–Sabía que no resistirías mas de una semana sin mí –me separé de él una vez que mi cerebro reaccionó y pude ver lo estúpida que estaba siendo.
–¿Donde coño te haz metido?–espeté mirándolo con rabia, pero mis nervios se disiparon al ver su rostro.
–Por ahí–respondió con indiferencia, sus ojos se desviaron en cuanto me di cuenta de sus heridas. Un hematoma debajo del ojo izquierdo y un corte en el labio hizo que mi suposición de que la había ocurrido algo se confirmara.
–¿Pero que te ha pasado? ¿Quien te hizo esto?–pregunté mandando mi mano a su mejilla, la sentí rasposa, la barba le había crecido un poco. Algo que le hacía ver mucho mas provocativo.
El simplemente revoleó los ojos apartándose de mí.
–No te imaginas como quedó el otro–sonrió burlón, pero su bromita no estaba causándome ningún efecto esta vez.
–Hablo en serio Jack
–No quiero discutir esto ahora –dijo sentándose en la cama, suspiré cruzándome de brazos.
–¿Entonces cuando?–seguí, estaba realmente enojada con él por haber desaparecido así y mucho más por no querer darme explicaciones del por qué estaba herido.
El soltó una risilla mientras que me miraba con sus ojos azules, tan pero tan preciosos.
¡Concentrate Elenna!
–¿Se puede saber que te parece tan gracioso?–me esforzé por seguir sonando dura, aunque en mi adentros tenía unas ganas de sonreir por la forma en que me estaba mirando. Era increíble el poder que tenía en mí con tan solo mirarme.
–Haces un gesto raro cuando te enfadas–sonrió burlón.
Revoleé los ojos y cogí el movil tratando de evitar contacto visual.
No quería bajar la guardia tan rápido.–¿Y tu hermano?–preguntó haciendo que lo mirara.
–Salió–contesté cortamente, sin ganas de dar detalles.
–¿Y tú, piensas salir?–escuché como se levantaba del colchón.
Asentí mientras que le tipeaba a Candace que iría mas tarde.
–¿Con quien?–le miré por un segundo, ya estaba en frente mío.
Si el no me daba respuestas, yo tampoco.
–Que te importa–me vengué manteniendo la vista en la pantalla, pero en cuestión de segundos Jack me lo arrebató llamando mi atención.
–Asi que quieres jugar ¿eh?–dijo sonando tentador, mi vista involuntariamente cayó a sus labios los cuales lucían mucho más que apetecibles con ese pequeño corte brillando en un costado.
–No te soporto–pronuncié con empeño, el sonrió, sus heridas lo hacían ver cien veces más caliente algo que me estaba sacandome de mis casillas.
–¿Entonces por qué mueres por besarme ahora?–se acercó tanto que pude sentir su aliento a menta tan delicioso. Tragué duro tratando de conservar lo poco que me quedaba de cordura.
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Soportando a Jack.
Teen FictionElenna Carson Fusco a sus diecisiete años nunca tuvo la oportunidad de haberse enamorado y eso ella lo consideraba como un privilegio. Pensaba que el amor era pura cuestión de suerte y dudaba mucho haber nacido con mucha. Aferrada en los libros rom...