PARTE 15 - DOS CARAS

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Marinette estaba acicalando su cabello, dejando que cayera desordenado sobre los hombros mientras se miraba en el espejo con una sonrisa pícara.

Su kwami estudiaba la inusual expresión en el rostro de la muchacha, cruzando sus brazitos y levitando a su alrededor.

- ¿Ocurre algo, Tikki? Estás muy seria. - comentó mostrando empatía-
- No es nada, Marinette.

Estoy segura de que te va a descubrir~.

La euroasiática sonrió con disimulo, acariciando el hocico de la diminuta criatura.

- ¿Sabes que puedes contarme cualquier cosa, cierto?

Marinette asintió levemente, abrazando a la pequeña carmesí en su mejilla.

- Tranquila, Tikki. - sus ojos se encontraron con los del ser mágico- solo me siento un poco extraña, después de lo que pasó ayer tengo la sensación de que necesito un cambio en mi vida.
- ¿Por qué?¿Qué es lo que te hace pensar eso?

Ahora a ver qué contestas, lista.

- Supongo que lo ocurrido con Adrien, y descubrir que él es Chat... - hizo una pausa, ensanchando su sonrisa- ... me ha hecho ver las cosas de distinta manera.
- Pero él te quiere tal como eres. ¿Por qué cambiar?

Eso, eso. ¿A qué viene esa repentina decisión?

Aquella voz en el interior de su cabeza comenzaba a resultarle realmente tediosa, resoplando mientras intentaba mantener la compostura.

- Quiero sentirme bien conmigo misma. - se encogió de hombros- y un cambio de actitud no creo que me haga mal.

Tikki no contestó, dibujando una mueca titubeante en su rostro, que su portadora decidió obviar al enfundarse en su habitual atuendo para ir a clase.

- ¿Cariño?

La voz de Sabine se escuchó des del piso de abajo, llamando a su hija en un tono cantarín.

- Hay alguien que vino a buscarte~...

¿Por qué pone esa voz? Esto no me gusta.

La ojizarca se mordió la cara interna de la mejilla, dando cobijo a su kwami antes de bajar al recibidor.

Su madre estaba conversando animadamente con la inesperada visita, dejando ver una cabellera dorada de espaldas a la adolescente.

¡No!¿Qué hace él aquí?

La azabache menor se aproximó con sigilo al sujeto, tapando sus ojos por detrás en una actitud juguetona.

El rubio sintió un escalofrío, apartando con delicadeza las manos de su compañera para encontrarse con sus hipnotizantes luceros.

- Bu-buenos días, Marinette.
- Buenos días, Adrien.

Él se mostraba desconcertado, pero no sintió molestia. Tal vez lo había tomado por sorpresa, más al estar la madre de la joven en presencia de aquel gesto aparentemente inocente y amable.

- Veo que son muy próximos.

El modelo iba a excusarse nervioso, pero la de melena obsidiana se avanzó al jalar de su brazo, con una coqueta sonrisa dibujándose en sus labios.

La mayor rió complacida, a diferencia del joven Agreste, que se preguntaba el porqué la que siempre había considerado como a una chica reservada, entonces se estaba mostrando tan atrevida.

Después de intercambiar unas cordiales palabras con Sabine, ambos salieron hacia la calle.

La Dupain se abrazó al brazo del apuesto varón, apoyando la mejilla en su hombro mientras andaban acaramelados por la ciudad. Al menos en lo que a ella se refería, pues el joven de iris verdes seguía desconcertado por la recién descubierta faceta de la fémina.

[+18] Mi otra yo - Ladynoir/MarichatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora