32. Caída Libre.

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Cuando Candace cerró la puerta detrás de mí para luego mirarme con una expresion traviesa en el rostro no pude contener mi sonrisa de estúpida.

Tanto que volteé para que no siguiera viéndome hacer el tonto.

-Ay ay ay-la escuche detrás de mí.

-¿Que? -me hice de la desentendida sabiendo que tiraría algún comentario confidente, ella negó con la cabeza mordiéndose el labio.

-Que estas hasta las trancas con ese chico-dijo manteniendo su aire jovial.

Chasqueé con la lengua en respuesta.

-Claro que no.

-Claro que sí, se te nota en la cara querida-acusó mientras que caminábamos a su habitación, tipeé rápidamente a mi hermano avisándole que ya nos habíamos "despertado" para que pudiera venir a buscarme.

Me tiré en la cama de un tirón pensando en esta noche.

Tendría que armar un plan para salir de casa sin exactamente decir que tenía una cita.

Osea que... tenía que mentir nuevamente.

-Me invitó a cenar... esta
noche-comenté con los ojos puestos en el techo, sentí el peso de su cuerpo al lado mío.

Pude sentir un cosquilleo en el estómago al decirlo en voz alta y me sentí realmente estúpida por ello.

-¡Oh mierda! ¿Esto ya se está volviendo oficial? -chilló con entusiasmo, giré mi rostro para verla.

La sonrisa de Cheshire se adueñó de ella provocando que sus tiernos cachetes saltaran de los lados.

-No sé, no quiero saberlo.

Era cierto, cuanto menos vueltas le daba a la situación menos complicado se volvía.

-Ya-se limitó a decir revoleando los ojos.

-Tengo que ver como hacer para salir sin levantar sospechas-suspiré dramáticamente.

Ya me estaba comenzando a sentir mal por el gigante nido de mentiras que estaba formando por caprichosa.

Porque sabía que mi madre iba a estar encantadisima con la idea de que al fin me adentrara en todo este universo de romance adolescente que se suponía que tendría que atravesar algun día. Y mi hermano... al final de cuentas no tenía voto ni voz para elegir con quien debía estar.

Pero... era tan novata en el asunto que aún así seguía teniendo suficiente vergüenza como para exponerlo públicamente.

-Dí que tenemos que hacer un trabajo o algo parecido, te dejara si o si-entonó con obviedad y fruncí los labios.

Candace siempre terminaba siendo víctima de mis mentiras y estaba segura mi racha no iba a durar para siempre.

-Siempre te uso a ti, un día te meteré en un buen lío.

La voz de Derek y Meredith se escuchaba de fondo eliminando el completo silencio en la habitación.

-Igual no tienes otra mejor opción, o es usarme a mí o... revelar la existencia de tu novio-se encogió de hombros y la miré con una mueca disgustada.

-Mmm, no Candace-negué con la cabeza por el término que había utilizado.

-Eres tonta de verdad, no entiendo por qué quieres seguir teniéndolo en secreto-esta vez solamente la miré sin saber que decir-Van a terminar siendo novios, lo puedo ver.

Tan solamente esa palabra hizo que algo vibrara en mí.

¿Jack y yo? ¿Novios?

Y sin darme cuenta mi mente comenzó a adentrarse en un laberinto de sucesos románticos entre él y yo.

Soportando a Jack. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora