PARTE 21 - ESPERANZA

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La tenía entre sus brazos, sin signos de vida, y aún así hermosa como el ángel que siempre le había parecido que era. Chat no podía separarse de ella, con lágrimas colmando sus esmeraldas al zarandearla con el corazón hecho añicos.

El villano contempló la escena con impotencia, sin saber qué hacer o decir para alentar a su hijo, no atreviéndose a hacer nada, por la represalia que podría tomar el muchacho si se enteraba que el causante de toda su desdicha era, nada más ni nada menos, que su propio padre.

- Princesa...

El rubio imploraba a los dioses porque le devolvieran a su dulce flor, porque todo aquello no fuera más que una vil mentira. Pero ninguna de sus plegarias eran escuchadas.

Marinette yacía inerte, como a una muñeca de porcelana rota a brazos de su príncipe.

A medida que iban pasando los minutos, la transformación del héroe felino se desvaneció, dejando al descubierto su identidad civil. Plagg acudió a su lado sin dudarlo, observando a su portador evocando lágrimas por la pérdida de su amada.

- Adrien... - inició el kwami- ... lo siento.
- No puede estar muerta. - repetía en un susurro- Esto no es real.

El mayor contemplaba la escena desde sus espaldas, retrocediendo en silencio por tal de dejar al joven a solas, más éste no le dejó. El chico se levantó con el ceño fruncido, encarando a Hawk Moth con el puño levantado, a punto de encestarle un golpe al amenazarlo sin titubear.

- ¡Todo esto es por tu culpa! - el malhechor no contestó, enfureciendo más al joven- ¡¿Es que no vas a decir nada?! ¡Después de lo que has provocado!
- ¿Qué quieres que diga? - cuestionó de forma reacia- Lo hecho, hecho está.

Adrien apretó con fuerza el puño, golpeando la mandíbula del enmascarado con toda la rabia depositada en el ataque, provocando que el hombre se tambaleara sin revelarse.

- ¡Te odio!

Aquellas palabras se clavaron como a dagas en el corazón del villano, sin ánimos de seguir escuchando las amenazas del menor, esfumándose del lugar sin molestarse en contestarle.

El rubio se quedó inmóvil mientras veía como Hawk se marchaba, luego volviendo toda su atención a la muchacha tendida en el suelo, acariciando su rostro con delicadeza.

- Deberíamos irnos. - comentó la criatura felina-
- No puedo dejarla, Plagg.
- Ella ya no está.

El joven Agreste la cargó en sus brazos, sin perder detalle de la apacible expresión que adornaba el rostro de su compañera.

- ¿Qué vas a hacer, muchacho?
- La llevaré a mi casa.
- ¿Te has vuelto loco? - reprendió poniendo el grito al cielo- ¿Qué pasará si tu padre te descubre?
- Me da igual. - espetó con rotundidad-
- Pero...
- ¡No pienso dejarla aquí, Plagg! - sentenció enfurecido- Así que no insistas.

El ojiverde amarró a la que era su damisela contra su torso, sujetándola con firmeza al llevarla hasta su mansión por las alcantarillas, evitando que curiosos se percataran de la situación.

Durante el camino, el modelo examinaba el rostro de la chica, intentando ver si mostraba algún signo de que fuera a despertar. Se sentía idiota por la esperanza que depositaba en aquel inexistente milagro pero, por aquel entonces, prefería vivir engañado, que dejarse derrumbar por la realidad de los hechos.

En cuanto llegaron a casa, el joven la cargó hasta su habitación, tendiéndola sobre la cama con decoro, como si cualquier movimiento brusco pudiera romperla.

- Adrien... - volvió a implorar su kwami-
- No debí de haberla rechazado. - confesó con un semblante alicaído- Por mi culpa...
- No fue culpa tuya.
- ¡Sí que lo fue! - vociferó, dejándose envolver por el pánico- Tú me lo advertiste, y yo...

[+18] Mi otra yo - Ladynoir/MarichatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora