tienes la suficiente confianza en ti mismo como para enfrentarte al mundo, motivo por el cual, los jóvenes se unen en una suerte de fraternidad generacional y así surgen los grupos y la necesidad de pertenecer a uno de ellos, ya que quien no consiga formar parte de uno, quedará en estado de aislamiento, y allí podría terminar ingresando en los peores grupos, como los de la delincuencia, donde basta drogarse o cometer algún ilícito para ingresar en él. La persona que más siente el peso del fracaso es el adolescente, allí se tropieza con lo que comúnmente se conoce como el efecto boomerang, ya que, al querer hallar su identidad, no se encuentra con un recuerdo placentero de su pasado. Se recuerda confuso porque interpreta que todo adulto sólo busca confundirlo; incapaz, porque nadie desea perder su tiempo en capacitarlo; subestimado y sin embargo cargando con todas las responsabilidades de lo que se espera de él, y sometido a las decisiones de otros. El pasado del adolescente actúa entonces como un boomerang: lo proyecta al futuro y lo encuentra inmediatamente en el presente. En resumen: "Si fui un fracasado ayer, seré un fracasado mañana y por eso mismo soy un fracasado ahora".

La exigencia de derechos y privilegios de los mayores lleva al adolescente desde los cambios del cuerpo, al enfrentamiento con el mundo de los adultos. No acepta ser tratado como un niño, pero tampoco como adulto, ya que se encuentra en disparidad con los primeros y en disputa con los segundos. No acepta tener que solicitar sus derechos; rechaza ser criticado y es por lo general lo único que recibe. Se mira al espejo y sueña con ser actor o cantante, una persona famosa e importante. Y aquí desarrolla a la perfección su habilidad de imitar. Tiene sexo a temprana edad, sale a bailar, comienza a beber alcohol en exceso tal como lo hacen sus compañeros y si es mujer quizás quede embarazada a esta edad, y será una niña criando a otra niña.

A los dieciocho años terminas la escuela, y comienzas a trabajar en un empleo que no se condice para nada con lo que habías soñado. No le das importancia, porque piensas que será algo temporal, pero eso temporal se transforma, de a poco, en algo eterno.

Han pasado treinta años desde que eras un niño. Te casas por miedo a quedar soltero y porque todo tu entorno te presiona para que te cases y no te casas con la pareja de tus sueños, sino te casas con la primera persona que se cruza.

A los cuarenta años te encuentras con un fenómeno llamado "crisis de la realidad". Te levantas una mañana y te observas frente al espejo una nueva arruga en el rostro. Sorprendido te preguntas: ¿Quién es esta persona tan vieja? Miras hacia atrás en la cama: ¿Quién es esa persona que duerme en mi cama? Y: ¿De dónde salieron todos esos niños? Tu cerebro retrocede hasta la edad de catorce años y recuerdas lo que soñabas ser, y la crisis de la realidad es la diferencia que existe entre lo que esperábamos ser y lo que realmente somos a esa edad. Han pasado veintiséis años desde que dejaste de ser ese niño que se miraba al espejo y soñaba con ser una persona grande e importante, decidida y triunfadora, trabajando de lo que realmente le guste, con la pareja que ama, viviendo en la casa que siempre soñó tener. Allí ha dejado de preguntarse ¿qué ha pasado con mis sueños? ¿Por qué razón los abandoné? ¿Por qué no hago algo para salir adelante?

Ahora tienes cincuenta años. Ves como tus hijos cometen los mismos errores que tú cometiste, y sientes esa impotencia de no poder ayudarlos ya que siquiera puedes ayudarte a ti mismo.

A los sesenta años te encuentras luchando para cobrar una jubilación miserable o viviendo con tus hijos donde te sientes una molestia o tirado en algún geriátrico donde apenas puedes subsistir.

Llegas a los setenta años, te sientes cansado, sin fuerzas, y un día ya no te despiertas. Tenías muy desarrollado el colesterol, las arterias tapadas, los pulmones inservibles a causa del cigarrillo. Aquí te quedas solo hasta que muere tu cerebro, pero antes de morir, se experimenta el dolor más profundo que puede experimentar un ser humano: el dolor del arrepentimiento, el arrepentimiento de decir ¿qué hice con toda una vida?

Esa ha sido nuestra vida, malgastando el tiempo, olvidando nuestros sueños e ignorando nuestro potencial. Nos conducimos de la cuna a la tumba como autómatas. Y en dicho proceso no nos damos cuenta de que estuvimos experimentando una situación única e irrepetible: nuestra vida. Y que no hemos hecho con ella absolutamente nada significativo, más que desperdiciarla.

9 Principios fundamentales para lograrlo todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora