[+18] Mi otra yo - Ladynoir/Marichat

Prólogo

Era de noche cuando nuestros héroes recorrían los tejados de París, persiguiendo a una chica de larga melena dorada y un vestido ajustado de color rojo con altas plataformas del mismo color.

El rostro de la joven estaba cubierto con un antifaz, dejando ver unos ojos azules que desprendían desdén hacia Ladybug y Chat Noir, que iban de tejado en tejado tras ella.

- Es muy rápida. - comentó el rubio sin detenerse-

- No irá muy lejos.

La Catarina se dio impulso hacia adelante, lanzando el yoyo contra una chimenea de dos edificios de enfrente y así lograr recortar distancia entre ella y la joven akumatizada. La chica siguió corriendo sin aminorar el paso, buscando una salida en una casa abandonada.

La joven de cabellos rubios, dio un codazo en una de las ventanas y se infiltró en aquel hogar sin dueño.

- Maldita sea...

La azabache se paró en seco, esperando a que su compañero le diera alcance mientras observaba el edificio de soslayo.

- ¿Ocurre algo, my lady? - preguntó el chico posicionándose a su lado, recuperando el aliento-
- Ha entrado allí.

Chat asintió en silencio y ella lo animó a seguirle, adentrándose en la casa por la misma ventana que la akumatizada.

En el interior todo estaba a oscuras, con no más iluminación que la se filtraba por las ventanas. Los dos empezaron a tantear el terreno, intentando percibir algún ruido o movimiento que pusiera en evidencia a su objetivo, pero no ocurrió nada.

A medida que se adentraban en el lugar, llegaron a una habitación puesta patas arriba, con todo de artilugios y muebles recubiertos con sábanas llenas de polvo.  Seguramente no eran más que artilugios sin valor.

En el techo había una claraboya que dejaba entrever un cielo parcialmente estrellado, bañando de una clara luz la estancia.

- Chat...

El aludido miró donde su compañera, quién ladeó la cabeza donde él para después señalizar unas sábanas que cubrían un gran marco en uno de los extremos del cuarto. El joven ojiverde sonrió en respuesta y comenzó a acercarse seguido de la azabache, quién lo detuvo al estar a escasos centímetros de la tela.

Chat la miró con desconcierto y retrocedió tras ella, mientras esta extendía una de sus manos con cautela y tiraba de la sabana hacia el suelo. Dejando al descubierto un espejo polvoriento que reflejaba el semblante de alivio y, algo de fastidio, de la heroína.

- Falsa alarma...
- ¡Ladybug!

La chica se giró al escuchar el aviso de Chat, que había salido corriendo en dirección opuesta tras su objetivo. Invocando el conjuro para después aplastar sus garras contra la entrada de aquella habitación, provocando que se derrumbara parte de la pared y le barriera el paso a la rubia.

- ¡Estúpido gato!
- Lo siento, Chloe. Se acabó el juego.

La joven vestida de rojo, se llevó las manos al pecho, aferrándose con fuerza a su medallón mientras apretaba los dientes y buscaba una forma de escapar.

Chat la iba acorralando en una de las esquinas, dejando que retrocediera lo justo para que no se pudiera dar a la fuga nuevamente.

Chloe esbozó una sonrisa vacilona, aún sin soltar su colgante y recitando algo inaudible para los presentes. Después enfocó la joya en dirección al joven felino y este se apartó al lanzar un rayo contra él.

La luz chocó contra el espejo de detrás de Ladybug, dejando a los héroes a salvo de su ataque.

- Fallaste, rubita.

Chat sonrió triunfante mientras que su compañera invocaba el Lucky Charm, haciendo aparecer una linterna que tomó entre sus manos.

- Creo que tu poder está fallando, my lady.
- Calla, gato tonto.

Chloe se puso a la defensiva, dispuesta a contraatacar mientras sonreía triunfal. 

Chat sacó el bastón metálico de su cinturón, colocándolo extendido contra su torso a la defensiva mientras la azabache se apresuraba en llegar a su encuentro.

Él la atendió, escuchando el plan que esta le susurraba aún sin cambiar de posición. Chat ensanchó su sonrisa y la Catarina corrió hacia Chloe, esquivando los rayos de luz que la rubia le lanzaba.

- Ni se te ocurra acercar...

Ladybug encendió la linterna, cegando a la akumatizada, que se llevó las manos a los ojos como acto reflejo, intentando ver a través del destello. Chat se aproximó sutilmente, tirando del collar de Chloe y haciéndolo a añicos en el suelo.

La chica ahogó un grito de frustración, cayendo de rodillas y dejando ver una mariposa negra emerger del colgante desminuzado en varios pedazos. Ladybug se dio prisa en atrapar el akuma en su yoyo, purificándolo y dejando libre una linda mariposa.

- ¡Prodigiosa Ladybug!

Lanzó la linterna al aire, envolviendo la habitación de luz y haciendo volver a Chloe a su estado normal.

Chat se acercó a la chica, arrodillándose a su altura para dipositar un brazo sobre su hombro como a gesto alentador. Ella buscó la mirada del héroe, rodeando su cuello al abrazarse lloriqueando.

- ¡He pasado tanto miedo!
- Ya estás a salvo. Tranquila.

El joven la rodeó entre sus brazos, apaciguando su llanto mientras que Ladybug observaba la escena con algo de... ¿celos?

La muchacha de traje moteado sacudió la cabeza, desviando la mirada y volteándose para verse en el espejo que quedaba detrás suyo, aproximándose a éste y prestando atención a su reflejo.

No sabía porqué, pero se sentía atraída a ello, colocando una mano en el cristal al llegar a su posición y escrutando sus rasgos en él.

Estudiaba como se mostraba su rostro, el antifaz escondiendo sus ojos azul cielo. Sus labios fruncidos. Sus coletas algo despeinadas por la batalla. Sus pómulos enrojecidos.

- ¿My lady?

La azabache se dio la vuelta paulatinamente, encontrándose con la mirada curiosa de su compañero y los nervios aún presentes de Chloe.

- ¿Va todo bien?

Ladybug volvió a mirar su reflejo una vez más, ya quitándole importancia a la vez que sonreía aliviada.

- Todo en orden. Podemos irnos.

Los tres fueron en busca de la salida, dejando aquella habitación en el olvido al terminar su labor.

Cuando abandonaron la estancia, una luz centelleó en el espejo, irrumpiendo en un juego de luces la sala.

Una mano atravesó el cristal, dando acceso del plano astral al real, a la silueta de una joven heroína moteada. La joven azabache sonrió entre las sombras, relamiéndose con sorna.

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Hasta aquí el prólogo!

Espero que os guste la idea principal y cualquier cosa, estoy abierta a opiniones jeje

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