Busqué por todos lados a Candace con la esperanza de que solo fuera una falsa alarma, pero aun asi no la encontraba. Mi respiración comenzó a acelerarse, la mataría.—Al fin solos—habló divertido posando sus manos en mis hombros, di media vuelta soltandome de su agarre.
—¿Donde esta Candace?—le interrumpi seca.
—¡Pues de cachondeo! ¿No?—solto una risotada, haciendo que mi cabeza hirviera.
—¡Esto no es divertido Jack!—ahogue un grito. Lo menos que queria era montar una escena.
—Tranquila, ella esta bien—dijo lentamente— Solo te pido un par de horas y te llevo a casa.
¿¡Un par de horas?! Ni loca.
—Ni hablar, ¿Donde esta Cameron?—pregunte evitando su terrible peticion.
—¿Piensas que te lo dire?—sentenció, cruzandose de brazos.
—¡Te odio!—gruñi irritada, di media vuelta y camine pisando fuerte.
Fui lo mas rapida posible para salir del bar, sin antes arrojar unos billetes de diez en la mesa.
Me aferre a mis mangas al salir del lugar, la noche cada vez estaba más fría. Camine derecho dirigiendome a la parada de autobus, sintiendo mis pies cansados. Analice las formas de matar a Candace, podria estrangularla, aniquilarla o tal vez podria quemar sus prendas cachemire, se volvería loca y probablemente le daría un ataque cardíaco... sí eso haría.
—Es media noche, no hay autobuses—una voz masculina resono provocandome un susto. Mi vista cayó rapidamente en él dandome un respiro.
—¡Joder! ¡Eres un gilipollas!—grité euforica. —¿Acaso no tienes las suficientes neuronas para darte cuenta que no tienes que aparecer asi de la nada?—lo observe sacar un cigarrillo de su bolsillo, para luego prenderlo y llevarselo a la boca como si no me escuchara.
Como siempre.
—Okay, ¿Cual es tu plan?—pregunto despues de expulsar el humo.
—¿Plan?—segui sin entender.
—No hay autobuses, ¿como piensas irte a casa?—inquirió dando una pitada.
—Caminando, tengo piernas
¿Sabes?—conteste cruzandome de brazos.Lo observé.
Su outfit era simple y oscuro pero sus ojos y su maldita sonrisa eran suficiente para lucirlos con gracia.
—Repito, es tarde y no te conviene andar sola—hablo serio—Yo te llevo—añadió esta vez.
Podría ir caminando, pero las probabilidades de que tuviera un encuentro furtivo con cualquier demente eran muy altas.
No quería arriesgarme.
—Vale—suspire y su sonrisa
creció—¡Pero solo porque no tengo otra opcion!— asintio con una sonrisa que volveria loca a cualquiera.Incluyendome.
Fuimos caminando denuevo hacia el bar, probablemente porque su coche estaba aparcado cerca.
Entonces fui analizando la situación.
Candace me había dejado.
Cam había desaparecido.
¿Y yo había terminado con Jack?
¿En qué momento las fichas se movieron tan mal?
Un mercedes negro acaparo mi atención, saco sus llaves del bolsillo y el coche se iluminó.
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Soportando a Jack.
Ficção AdolescenteElenna Carson Fusco a sus diecisiete años nunca tuvo la oportunidad de haberse enamorado y eso ella lo consideraba como un privilegio. Pensaba que el amor era pura cuestión de suerte y dudaba mucho haber nacido con mucha. Aferrada en los libros rom...