CAPITULO ESPECIAL - NOVATOS

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Chat sonrió contra sus labios, profundizando en el beso que la azabache había empezado con sumo decoro, y convirtiéndolo en un gesto más salvaje y pasional.

Ambos se dejaban llevar por sus impulsos, con cierto temor al ser inexpertos en aquel campo. Pero poco importaba, ya que los dos compartían el mismo sentimiento.

- Chat... - jadeó la ojiazul con los ojos entrecerrados-
- Dime... princesa...
- Tu... traje...

Las mejillas de la joven se tiñieron de un intenso color carmesí, haciendo sonreír a Chat por su repentina timidez. Realmente la encontraba adorable, y ese deje de inocencia no hacía más que provocar que la deseara más.

- ¿Quieres que me lo quite? - ella asintió levemente- a tus órdenes...

El joven de ojos color esmeralda, deslizó  su mano hasta donde se encontraba el cierre del traje, intentando tirar hacia abajo la cremallera a regañadientes. Marinette lo miró confusa, a la vez que los nervios se apoderaban de ella y acompañaba sus manos a las de él.

- ¿Necesitas ayuda, gatito?
- No me vendría mal...

Marinette intentó ser delicada en su labor, pero el cierre no cedía, así que optó en ejercer más fuerza para deshacerse de este.

- ¿Por qué demonios no se abre?
- Buena pregunta... - contestó aún insistiendo-

" Tal vez no se abre porque el traje es mágico, muchacho"

- ¡No me jodas, Plagg!

La azabache se detuvo en seco, mirando al rubio con incertidumbre, mientras él se maldecía al escuchar la voz de su kwami en su cabeza.

- ¿Qué ocurre... Chat?
- Digamos... que... como decirlo... - observó el rostro de su compañera, sintiéndose abatido- ... pues... que no puedo quitarme el traje... estando transformado...
- Oh... vaya...

Marinette hizo un puchero, en verdad tenía su lógica, ya que cuando Lady Wi-Fi intentó desenmascararla, apenas pudo quitarle el antifaz. Por lo tanto, era de suponer que los trajes también poseían la magia que sus kwamis les otorgaban.

- Supongo que... no tenía que pasar...

La joven se apenó, obligándose a sonreír con amabilidad mientras que él se negaba a renunciar a ello. Volviendo a besar los labios de ella con desesperación.

Marinette colocó sus manos contra el pecho del rubio, no dejándole seguir más allá, y notando como su erección no desaparecía al seguir rozando su entrepierna. Ella dejó ir un gemido por el roce de sus intimidades, sintiendo como una oleada de calor se hacía notoria en la boca de su estómago.

- Chat... para...
- No quiero... - sentenció volviendo a besarla- ... a no ser que tú no quieras...
- No es eso... pero no... podemos...
- ¿Quién dijo que no?

Ella lo miró dubitativa, a lo que él le dedicó una sonrisa ladina, depositando un beso en el hueco de su cuello y entreteniéndose al acariciar su expuesto torso.

- ¿Qué es lo que tramas?
- Tal vez... como Chat no pueda... pero si deshago mi transformación...
- ¡No! - espetó severamente- tu identidad  tiene que mantenerse en secreto.
- Genial... - bufó con fastidio, incorporándose para tomar asiento sobre el lecho- ... seguro que si fuera ese Adrien, no pondrías tantas pegas...

Chat se sorprendió al sentirse celoso de si mismo, gesto que la chica ignoró a la vez que se levantaba e dirigía hacia el escritorio, rebuscando entre uno de los cajones mientras el joven no la perdía de vista.

Tras entretenerse un buen rato en su búsqueda, tomó algo entre sus manos, volviendo al encuentro de Chat para ofrecerle una fina tela de color negro.

[+18] Mi otra yo - Ladynoir/MarichatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora