Mastique el cereal mientras que miraba un punto fijo en la cocina, había amanecido algo débil y con un fuerte dolor de cabeza para rematar.
Pensé seriamente en no ir al instituto pero haber faltado ayer ya me hacía sentir un poco culpable al respecto por lo que decidí hacer el esfuerzo.
Me levante dejando mi cuenco medio lleno en el lavadero, no tenia ni ganas de comer.
Una vez que me había cepillado los dientes salí de casa.
Como era de suponerse Cam ya estaba en frente esperando pero esta vez con Candace en el asiento delantero.
-Hola-musite adormilada, Cam me miro por el retrovisor frunciendo el ceño.
-Luces fatal-comento dando una risilla, revolee los ojos ante su comentario. Al instante Candace se dio vuelta para verme.
-¿Te sientes bien?-pregunto preocupada, suspire cerrando los ojos.
-No-susurre sin energía. -Me duele bastante la cabeza-apoye mi mano en mi frente tratando de apaciguar un poco el terrible dolor.
-Estoy segura que tengo unas pastillas por aquí-comenzó a revolver su bolso.
Sonreí por su lado maternal.
-Te hubieras quedado en la cama-hablo el rubio sin quitar los ojos de la carretera.
-Lo se pero no quiero perder mas clases-respondí, Candace me paso la pequeña pastilla y una botella de agua.
Metí la pastilla y trague duro sintiendo el agua correr en mi garganta.
Ugh, odiaba torturar a mi garganta y lengua de esa forma.
-Espero que haga efecto rápido-comente pasandole de nuevo la botella.
-Haz sonado como una drogata-se burló mi amigo haciéndome reír.
Una vez dentro del instituto cada uno fue por su camino, hoy era uno de esos días en que no compartíamos clase la primeras horas.
Bastante aburrido, pero nos ayudaba a concentrarnos mas y no hacer el tonto.
Me senté en el asiento libre mas cercano y solté mis libros en la mesa sin ganas de saludar a nadie. Aproveche el evidente retraso del profesor de filosofía (cuyo nombre se me había olvidado completamente) para descansar mis ojos y tratar de ignorar el bullicio de mis compañeros de clase. Suspiré con frustración por no poder relajarme un poco, levante mi cabeza y parpadee varias veces para normalizar mi vista y cuando creí que no podía pasarme algo peor mis sentidos captaron su voz.
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Soportando a Jack.
Fiksi RemajaElenna Carson Fusco a sus diecisiete años nunca tuvo la oportunidad de haberse enamorado y eso ella lo consideraba como un privilegio. Pensaba que el amor era pura cuestión de suerte y dudaba mucho haber nacido con mucha. Aferrada en los libros rom...